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El Tarot de Besancon Parte 2: Juno y Jupiter

En la entrega anterior conocimos sobre la historia de este patrón que se desarrolló en paralelo al TdM y que alcanzó una gran cuota de popularidad que decaería en los inicios del siglo XX, al punto que, hasta no hace mucho tiempo, el Tarot de Besancon era casi desconocido para la gran mayoría del público interesado en el Tarot. (Para leer la primera parte, clickea aquí)

Ahora que poseemos información sobre el patrón, lo que nos resta es pensar en algunos lineamientos que nos permitan incorporar a estas dos cartas a una lectura. Para ello, analizaremos a ambos dioses desde distintas miradas que ayuden a integrar posibles disparadores de sentido en una lectura. Cabe mencionar que para el análisis de estar cartas nos referiremos mayoritariamente al contenido mitológico y antropológico romano, dejando en un plano secundario las elaboraciones griegas sobre sus “contrapartidas” popularmente sincretizadas a ellos, Zeus y Hera. Si bien las figuras de ambas parejas de dioses se equiparan casi al punto de la confusión, los dioses romanos poseen particularidades propias que no poseen su “versión” griega, pese al gran paralelismo existente.

Seguidamente, ofreceré un esbozo de qué narrativas se pueden generar en la secuencia de los Triunfos al intercambiarse a los Pontífices por ambos dioses.

II – JUNO

La diosa Juno (Iunon) aparece vestida con típicas ropas de finales del S. XVIII, parada sobre nubes y acompañada de su animal totémico, el pavo real.

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Minerva, Júpiter y Juno, c. 160-180 D.C., Museo Civico Archeologico, Bologna.

Tanto ella como Júpiter pertenecen a la llamada Trinidad Capitolina, junto con Minerva (ausente aquí), constituyendo la tríada principal de dioses gobernantes, tríada presente en diversas religiones indoeuropeas. Recibía el epíteto de “Capitolina” por tener su culto principal en el Monte Capitolio, en donde se hallaba el mayor templo dedicado a Júpiter Optimus Maximus. Si bien hoy en día tenemos un acercamiento “bidimensional” de los dioses clásicos, concibiendo su carácter mayormente derivado de los mitos y leyendas recogidas, lo cierto es que cada deidad podía ser poseedor de todo un cúmulo de características más o menos disímiles de acuerdo a los diversos cultos que se le podía rendir a cada uno, en distintas zonas geográficas. Muchas veces estos cultos (y los correspondientes epítetos atribuídos a cada deidad) servían para unificar en una sola figura distintos dioses, o facetas muy determinadas de ciertas deidades. Por ello, para tener una mayor comprensión de los alcances de cada deidad, exploraremos las diversas facetas que mostraban de acuerdo a sus distintos cultos.

El mayor aspecto que podemos destacar de Juno es el de Protectora de las Mujeres. No solamente éste era el nombre que recibía esta diosa, sino también que así se le designaba a una serie de espíritus protectores que cada mujer poseía, desde el momento de su nacimiento hasta su muerte: las Junones. Esta faceta protectora se ve en los diversos epítetos y cultos cuyo eje se centra en el estatus de las mujeres casadas y en los partos.

  • Juno Regina: poseía su templo en el Monte Aventino, una de las siete colinas sobre las que se asentaba Roma. Se sabe que a este templo acudían las matronas en los momentos de peligro para la ciudad. Bajo este epíteto se mostraba en su faceta de Consorte Real de Júpiter Optimus Maximus, y era la protectora de las mujeres casadas. Su rol protector hacia las mujeres casadas se hacía presente aún antes de la oficialización del rito protegiendo a la novia a través de sus cultos como Interduca (la que lleva la novia al matrimonio) y Domiduca (la que lleva a la novia a su nuevo hogar) y Cinxia (la que pierde la faja de la novia). Ella es quien preside el matrimonio bajo su título de Prónuba, Iuga / Iugalis. Bajo el epíteto de Juno Sororia era la regente de la hermandad femenina, de la sororidad.
  • Juno Lucina: ella es quien asiste a la mujer en el momento del parto. A su culto se aconsejaba ir sin ningún tipo de nudo o atadura en las ropas o cabellos, porque se consideraba que bloquearía el alumbramiento. En su templo de Esquilino se dejaba una moneda por cada recién nacido, a modo de ofrenda y agradecimiento. Este culto tenía su fecha consagrada en la fiesta de las Matronales el 1° de marzo, que se le rendía tributo como Lucina, Mater y protectora de las mujeres en general. Las mujeres recibían regalos y oraciones de parte de sus maridos. Bajo el título de Conservatrix ella es quien vela por el cuidado del recién nacido. Su función de matrona la podemos hallar englobada en el culto de Juno Populona, la que fomenta la multiplicación del pueblo.
  • Juno Sospita: bajo esta forma era adorada en su aspecto guerrero, vestida con una piel de cabra (de manera similar a la égida de Atenea); bajo el epíteto de Curitis era invocada por los guerreros antes de entrar a combate; Juno Moneta era también tenida como deidad protectora.

Podemos apreciar claramente tres aspectos en Juno: protectora de las mujeres, matrona de la fertilidad y protectora de los guerreros, respondiendo a la tesis de la trifuncionalidad indoeuropea desarrollada por Dumézil. Este misma tripartición la observaremos en Júpiter, por lo que ayuda a generar núcleos temáticos que nos permitan construir redes de sentido para ambas cartas.

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II – Jvnon, TdB de J. Blanche, c. 1874.

Cabe mencionar que en su aspecto de Populona, si bien entendemos intuitivamente que se refiere al crecimiento de la población a través de la fertilidad, también hace referencia a un aspecto particular que cumple el pueblo: el de dar guerreros que defiendan la ciudad (Populus). En los diversos cultos a Juno podemos apreciar que su naturaleza es bastante más benevolente que la que usualmente podemos hallar en la mitología griega sobre la figura de Hera, quien muestra un aspecto bastante aguerrido y celoso debido a las constantes infidelidades recibidas por parte de Zeus, llegando a mostrar un aspecto vengativo con muchas de sus amantes. También en el episodio del Juicio de Paris podemos ver cómo intenta seducirlo para que ella sea elegida como la diosa más bella ofreciéndole el poder de ser el gobernante de toda Grecia, y volviéndose totalmente vengativa e implacable al no ser elegida, propiciando la destrucción de Troya.

De lo visto, podemos esbozar ciertas nociones para interpretar la carta de Juno:

Su principal aspecto como protectora de las mujeres y regenta de la Sororidad, la unión y fuerza que surge de las mujeres para defenderse ante los peligros externos (Sorora,  Curitis); apela al empoderamiento femenino  (Regina); es la promotora de la fecundidad y los nuevos inicios, tanto de vida como de proyectos, como así también de abundancia y prosperidad (Covella, Lucina, Populona). Bajo su aspecto de Covella, puede marcar nuevos inicios que toman un rumbo sólido que empieza a crecer y tomar forma. Como Curitis y Moneta puede darnos una señal de peligro al acecho, puede ser una advertencia de no bajar la guardia y tomar medidas ante alguna situación problemática que pueda estarse presentando. En general podemos entender esta carta en un aspecto positivo de protección y prosperidad, y buen augurio para crear y materializar (“dar a luz”).

Juno recibiendo la cabeza de Argos por parte de Mercurio, Jacopo Amigoni, 1732.

En cambio, si analizamos a la contrapartida griega, podemos interpretar esta carta como personas implacables o estar respondiendo a los problemas de manera muy agresiva y vengativa. Puede ser una advertencia de que nos podemos llegar a poner a nosotros mismos en situación de desventaja o peligro. Si entendemos su aspecto de Populona como un costado más “utilitarista”, nos puede advertir que estamos desconectandonos de nuestras emociones con el fin de alcanzar una meta determinada. También podemos notar que en su aspecto negativo rompe con la sororidad, volviéndose una enemiga de los intereses colectivos de las mujeres, o que es muy competitiva con sus hermanas. Si en su aspecto positivo podemos hablar de “empoderamiento”, en su lado negativo podemos verla subyugada. También nos va a marcar fuertemente los celos, dado que el pavo real recibe en su cola los ojos de Argos, el gigante que custodiaba a Io que fue muerto a manos de Hermes. los posee en el corazón nunca puede descansar.

Enfocándonos en la imagen que nos muestra la carta, tenemos a la diosa con ropas de época, en un terreno de nubes acompañada de un pavo real, orientada a la derecha y señalando con sus brazos hacia arriba y hacia abajo. Su aspecto si bien es maduro tiende a ser joven, indicando vitalidad, energía. Si bien su posición es baja (II), su ubicación en un plano elevado nos va marcar una figura de importancia y peso, quiza no reconocida a nivel institucional dado que no posee atributos de poder y mando, pero sí desde un lugar para institucional. Al estar posicionada sobre nubes, nos puede alertar de una tendencia a idealizar lo femenino o a alguna persona en cuestión. El pavo real indica la capacidad de estar al tanto de todo, vinculándose con el control (los ojos de Argos), los celos y la posesividad. También nos muestra una naturaleza sofisticada, refinada. Su orientación hacia la derecha expresa dinamismo, avance, autodeterminación; también plasmar a futuro. Al señalar arriba y abajo pareciera hacer alusión a la máxima hermética “como es arriba, es abajo”, expresando la unión de las polaridades y su capacidad de operar con cualquiera de ellas. 

V – JUPITER

En reemplazo del Papa hallamos Júpiter. Al igual que Juno, forma parte de la Trinidad Capitolina siendo él quien la preside. Era parte de la antigua Trinidad junto a Marte y Quirino. Cuando los romanos empiezan a asimilar la cultura griega, la equiparación de Zeus con Júpiter conllevó que éste último adquiriese cada vez más el estatus de dios soberano presidiendo el consejo de dioses. Desde este lugar es tenido no solamente como la deidad suprema sino también como la fuente del poder y la legitimidad de gobierno.

V – Júpiter, TdB de J. Blanche, c. 1875.
  • Primigeniamente Júpiter era un dios del cielo y los fenómenos atmosféricos, vinculado con las lluvias y tormentas, y con las cosechas prósperas que éstas podían generar (Jupiter Dapal, Jupiter Fecundo), pese a que no era estrictamente un dios de la cosecha. Su nombre significa “padre de la luz”. Como portador del rayo y el trueno, se le rendía culto como Júpiter Tonante; se cuenta que el emperador Augusto salió ileso de un rayo que cayó frente a él y que mató a uno de sus sirvientes que iba delante. También se cuenta que como Júpiter Latiaris provocó una lluvia de piedras luego de que su culto fuera destruido por Tulio Hostilio, quien tuvo que restituirlo para aplacar la ira del dios.
  • En el Monte Capitolino se le rendía culto como Jupiter Optimus Maximus, “el mejor y más grande”. Como tal, era el legitimador del ordenamiento político de Roma. Allí iban los cónsules al iniciar sus funciones políticas. En su templo se decidían las declaraciones de guerra del Senado y solían guardarse los tesoros obtenidos en las expediciones militares. Cuando a un general se le daba el título de Triumphator (“triunfador”, ganaba el derecho de desfilar con su ejército por las calles de Roma), éste personificaba a Júpiter, cuya procesión terminaba en su templo, a quien se le rendía tributo con una hecatombe de cabras blancas y de los rehenes obtenidos en campaña. Como Rex, es el garante del derecho; se invocaba a Júpiter como testigos  de los actos solemnes y garante de los compromisos y tratados celebrados; se lo invocaba como fuente de toda justicia.
  • Bajo el aspecto de Júpiter Victor concedió a los romanos el triunfo sobre los samnitas; como Júpiter Estator otorgó el triunfo a Romulo frenando el avance de los sabinos, permitiéndole a las fuerzas romanas reagruparse y salir victoriosos. También protege los límites y fronteras bajo el epíteto de Terminus. 

De aquí podemos destacar algunas carácterísticas que nos ayudarán a comprender la carta: 

Jupiter, grabado de Hendrick Goltzius, 1592,

Principalmente, está asociado a la victoria y el éxito, en especial sobre cuestiones adversas o que impliquen cierto margen de hostilidad (Victor, Estator), oficiando un buen augurio. Esto mismo lo tenemos en su aspecto agrario, indicando buenas cosechas, abundancia, prosperidad (Fecundo, Dapal), crecimiento de todo lo que estamos haciendo. Si lo asociamos a su contrapartida griega, Zeus, nos puede indicar nacimientos, embarazos, hijos (quizá no del todo premeditado). También nos va a mostrar el reconocimiento público y admiración (Maximus Optimus), o personalidades de alto poder y jerarquía; es quien preside la Triada Capitolina, señalando fuerte liderazgo, poder e influencia sobre los demás. Va a señalar la legitimidad de la autoridad o de un orden de cosas (Rex, Maximus Optimus), un ideal de justicia en las acciones y negocios, buena fe, acuerdos. 

Desde un aspecto negativo o mal aspectado, podemos apreciar que nos retira su apoyo hacia la victoria o el éxito, alertando sobre derrotas, fracasos. También puede señalar pérdidas de cosechas, estancamiento en los proyectos. Puede indicar a personas con tendencia despótica y agresiva (Tonante, Lapiaris), la búsqueda de venganza o una actitud implacable para imponer su poder. Puede señalar soberbia. También puede exigir un alto precio que debemos pagar por el éxito. Vinculándolo con Zeus, alerta sobre infidelidad, múltiples amoríos; puede señalar una actitud altamente machista, padres que se desentienden de sus hijos. 

Pictóricamente, en la carta Júpiter es representado como alguien con cabello y barba blanca, indicando su madurez, experiencia y sabiduría. Suele poseer una corona en señal de poder, autoridad y reconocimiento público de su rango. A diferencia de Juno, éste se muestra desnudo, salvo por una banda que lo rodea y cubre sus genitales, lo que marca mayor transparencia y apertura; también puede alertar sobre creerse invulnerable o sobre exponerse. Al igual que la carta II está sobre nubes, pudiendo señalar una idealización de lo masculino o de alguien de estas características. Posee rayos en sus manos, alertando sobre una tendencia agresiva, la imposición de su voluntad; también indica su atributo de dador de justicia y represalias. Pareciera estar parado sobre el águila, símbolo del poder imperial, que muestra la capacidad de ver más allá que el resto, la función superior de la mente. Al estar orientado hacia la izquierda, puede alertar sobre una actitud conservadora, apego al pasado; también una tendencia a ser más reflexivo antes de actuar impulsivamente. 

DESDE LA ASTROLOGÍA

Desde la perspectiva astrológica, Júpiter es uno de los planetas llamados “benéficos”, asociado al crecimiento, la expansión, el optimismo y la búsqueda del pensamientot superior, vinculándose con los filósofos y religiosos. Se conecta con la moral y la ética, con el ideal de justicia y equidad. También puede señalar irresponsabilidad producto de un exceso de confianza u optimismo, arrogancia y soberbia; exageración y desmesura. Puede tender a una actitud conservadora y dogmática.

Por otro lado, Juno es un asteroide descubierto a inicios de 1800. Se lo asocia con el compromiso y la compatibilidad de pareja, las asociaciones y el matrimonio; lo que necesitamos para sentirnos satisfechos. Enfatiza el apoyo y el respeto en las relaciones de pareja. También refiere a la maternidad y la belleza estética. Claramente también puede referir a los celos y la dependencia emocional en relaciones tóxicas.

MANIFESTACIONES PREVIAS DE AMBOS DIOSES EN EL TAROT

La primera referencia que tenemos de ambos dioses en las primeras manifestaciones del Juego de Triunfos (Tarot) la encontramos en una carta escrita en 1449 por Jacopo Marcello a la reina Isabel de Lorena en donde describe dos juegos de cartas, uno creado entre 1412 y 1425 para el duque de Miilán Filippo María Visconti, consistente en dieciséis dioses clásicos, conceptualizado por el secretario y astrólogo personal del duque, Marziano da Tortora. El mazo se divide en cuatro palos, con cuatro Triunfos bajo la forma de los dioses clásicos:

  • Águilas: representa a la Virtud. Aquí encontramos como máximo triunfo a Júpiter, seguido de Apolo, Mercurio y Hércules
  • Fenix: la riqueza. Corona este Palo Juno, seguido de Neptuno, Marte y Aeolos.
  • Tórtolas: simbolizando la castidad. Compuesto por Palas (Atenea), Diana, Vesta y Dafne.
  • Palomas: el deseo y la sensualidad. Integrado por Venus, Baco, Ceres y Cupido.
Giove (Júpiter) y Giunone (Juno), reproducción de los Triunfos de Marziano da Tortora realizada por Robert Place, The Marziano Tarot, 2015.

También encontramos referencia a ambos dioses en el poema de Matteo María Boiardo, cuya estructura está esquematizada bajo la forma de una baraja de cartas que guarda la misma composición del Tarot. Aquí poseemos cinco Palos:

  • Miedos, representados como Látigos
  • Celos, expresados como Ojos
  • Esperanza, como Jarras
  • Amor, y
  • Mundo

En el capítulo dedicado a los Celos, nos menciona a Juno como Reina de dicho palo:

13) Los CELOS hicieron a Juno venir a la tierra muchas veces

Por los varios amores de Jove,

Porque quien los posee en el corazón nunca puede descansar.

En el capítulo del Amor tenemos a Júpiter como Rey:

14) AMOR hizo descender a Jove muchas veces

En diferentes formas, de toro, de cisne, de oro,

Y en forma de águila, él también tomó a Ganímedes.

E hizo que Pasifae se enamore de un toro.

De esta forma podemos notar que la presencia de estas dos figuras dentro de las alegorías que históricamente han compuesto los Triunfos no es algo novedoso y patrimonio exclusivo de esta baraja.

CONCLUSIÓN

Como podemos notar, ambas cartas poseen un cúmulo de contenidos que difícilmente nos pueda permitir hacer un reduccionismo e interpretárlas igual que a la Papisa o al Papa, aunque podemos encontrar algunos elementos en común entre ambas figuras. De mi experiencia utilizándolas en lecturas junto a los Pontífices, es interesante cuando ambas salen para marcar problemas de pareja, el poder femenino emancipado o luchando contra el poderío patriarcal, e incluso el comportamiento manifiestamente machista por quienes salen caracterizados como Júpiter.

Esta no deja de ser una primera propuesta para incorporarlas a la lectura y la práctica, buscando aportar una nueva óptica y gama de interpretación a través de este mazo tan interesante como es el Tarot de Besançon.

Bibliografía:

Taller La Historia del Tarot

               

La historia del Tarot y los juegos de cartas es un ámbito mayormente inexplorado en nuestra lengua castellana, lo que ha generado mucho desconocimiento e ignorancia sobre el tema y la repetición continua de lugares comunes sin respaldo histórico de ningún tipo.

En este taller exploraremos el surgimiento de los primeros juegos de cartas y cómo éstos arriban a Europa en un momento cultural, social y artístico que permitió el surgimiento del Juego de Triunfos, lo que con el correr de los años se convertirá en lo que hoy en día llamamos “Tarot”.
Exploraremos las condiciones en las que surge, sus distintas manifestaciones y su evolución a lo largo del tiempo desde el Renacimiento Italiano hasta la actualidad. Veremos cómo pasa de ser un mero juego de cartas a una herramienta oracular y de auto ayuda por excelencia de la actualidad.

Realizado por última vez en febrero de 2023, esta nueva edición re elabora mucho de lo planteado en su formato original, ampliando el contenido y el archivo visual utilizado para el recorrido histórico. Se encuentra a disposición las cuatro clases grabadas para quienes deseen acceder a ellas.

–PROGRAMA–  

Clase 1: Origen de los juegos de cartas en Asia, su paso a Europa; contexto europeo del desarrollo de los juegos de naipes, adaptación de los Palos. 

Clase 2: Antecedentes de los juegos de Triunfos, Procesiones Triunfales, influencias Neo-Platónicas; barajas iluminadas del S. XV de Italia. 

Clase 3: Paso del Juego de Triunfos de Italia a Francia, el Taraux / Tarocchi; barajas de los siglos XVI, XVII y XVIII; el Tarot de Marsella y otros patrones contemporáneos (Tarot de Besanzón, Tarot Belga); Tarots Revolucionarios. 

Clase 4: el origen del “Tarot Egipcio” y el desarrollo del Tarot esotérico a finales del S. XVIII; el Renacimiento Ocultista, la Orden Hermética del Alba Dorada (Golden Dawn); Aleister Crowley. La influencia de la New Age, el Tarot evolutivo; el Tarot contemporáneo y sus diferentes perspectivas. 

También se encuentra a la venta el ebook oficial que recopila el recorrido visual de los mazos históricos que se abordan en el taller.

Aranceles:

Pack de las 4 clases grabadas+ebook recopilatorio: $6000 (pesos argentinos; desde fuera de Argentina: u$s40)

Ebook recopilatorio: $2000 (fuera de Argentina, u$s 10)

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El Tarot de Besançon, 1° Parte

En esta oportunidad vamos a hablar de este patrón conocido bajo el nombre de “Tarot de Besançon” (TdB). Un estilo representado por distintos autores que le han sabido impregnar y desarrollar su espíritu en paralelo a su hermano (¿mayor?), el Tarot de Marsella (TdM).

Aunque hoy en día nos resulte extraño, este ha sido, quizá, uno de los patrones más populares del siglo XIX, que vio su declive al iniciar los 1900 casi al punto de quedar en el olvido para una gran cantidad de personas.

A nivel estilístico, podemos ver que el TdM y el TdB guardan una enorme similitud: básicamente la representación iconográfica de los Triunfos es la misma, lo mismo con la Corte y los Palos. Al margen de algunos detalles menores, hay dos cosas que caracterizan al TdB sobre el TdM y el resto de los Tarots: las cartas de la Papisa y el Papa son reemplazadas por Juno y Júpiter, respectivamente.

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Juno y Júpiter, del mazo de Bernard Schaer, Solothurn, Suiza, 1780.

Empecemos desde el inicio, indagando sobre por su nombre.

Un estilo, un nombre

La IPCS (International Playing Card Society) a lo largo de los años ha establecido, mediante toda una serie de estudios históricos comparativos, una serie de “hojas de patrones” clasificando distintos grupos de Tarots y juegos de naipes en general. En la Hoja Patrón N° 6 (anteriormente IT-1.4), lo denomina así:

Popularmente conocido como el ‘Tarot de Besançon’ cuyo nombre es el recomendado aunque existe evidencia de que su origen se establece más al este

Es decir, si bien se “recomienda” por costumbre el uso de la ciudad de Besançon como lugar de procedencia, no es de aquí donde nace y desarrolla. La denominación utilizada no hace más que recoger cómo tradicionalmente siempre se la llamado a este patrón. Prueba de ello, es que podemos apreciar a distintos autores de la última mitad del siglo XIX e inicios del XX refiriéndose a este mazo.

El primer ejemplo nos lo provee uno de los pioneros de la historia de los juegos de cartas, Romain Merlín, en 1857 en un artículo titulado “Les Cartes a Jouer“:

En los Tarots de Besançon, el Papa y la Papisa son reemplazados por Júpiter y Juno. El Tarot de Marsella no ofrece dicho cambio

Apenas dos años más tarde, en otro artículo titulado “Nouvelles recherches sur l’origin des cartes a jouer” nos dice:

Tomemos, de hecho, los tarots de Besançon, Ginebra y Marsella que representan fielmente el viejo tarot veneciano … “(p.288) 

El Papa y la Papisa no se encuentran en todos los tarots franceses modernos. En los tarots de Besançon, son reemplazados por Júpiter y Juno. Este cambio es, sin duda, debido al hecho de que el poder español, un poder muy católico, poseía esta ciudad hasta la conquista de Luis XIV. Lo curioso es que las impresiones del sur de Francia no ofrecen esta particularidad.” (p. 307).

Un primer dato a destacar en las citas de Merlin, es que pareciera tener mayor importancia y popularidad el TdB, dado que es citado y desarrollado más que los otros estilos que menciona. Incluso notemos la primera cita, en donde  el TdM casi tangencialmente, sólo a modo de marcar una distinción. Es decir, tuvo un nivel de reconocimiento en igualdad a este último, que hoy en día es el prototipo de lo que es el Tarot.

Otra prueba de la popularidad de éste, es la mención que Eliphas Levi hace en HIstorie de la Magie (1860):

M. Vaillant, de quien acabamos de hablar, supone, por lo tanto, que el tarot ha sido modificado y cambiado, lo cual es cierto para los tarots alemanes con figuras chinas(sic); pero esto no es cierto para los tarots italianos que solo se alteran en algunos detalles, ni para los tarots de Besançon, en los que todavía se encuentran rastros de los jeroglíficos egipcios primitivos “.

Vemos que Levi deja marcada tres tipologías: los tarot Alemanes (con “figuras chinas”), los Tarot Italianos, y los TdB. De esta tipología, se nota una gran ausencia: el TdM. Podemos pensar que el TdM queda subsumido en los TdB o en los Tarots Italianos, no así con los Tarots Alemanes, cuyos representaciones alegóricas y los Palos son completamente distintos.  Nuevamente, podemos apreciar que en la misma época dos autores de renombre optan por tener en estima el TdB, lo que puede ser un indicio de su popularidad. Otro autor francés como es el caso de Papus nos dirá, apenas unos años más tarde en El Tarot de los Bohemios (1889):

El Tarot italiano, el de Besançon, el de Marsella son los mejores sin ninguna duda que tenemos hoy, especialmente el último, que reproduce bastante bien el primitivo Tarot simbólico

Acá ya tenemos un primer indicio de la futura fuerza que irá ganando en los círculos esotéricos el TdM al ser tenido por el más cercano o fiel al “tarot primitivo” original. Pero aún así, seguimos teniendo mención y consideración del TdB. Para inicios del siglo XX podemos atestiguar su declive. Henry D’Allemagne en sus monumentales dos volúmenes de Las Cartes a Jouer du XVI au XX Siecle (1906), nos deja tres tipologías, las mismas que Romain Merlin estableció en su obra definitiva Origine des Cartes a Jouer (1869): el Tarot de Bologna, de 62 cartas; el de Florencia (el Minchiate), de 97 cartas; y el Lombardo o Veneciano, de 78.  Al quedar subsumido dentro de este último, se pierde dentro de las alegorías mantenidas por el patrón de Marsella.

Por lo que ya tenemos en claro que este patrón en particular ha recibido siempre la denominación “de Besançon” y que poseía una gran popularidad al punto de mantenerse como referencia para algunos de los más importantes escritores y estudiosos del tema, histórico y esotérico. Pero la propia descripción de la IPCS nos aclara que no es su lugar de proveniencia. Entonces, ¿de dónde proviene?

Entre Francia, Suiza y Alemania

Hasta nuestros tiempos han sobrevivido alrededor de una veintena de mazos, en la mayoría con las fechas, el lugar y el editor identificados, lo cual nos permite trazar un pequeño mapa de dónde se desarrolló este patrón. Los registros más antiguos datan de entrada casi la mitad de 1700, lo que muestra un desarrollo y actividad en paralelo al TdM. Al respecto, cabe mencionar una polémica que existe respecto del mazo de Johan Pelagios Mayer (Constanza, Alemania), el cual ha sido fechado circa 1680 pero que posteriores estudios han demostrado que Mayer nació diez años después de dicha fecha, y que se radicó en Constanza en 1720, por lo que se establece como fecha aproximada para su mazo entre 1720 y 1750.  Otro mazo de posible fecha temprana es el de François Héri (Solothurn, Suiza), cuyo TdM se puede hallar digitalizado online en la galeria de Tarot de Marseille Heritage y reproducido por Yves Reinaud. Su TdM data de 1718, por lo que se usa también esta fecha como parámetro de referencia para su TdB. Otro mazo de posible fecha temprana es el de Sebastian Ioia (Augsburgo, Alemania), entre 1720 y 1780 (Kaplan). Sacando estos mazos cuyas fechas son estimadas, nos queda el de Nicolas François Laudier (Estrasburgo, Francia) cuya fecha cierta es de 1746.

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Algunos de los Triunfos del TdB de Francois Heri, Solothurn, Suiza, circa 1718. 

A traves de estos cuatro editores, podemos vislumbrar que la zona de desarrollo temprano se halla entre el Este de Francia, el Oeste de Alemania y Norte de Suiza. Una zona cuyas fronteras han ido cambiando hasta la Segunda Guerra Mundial. Para que sea más gráfico, podremos ver las ciudades en donde se editaron los mazos preservados en la actualidad en Google Maps, junto con una lista de los distintos editores y las fechas, siendo aproximadas algunas veces, siendo desconocidas en otras:

[googlemaps https://www.google.com/maps/d/embed?mid=1V7KHFnMLrlrAqsm_Nljga-0fg0oAkGag&w=640&h=480]

Francia

Besançon :

  • Jean Jerger, circa 1800.
  • J. Blanche, circa 1800
  • Renault, circa 1800.
  • A. Kirchner, circa 1800

Colmar

  • J.H. Blanck & Tschann, circa 1780.
  • Guillaume Mann, (Revolucionario) circa 1793-1800

Epinal

  • Charles Pellerin & Cia., 1876.

Estrasburgo

  • Nicolas François Laudier, 1746.
  • J.B. Benois, circa 1818.
  • L. de Laboisse (Revolucionario), circa 1793-1800.
  • Louis Carey (Revolucionario), circa 1793-1800

 

Alemania

Augsburgo

  • Sebastian Ioia, circa 1720-1780

Constanza

  • Johan Pelagios Mayer, circa 1750

Friburgo

  • Krebs, circa 1780

Mannheim

  • Neumur, circa 1750

 

Suiza

Solothurn

  • François Heri, circa 1718.
  • Bernard Schaer, 1780

 

Reemplazando a los Pontífices: la Reforma Protestante y los tiempos de la Revolución

Ahora que hemos indagado respecto de su procedencia y su nombre, nos queda preguntarnos a qué se ha debido el cambio de las cartas de El Papa y la Papisa por Júpiter y Juno, respectivamente.

Lo primero que debemos notar es la zona geográfica en la que sucede, que desde la primera mitad del siglo XVI será el área de desarrollo y consolidación de las reformas religiosas llevadas a cabo por Martín Lutero en el actual territorio alemán, y por Juan Calvino en Suiza. Durante siglos, gran parte del territorio de Europa se hallaba bajo la órbita del Sacro Imperio Romano Germánico, institución que abarcaba a multitud de reinos, principados y ciudades con distintos niveles de autonomía, y que durante varios siglos mantuvo una puja con la Iglesia Católica por el “dominus mundi”, la autoridad sobre el mundo terrenal y espiritual, que conformarán dos bandos: los Güelfos y Gibelinos. Hacia el Renacimiento, esta disputa se encontraba en favor de la Iglesia, dado que la estructura compleja del Imperio había demostrado en diversas batallas la ineficacia del poder imperial para sostener el control. En época de Lutero, el actual Emperador era Carlos V (Carlos I de España), que había alcanzado un gran poder territorial en casi todo el continente, y era un católico ferviente. En los territorios germanos el descontento social de varios estratos sociales, en particular de la nobleza, alentó la ruptura con el Papado y apoyó las tesis de Lutero, que se extenderían en distintos niveles por Europa. En Suiza sus ideas fueron recogidas y reinterpretadas de una manera más radical por los seguidores de Calvino, generando una ola iconoclasta contra todas las imágenes religiosas de la Iglesia, en particular la referida a los santos y a María. Hacia los siglos XVII y XVIII, tras varias y largas guerras que desembocarán en la Paz de Westfalia en 1648, el protestantismo se asentó y constituyó como religión oficial en sus diversas formas.

Con este trasfondo, no es difícil entender por qué en las regiones protestantes se haya decidido suprimir a las figuras de los Pontífices, tal como sucede con el TdB o el Tarot Belga. Los demás elementos cristianos, e incluso Imperiales, se mantendrán. Al menos hasta el estallido de la Revolución Francesa.

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Algunos Triunfos del mazo de Guillaume Mann, circa 1793, con los atributos reales suprimidos en los Emperadores, y la Justicia con los ojos vendados.  Biblioteca Nacional de Francia

La Revolución le dará una nueva forma a varias de las barajas que se seguirán produciendo en territorio francés a través de un Decreto del Año II de la Convención Nacional, que ordenaba suprimir todos los atributos de la nobleza, no solamente reales sino también de poder religioso en los juegos de naipes. Cada maestro naipero que quisiera seguir produciendo barajas, debía firmar el acta y modificar los tacos xilográficos a fin de amoldarse a los requerimientos. Los mazos publicados durante esta época se conocen como los “Tarots Revolucionarios“. Estos mazos, además, cambiarán los nombres a los Emperadores, que pasarán a ser la Grand Mere y el Grand Pere (Gran Madre y Gran Padre); de los Reyes, que serán Génies (Genios); y las Reinas, que serán las Damas de la Libertad.

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Cartas del mazo de Louis Carey, circa 1792, bajo los requerimientos de la Revolución, con los atributos reales suprimidos y los nombres modificados. Biblioteca Nacional de Francia.

Etapa tardía y declive

A partir de 1800, la ciudad de Besançon ganará importancia en la publicación y mantenimiento del patrón, que seguirá existiendo en paralelo al TdM, y que mantendrá el mercado de la región este de Francia. Jean Jerger será al TdB lo que Nicolas Conver al TdM, dado que sus planchas se seguirán reutilizando por distintos editores que lo sucederan, como Blanche y Kirchner, todos de la misma ciudad.

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Algunas cartas del mazo editado por Grimaud, 1891, que toma como base un anterior mazo de Arnoult. Biblioteca Nacional de Francia.

Desde mediados de 1800 nos ha llegado distintas ediciones publicadas por Lequart-Arnoult de París. La singularidad de los mazos de Lequart es que es evidente que se utilizaron los moldes de un TdM y que sólo se reemplazaron a los Pontífices. Es posible que esta novedad se hubiera hecho con el fin de competir con el mercado de Besançon y de exportar mazos a territorios suizos y alemanes. También de la misma época, de Epinal empezará a circular una edición con un estilo bastante más moderno que el tradicional mantenido por los TdB y TdM, publicado por Pellerín & Co. Por su parte, en el territorio suizo, se empezará a publicar el Swiss 1JJ Tarot. Claramente inspirado en las ediciones de Pellerín, el “Tarot Suizo” se seguirá produciendo hasta la actualidad, especialmente enfocado para el juego.

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Triunfos del “Tarot Épinal”, editado por Pellerin & Cia.

Como hemos visto al inicio, para esta época distintos autores mencionarán este patrón como un estandar bien conocido en la época. Pero a medida que los ocultistas iban familiarizándose más y más con el patrón del TdM, el cual desde Court de Gebelin fue puesto boga como representante del “verdadero Libro de Thoth” (aunque el apartado del Comte de Mellet menciona a Juno y Júpiter en vez de los pontífices), los diversos grupos esotéricos continentales e insulares de Europa trabajarán más enfocadamente con las alegorías del Papa y la Papisa dado que éstos se han convertido para la época en los modelos del Sumo Sacerdote / Hierofante y la Suma Sacerdotisa de los antiguos cultos de la “Edad Dorada”. Sin mencionar también que en suelo americano será el patrón del TdM el que se haga conocido.

Paul Marteau dará el golpe definitivo al “olvido” del TdB con la publicación del “Ancient Tarot de Marseille” en 1930. En una época en donde todos los círculos esotéricos de la época ya habían creado un gran contenido dogmático con bases en las alegorías del TdM, como lo demuestran el Tarot de Wirth, el de Waite y Smith y todos los influenciados por las enseñanzas de la Golden Dawn, Marteau trajo a la vida al TdM con aires de veracidad y superioridad histórica por sobre las nuevas creaciones esotéricas. Curiosamente, las líneas del TdM que Marteau publicó con la Casa Grimaud son las pertenecientes a los Tarots de Besançon editados por Lequart; quizá haya tomado como referencia alguna edición más temprana en la que aún poseía a los Pontífices en lugar de los dioses.

El Tarot de Besançon en el siglo XXI

En la década del 70 empezó a surgir una ola de investigadores e historiadores que tomaron a los juegos de naipes como objeto de estudio, particularmente al Tarot. Gracias a estos académicos, no solamente se ha obtenido mucha información sobre los orígenes y el trasfondo que rodean el nacimiento del Tarot, sino que también se han rescatado mazos y patrones “olvidados” en los museos y colecciones privadas. El TdB empezó a tener un nuevo soplo de vida con obras como The Enciclopedia of Tarot (Kaplan) o Tarot, Jeu et Magic (Depaulis), que lo pusieron de nuevo a la vista.

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Reproducción del mazo de J.B. Benois editada por Il Meneghello.

Modernamente, Eduardo Meneghazzi de la casa Il Meneghello ha editado un facsimil limitado del mazo de J.B. Benois de Estrasburgo, en una primera edición en la década del 80 (con una calidad de papel e imagen limitada por la tecnología de la época), y una segunda, del 2000. También, en una edición muy limitada (actualmente fuera de circulación), Pablo Robledo editó su propia edición basada en el mazo de Lequart-Arnoult, solamente de Triunfos. Dada la familiaridad de las líneas de la edición de Lequart con los TdM II, permite el poder complementarlos con los mazos de Marsella publicados también por Robledo, manteniendose fiel en el resto de los Triunfos al patrón, colores y estilo del TdM, brindando la misma calidad por la que sus mazos se han hecho mundialmente famosos. Incluso permite que se puedan utilizar en la misma baraja a los Papas y los Dioses, dando un resultado de 80 cartas. Más recientemente, Evalyne Hall editó también su propia edición basada en el mazo de Jean Jerger de Besancon, intentando mantener bastante fidelidad a los colores.

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Triunfos del TdB editado por Pablo Robledo.

En la próxima entrega, ahondaremos en las similitudes y diferencias entre el Tarot de Besançon y el Marsella, y además esbozaremos una pequeña guía para poder incorporar a Juno y Júpiter en una lectura.

Bibligrafía:

  • Stuart Kaplan, The Enciclopedia of Tarot Vol I y II, 1978 y 1986, respectivamente.
  • Thierry Depaulis, Tarot, Jeu et Magic, 1984; y The Tarot de Marseilles – Facts and Fallacies, Parte I y II, en The Playing-Card Vol 42, N°1 y 2.
  • Henry D’Allemagne, Les Cartes a Jouer du XIV au XX Siecle, Vol I y II, 1906.
  • Romain Merlin, Origine des Cartes a Jouer, 1869.
  • Antoine Court de Gebelin, Le Jeu du Tarots, en Le Monde Primitive, Vol VIII, 1781.

Recomiendo además los siguientes sitios para complementar algunos puntos de vista:

 

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