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EL TAROT Y LOS SUEÑOS COMO EXPRESIONES DEL INCONSCIENTE COLECTIVO

El Tarot guarda estrecha conexión con el contenido del mundo onírico en tanto ambos comparten un mismo lenguaje: el simbólico. Para comprender mejor, es necesario hacerse una clara idea entre el vínculo que existe entre los símbolos y el Inconsciente. Para Gilber Durand en su libro “La Imaginación Simbólica”, “el símbolo es, pues, una representación que hace aparecer un sentido secreto; es la epifanía de un misterio”, y dicho misterio reside en el dominio de lo no-sensible: lo inconsciente. Como epifanía de lo inconsciente, los símbolos nos harán emerger distintos patrones y energías guardadas en lo profundo de la psique, no solamente individual sino colectiva. Por lo tanto, el contenido simbólico del Tarot y de los Sueños podremos hallarlos dentro de ese espacio oscuro y compartido por todos que es el Inconsciente Colectivo.

El Inconsciente Colectivo, los Arquetipos y la Sincronicidad.

El Inconsciente Colectivo es el inconsciente de la humanidad, el que compartimos como especie, producto de la conexión de los inconscientes individuales. Su construcción se ha ido formando a través de la historia de la humanidad, y el contenido de dicho Inconsciente está formado por patrones de conducta primitivos y espontáneos que Jung denominó con el nombre de Arquetipos.

Estos Arquetipos son portadores de una energía psíquica (inconsciente) que activan determinados mecanismos emocionales ante determinados disparadores, siendo estos disparadores universales y comunes a toda la experiencia humana a través del vínculo con determinadas imágenes simbólicas que vienen a manifestarnos su presencia, como la imagen de la Madre, el Padre, la Bruja, el Hijo, el Sabio, etc.

La experiencia arquetípica, dada que ésta es por medio del inconsciente, no se produce a través de la razón o la lógica, es decir, no de manera consciente. Por lo que todo acercamiento a su comprensión racional siempre será indirecto, segmentado y teñido por el tiempo y lugar en donde estemos parados, por nuestro inconsciente Comunitario (el de nuestra comunidad de origen), el Inconsciente Familiar y el Inconsciente Individual. Por medio de estos tres “filtros” es que tendremos contacto con la figura primordial que es el Arquetipo. Su forma pura se nos presenta bajo el ropaje de las experiencias que hayamos tenido de él, por lo que nuestra comprensión, visión y trato con dicha energía no será la misma, necesariamente, que las de los demás, al margen de las notas comunes que compartan. Pongamos como ejemplo el arquetipo del Padre (Inconsciente Colectivo), el cual tendrá ciertas cualidades destacadas en determinada sociedad y en determinada época, como podrían ser el mostrarse severo, viril, servir de sostén o soporte a su familia, etc; a su vez, éstas cualidades será más o menos encarnadas por nuestro vínculo directo con nuestro padre. De esta experiencia, nuestro inconsciente puede enviarnos imágenes simbólicas en los sueños, como pueden ser una estatua masculina, un hombre que nos protege o, inclusive, una representación menos directa como podría ser un obelisco,  una columna y otros símbolos fálicos.

Jung veía en los sistemas oraculares una expresión de este Inconsciente Colectivo, dado que éstos comparten el lenguaje simbólico. En el caso del Tarot, éste incorpora mediante sus símbolos a los Arquetipos. Retomando el ejemplo del arquetipo del Padre, podemos vincular dicha imagen a la carta El Emperador. Ahora bien, si elegimos conscientemente las cartas, es decir, mirándolas, esta proyección del contenido inconsciente sobre la imagen simbólica de la carta posee una lógica obvia. En cambio, cuando efectuamos una lectura “tradicional”, con el consultante eligiendo las cartas del reverso, entraría en juego un concepto que Jung ha denominado “sincronicidad

La sincronicidad es definida como “la simultaneidad de dos sucesos vinculados por su sentido pero sin conexión causal entre ellos”. Es decir, en ella intervienen dos hechos: uno subjetivo, el contenido interior (inconsciente o arquetípico); y uno objetivo, el hecho exterior que dispara el contenido subjetivo. La característica es que esta unión de dos hechos significativos para el sujeto no guarda relación de causalidad, es decir, es “casual”.

En una consulta de Tarot, la sincronicidad interviene mediante el hecho objetivo (la carta de Tarot) y el contenido subjetivo (el significado que emerge en el lector). Al consultar sobre un tema determinado, éste se manifestará mediante las imágenes simbólicas de las cartas, que dispararan el contenido arquetípico inconsciente que está activado en ese momento.

El Tarot: los “Arcanos Mayores” y el Viaje del Héroe

La palabra “Arcano”¨viene del latín “arcanum”: algo secreto, un misterio o algo que permanece oculto y cerrado. En el Tarot, desde mediados del siglo XVIII se designan con esta palabra a sus cartas: Arcanos Mayores y Arcanos Menores (es decir, Misterios o Secretos Mayores y Menores). Los Arcanos Mayores son veintidós cartas que siempre han poseído un contenido simbólico más complejo que los llamados “Menores”; de hecho, son las cartas con las que habitualmente se representa al Tarot y se diferencia de las cartas de juego. En una sesión, al leerse el símbolo presente en la carta se “descubre” el secreto que reside en el interior, sucede la epifanía de la que hablaba Durand. Además de los “Misterios Mayores”, los Arcanos Menores también nos brindarán la comprensión simbólica de determinados arquetipos mediante vías no tan directas, como es el valor numerológico, la asignación Elemental con sus correspondientes atributos, y la proyección a través de los patrones que se manifiesten en las imágenes o los personajes de la Corte.

Los Arcanos Mayores, a través de su recorrido pictórico, nos plasma un camino de ascensión del Alma, un camino redentorio y de realización del ser que el mitólogo Joseph Campbell ha denominado como el mono-mito del Viaje del Héroe. Este mito estructural es compartido por todas las culturas y civilizaciones, y se centra en la figura del Héroe arquetípico que es llamado a la aventura (o forzado, si se rehúsa), en donde debe superar ciertas tareas o problemas, vencer algún monstruo o enemigo para recuperar un tesoro (o persona), y regresar de nuevo a su patria. Este mito tiene como correlato el viaje del Sol, naciendo, alcanzando su apogeo, muriendo y transitando el inframundo, y volviendo a la vida. Es decir, visto psicológicamente nos mostrará un camino de adentrarse hacia el Inconsciente y volver habiendo integrado nuestra propia Sombra (el contenido de nuestra psique no asumido, rechazado, olvidado o no potenciado por nuestro entorno).  Ejemplos de este mito lo podemos hallar en el viaje de Odiseo, las tareas de Hércules e incluso, en la actualidad, a través de películas (Star Wars, Frozen), literatura (los cuentos de hadas) y video juegos (Super Mario, The Legend of Zelda). Este viaje es lo que Jung denominada “Proceso de Individuación”, es decir, el proceso en el que integramos todos los aspectos de nuestra psique.

En la secuencia, podemos vislumbrar este viaje en tres etapas por medio del Triple Septenario:

  1. Cartas I a VII: el proceso de socialización y conformación de la Persona, la máscara con la que nos desenvolvemos de manera funcional en la sociedad, mediante la aprehensión de la autoridad, los valores morales y religiosos, y el pleno funcionamiento y mantenimiento de la estructura social;
  2. Cartas VIII a XIV: el encuentro con el inconsciente interior, la crisis que nos lleva a problematizar quiénes somos en realidad y cuál es la importancia que le damos a nuestro yo interior. La cúspide de esta crisis es La Muerte, obligándonos a transformarnos y evolucionar o resistirnos hasta la muerte física. Ya sea metafórica o literalmente, sólo será el paso hacia una mejor integración de nuestra esencia (Templanza)
  3. Cartas XV a XXI: la trascendencia y el regreso a la Fuente Esencial, el encuentro con Lo Divino, la plena realización del Yo (Sí-Mismo).

En medio de este recorrido, El Loco (sin número algunas veces, como 0 o 22 otras), será el protagonista que vivencie este viaje de ascensión espiritual y psicológica, alcanzando su plena realización. Simbolizará el Yo indiferenciado al inicio, y el Sí-Mismo realizado al final, siendo ignorante con sed de aprendizaje y un sabio incomprendido al terminar el viaje. No importa cómo lo veamos, si al inicio, en medio de algunos de los estadios o al final del recorrido, siempre será el buscador y su camino constantemente cíclico.

Interperlando el Inconsciente: sueños y “adivinación”

Como ya vimos, tanto el Tarot como los sueños se nutren del lenguaje simbólico, por lo que el primero es una efectiva herramienta a la hora de interpretar a los segundos. En esta tarea, es fundamental buscar que el consultante haga un trabajo de libre asociación con las imágenes simbólicas de las cartas a fin de hallar los significados personales de éstos. Esto puede hacerse pidiéndole que elija una carta para determinados personajes, momentos o situaciones del sueño, o incluso mismo para señalar una imagen específica. Otra manera, es mediante una lectura “convencional”, de tres cartas, representando:

  1. el Sueño
  2. la pregunta del Inconsciente
  3. la respuesta.

Otra manera también es “diseccionar” cada parte en una posición, y elegir la cantidad de cartas (sin verlas) de acuerdo a la cantidad de escenas y personajes enumerados, y pidiéndole a la persona que realice su proyección libre, primero, y la lectura del intérprete luego.

Lo cierto, es que sea cual sea el fin con el que se utilice el Tarot, ya sea para escudriñar respecto del inconsciente y el proceso de evolución, ya sea para “adivinar” un hecho pasado, presente o futuro, serán las imágenes las que movilicen la información que ya existe en nuestro interior. Dado que vimos que los hechos exteriores pueden guardan relación no causal, sincrónica, con contenidos interiores (arquetípicos), nuestro propio inconsciente pueden hablarnos sobre lo que sucede en el exterior, como así también lo que ha sucedido e incluso lo que puede llegar a ocurrir si determinado Arquetipo se manifiesta de determinada manera. El inconsciente no conoce límites espaciales, en tanto puede conocer hechos alejados geográficamente; ni temporales, en tanto la información que aporta puede haber sucedido antes o suceder después. Esto mismo ya estaba en la cabeza de quienes idearon el I-Ching hace dos milenios. No hay evidencia de dónde se “guarda” físicamente el inconsciente aunque se pueda analizar los procesos cerebrales que se vinculen con ello, a su vez que la noción del tiempo al dormir se relativiza enormemente. Si comprendemos como llegamos al momento actual, podremos saber cómo será nuestro devenir, a la vez que re-significaremos nuestro propio pasado y el vínculo con los Arquetipos. Para el Inconsciente sólo existe un único lugar y momento: el aquí y ahora, dándonos la oportunidad de descubrir el origen de determinados complejos (recuerdos encubridores, represiones, conflictos, sustitución transaccional, etc.).

No importa a través de qué medio contactemos con nuestro inconsciente, si de forma directa (por medio de los sueños) o indirecta ( a través de sistemas oraculares como el Tarot), el conocimiento de los patrones de éste nos brindará la llave para la realización individual, el Sí-Mismo. Mientras mayor sea nuestra comprensión de todas las manifestaciones de la Verdad, mayor será nuestro propio conocimiento interior, y mayor la comprensión de los procesos interiores de las demás personas. A modo de cierre, podemos sintetizar esto mediante dos frases, una de Jung: “La iluminación no se alcanza fantaseando sobre la luz, sino integrando la oscuridad”; y la otra, del antiguo Oráculo de Delfos: “conócete a ti mismo”.

(Escrito en colaboración con Fernando Villar, del blog El Significado de los Sueños)

Bibliografía:

  • Carl G. Jung, Los Arquetipos y lo Inconsciente Colectivo, Sobre la Sincronicidad, El Hombre y sus Símbolos.
  • Marie-Louise Von Franz, Sobre Sincronicidad y Adivinación
  • Gilbert Durand, La Imaginación Simbólica
  • Joseph Campbell, El Héroe de las Mil Caras, Las Máscaras de Dios Vol I: Mitología Primitiva, El Poder del Mito.
  • Sallie Nichols, Jung y el Tarot: un Viaje Arquetípico
  • Hajo Banzhaf, El Tarot y el Viaje del Héroe
  • Rachel Pollack, Los 78 Grados de Sabiduría del Tarot

El Tarot de Marsella

Se conocen como “tarot de Marsella” a una familia de mazos que guardan similitudes en la estética e imaginería usada en cada carta, aunque no todos los que suelen recibir dicha denominación son oriundos de dicha ciudad francesa. Esta denominación fue acuñada por Paul Morteau en 1930, al publicar el “Antiguo Tarot de Marsella”.

Se considera este Tarot el más antiguo que establece la estructura actual, su orden, simbolismo y la denominación de sus cartas –especialmente los Arcanos Mayores-. En los Tarots italianos como el Visconti – Sforza las cartas no reciben nombre ni numeración, y variantes como el Minchiate o el Sola – Busca poseen una estructura -97 cartas- e imaginería –los Triunfos no se condicen con los conocidos- alternativa, que demuestran el período de adaptación histórica en el que fue evolucionando hasta alcanzar un patrón determinado.

Si bien los mazos más antiguos que aún se conservan de esta familia datan de aproximadamente 1650, se piensa que existió un antecesor común perdido, del que partían los distintos maestros carteros de la época para realizar sus versiones

La Cary Sheet -o lámina Cary-. ¿El eslabón perdido entre los Tarots de Marsella conocidos y los antiguos mazos italianos?

La Cary Sheet -o lámina Cary-. ¿El eslabón perdido entre los Tarots de Marsella conocidos y los antiguos mazos italianos?

manuales. Sirven a modo de prueba de esta hipótesis la Cary Sheet –lámina de Cary, que recibe su denominación por encontrarse en la colección de la Familia Cary en la Universidad de Yale-, una lámina o plancha sin cortar, con cartas que poseen una estética similar a la que se encuentra en los mazos de Marsella. Esta plancha está fechada en aproximadamente 1500, lo que para muchos es un dato que sirve para avalar la antigüedad histórica del patrón Marsella, paralela a los mazos italianos conocidos. Esta plancha guarda relación con los mazos italianos en cuanto las cartas no reciben nombre ni numeración. Otra pieza histórica la constituyen las cartas del Castillo Sforza: se tratan de un conjunto de cartas, las cuales algunas guardan relación con los mazos de Marsella; especial mención es el 2 de Oros, que es exactamente igual al que encontramos en todas las barajas de esta familia, y está fechado en 1499 –la fecha que figura en la franja que rodea las monedas, usada para exhibir el nombre del artista y el año de publicación-. Si bien estas cartas no constituyen un único mazo, sino que son fragmentos de varios mazos –algunos son exactamente eso, “fragmentos”, no llegan a ser cartas enteras-, el 2 de Oros coincidente con el patrón Marsella podría dar la pauta de que ya en esa época existía la imaginería típica de este patrón. El hecho de que los eslabones más antiguos del Tarot de Marsella se hallen en Italia, lleva a suponer que su origen está en esa región, posiblemente Milán, dado que las imágenes guardan estrecha relación con el Visconti –Sforza. Se cree que pudieron haber emigrado a Francia luego de la invasión de Carlos VIII en 1499. Otra suposición es que tras dicha invasión, llegasen a Italia las cartas que conformarían el estilo Marsella.

"Le Fov" -El Loco-, Tarot de Jean Noblet, circa 1650.

“Le Fov” -El Loco-, Tarot de Jean Noblet, París, circa 1650.

El mazo más antiguo de esta familia pertenece a Jean Noblet –circa 1650, París-. Aquí veremos por primera vez cartas tituladas y numeradas en un orden. Si bien esta época también tendrá otras variantes relacionadas con este patrón, como el Tarot de Vieville

El Loco, Tarot de Jacques Vieville, París, circa 1650.

El Loco, Tarot de Jacques Vieville, París, circa 1650.

–denominado Tarot Belga aunque fuese publicado en París también, por Jacques Vieville-, lo que confirman que pese a las diferencias, hay un patrón que empieza a delimitarse, al menos visualmente. El segundo en importancia lo constituye el de Jean Dodal –circa 1701, Lyon-, el cual ya muestra determinadas diferencias con el de Noblet que indican una evolución en sus detalles –ya sea por la pérdida de algunos, o la distorsión de otros-; contemporáneo a Dodal, hallamos el mazo de Pierre Madénie –circa 1709, Dijon-, el cual ya plantea diferencias más marcadas, que terminan de lustrarse con el mazo de François Chosson –circa 1736, Marsella, aunque es producto de debate la fecha de este mazo-, que años después copiaría Nicolas Conver –circa 1761, Marsella-, el cual se volverá el más popular y la versión más reconocida hasta la actualidad. Luego de 1770 la mayoría de los mazos de esta familia serán derivados del estándar planteado por Madénie – Conver.

El Tarot de MarsellaTdM– presenta históricamente dos subtipos: el perteneciente a Jean Noblet y Jean Dodal, y el de Pierre Madénie y Nicolas Conver, que Thierry Depaulis denomina “TdM I” y “TdM II

Tarot de Jean Dodal, Lyon, circa 1701.

Tarot de Jean Dodal, Lyon, circa 1701.

respectivamente. En la actualidad, el mundialmente conocido y reproducido a mayor escala es el TdM II.

Además de las diferencias visuales que posee el diseño de los dibujos, las mayores divergencias, por citar algunas, son:

  • En LAMOUREUX –Los Enamorados-, Cupido posee los ojos vendados –TdM I-, lo cual no está en el diseño del subtipo TdM II
  • En LA MAISONDIEU –La Torre-, las llamas parecen salir de adentro –TdM I- en lugar de provenir del cielo –TdM II-
  • En LA LUNE –La Luna-, la cara está de frente y parece ser más una luna llena –TdM I-, en lugar de estar de perfil, denotando una luna creciente –TdM II-
  • En LE PENDU –El Colgado-, hay dedos que salen de sus hombros, y tiene la lengua afuera –TdM I-
  • En LE MONDE –El Mundo- el personaje central se ve más andrógino y está vestido con capa –TdM I- en lugar de la banda que cubre su sexo, y su apariencia esencialmente femenina –TdM II-
Le Mat -El Loco-, Nicolas Conver, Marsella, circa 1760.

Le Mat -El Loco-, Nicolas Conver, Marsella, circa 1760.

El TdM se volverá el más reconocido en dicha época, en donde los distintos estudiosos del Tarot e iniciadores de la fase del “Tarot Esóterico”, como Antoine Court de Gebelin, Eliphas Levi y Papus, entre otros, tomarán esta baraja como punto de partida para sus análisis. Puede suponerse que uno de los elementos que contribuyeron a que se popularice fue su accesibilidad para los sectores más populares, a diferencia de los Tarots italianos del S. XV, los cuales eran de uso de familias nobles, debido al alto lujo de detalles y algunos elementos usados, como el pan de oro.

En 1930, Paul Morteau, director de la casa impresora de cartas Grimaud, publicará la edición más conocida del TdM a partir de las planchas originales usadas por Nicolas Conver, con diversas alteraciones en los colores y algunos detalles. Él será quien bautice como “Tarot de Marsella” a este Tarot.

LAS RESTAURACIONES DEL TdM

A finales del siglo XX, habrá un resurgimiento del interés y estudio de este Tarot, que tendrá como meta el estudiar y comparar todos los mazos que históricamente han existido bajo este patrón, con el objeto de recuperar su verdadera composición, colores y detalles, que paulatinamente fueron perdiéndose debido a las impresiones industriales que irían alterando colores y detalles a fin de facilitar el proceso. Este proceso de Restauración, denominado también Reconstitución o Reconstrucción del TdM hará que empiece a popularizarse más entre los adeptos del Tarot, empezando a llamar la atención de aquellos que buscan la esencia “verdadera” del Tarot, la cual consideran perdida o distorsionada en otros tipos de mazos como el Rider- Waite –Smith o el Egipcio.

Le Fol -El Loco-, Kris Hadar, 1996.

Le Fol -El Loco-, Kris Hadar, 1996.

El primero en abrir el juego en el campo de las restauraciones será el francés Kris Hadar. En 1996 dará a conocer su “Verdadero Tarot de Marsella”, la primera restauración que intentará recuperar los antiguos detalles y colores “distorsionados” a partir del mazo de Conver. Amén de algunos detalles pintorescos, como el halo de luz en la cabeza de algunos personajes –como La Papisa-, Hadar establece el origen del Tarot en 1181, como heredero de la cultura Occitana –cultura que tuvo influencia en gran parte del actual territorio francés, que fue perseguida durante la Cruzada Albigense-.

La segunda restauración será la más conocida actualmente, es la realizada por Phillip Camoin y Alejandro Jodorowsky. Phillip Camoin es descendiente de los dueños de la casa impresora de cartas Camoin, quienes fueran los herederos del trabajo de Nicolas Conver y constinuadores de la casa Conver- Camoin. Con la motivación de Jodorowsky, Camoin emprende el trabajo de restauración del mazo de Conver, usando como principal

Le Mat -El Loco-, Jodorowsky-Camoin, 1998.

Le Mat -El Loco-, Jodorowsky-Camoin, 1998.

referencia las planchas originales y los distintos mazos históricos en posesión de distintos museos –incluyendo una misteriosa baraja que Jodorowsky halló en Mexico, que es la referencia a alteraciones que no guardan relación con los mazos históricos. De dicha baraja no hay pruebas de su existencia, salvo la palabra de Jodorowsky y Camoin-. En 1998 se lanzará el “Antiguo Tarot de Marsella”, esta vez sin poder auto-denominarse “verdadero” debido a que Hadar ya lo había registrado así. Al igual que Hadar, esta reconstrucción vendrá acompañada de una teoría del origen del Tarot, el cual Camoin remonta hasta María Magdalena, estableciéndolo como su evangelio perdido. Según él, luego del a crucifixión, ella escaparía a Egipto, en donde sería recibida como representación de la diosa Isis, y en donde esconderá los secretos iniciáticos cristianos originales. Tras varios siglos, serían llevados a Europa, a los territorios franceses, por el monje Cassiano, en donde adoptarán la imaginería y diseño actuales. La Iglesia, siendo consciente de lo que estas cartas representan, la condenarán como “herejía” en lugar de la clásica condena por “hechicería o superstición”, como se condenaban las prácticas adivinatorias en aquella época. Los Triunfos serán una representación de cada siglo de la era cristiana, que terminarán con el resurgimiento de María Magdalena en el mundo.

De esta línea procederán los españoles Daniel Rodés y Encarnación Sanchez, ex discípulos de Camoin, que también traerán al mundo su propia versión de lo que es el “verdadero y antiguo” TdM. Su baraja Lemat-r-Tarot de Marsella Le Mat-, presentará la particularidad de poseer un fondo dorado, en alusión a las antiguas barajas italianas que también poseían dicho estilo –aunque no existan pruebas de que el TdM alguna vez haya poseído dicho detalle de fondo dorado-. Una vez más, esta restauración vendrá acompañada de una posición propia sobre su origen –el del Tarot en general-, estableciendo a la filosofía Cátara como su punto de partida. Los Cátaros tuvieron su mayor influencia en los actuales territorios franceses, coincidentes con la cultura Occitana; denominadas sus creencias como “la herejía Albigense” –Albigenses era otra de las formas de llamarlos- serán fuertemente perseguidos por la Iglesia Católica mediante la Cruzada Albigense. Una de las creencias constituyentes de esta herejía era la concepción de un mundo espiritual, gobernado por Dios; y un mundo terrenal, gobernado por Satán. Para ellos, todas creaciones terrenales –incluida la institución de la Iglesia- eran obra de éste último. Su vía para alcanzar la iluminación era el ascetismo, y proclamaban la reencarnación de las almas en este mundo hasta que pudieran ser capaces de ver a la divinidad y escapar de este reino.

En paralelo a esta vía restauradora con pretensiones de portar la verdad sobre el TdM, se hallarán otras personas que se guiarán sin tantas motivaciones grandilocuentes y marketineras, como el francés Jean Claude Flornoys, que ha restaurado los distintos Tarots históricos de la familia Marsella, como el de Jean Noblet, Jean Dodal y Nicolas Conver, e inclusive los 22 Arcanos Mayores pertenecientes al mazo de Jacques Vieville. A diferencia de las reconstrucciones anteriores, el trabajo de Flornoy no vendrá teñido o avalado por una teoría específica sobre su origen, ni aires de verdad re-descubierta, sino con el deseo de recuperar piezas históricas. De similar vertiente, hallamos al argentino Pablo Robledo, que ha realizado distintas re-ediciones del TdM II, junto con el de Dodal y los Arcanos Mayores del Tarot de Besançon. La labor de estos dos artesanos restauradores aportará una cuota invaluable a la recuperación del Tarot como objeto de estudio histórico, guiados por el amor al arte y su difusión, sin la pretensión de constituirse en maestros iniciados con una verdad única.

 Para saber más de las re-ediciones:

Jean Claude Flornoy: http://www.tarot-history.com/index.html

Pablo Robledo: https://thetarotofmarseilles.blogspot.com.ar/

Phillip Camoin: http://es.camoin.com/tarot/-Inicio-es-.html

Daniel Rodés y Encarnación Sanchez: http://www.kharmos.com/lemat-tarot/

Kris Hadar: http://www.krishadar.com/

Para ver los distintos mazos históricos del TdM II 

Tarot of Marseilles Heritage: http://tarot-de-marseille-heritage.com/english/index.html

Próximamente, enlaces a los albumes en el FB de Tarot Cotidiano de los distintos Tarots de Marsella

Breve Historia del Tarot Egipcio

El Tarot Egipcio es una fórmula que empieza a gestarse con las teorías que le atribuyen origen en dicha civilización, a partir de Court de Gebelin, si bien hasta finales de 1800 no aparecerá una baraja con diseño realmente egipcio.

Etteilla, contemporáneo de Court de Gebelin, confecciona su Tarot de Thoth, la primera baraja original que sale del patrón Marsella en esa época. Este mazo, que proclama ser el primer Tarot Egipcio existente, no posee simbolismos ni diseños de dicha cultura; las imágenes continúan siendo medioevales, con agregados herméticos más evidentes y modificaciones estructurales de los Triunfos que lo apartan totalmente de los Tarots de la época y de la región.  Al margen de lo estético, su mazo adoptará una particularidad que luego rescatarán los autores de mazos egipcios: las cartas están numeradas del 1 al 78, conforman un sistema único, de acuerdo a su teoría de que el Tarot se trata del Libro de Thoth.

"El Mago", Patrón Falconnier - Wegener, basado en los conceptos de Paul Christian.

“El Mago”, Patrón Falconnier – Wegener, basado en los conceptos de Paul Christian.

Hasta 1863 no habrá ninguna novedad en el panorama; en dicho año, Paul Christian (Jean Baptist Pitois su nombre real) publica “El Hombre Rojo de Tullerías”, libro en el que describe la “real” baraja egipcia. Esta misma información luego publicará en “Historia y Práctica de la Magia” en 1870. Las descripciones de Christian serán fundamentales para los Tarots futuros, en tanto varios elementos –como las Esfinges en El Carro- son adoptados, no solamente por reconstructores del Tarot Egipcio, sino también por autores como Waite o Wyrth. De estas descripciones, en 1896 René Falconnier publica “Las XXII Láminas Herméticas del Tarot Adivinatorio”, libro que incluía los Arcanos Mayores conceptualizados en la obra de Christian, ilustrados por Maurice Otto Wegener.  Este Tarot será el primero con real imaginería egipcia, y es conocido como Tarot Egipcio Falconnier o Falconnier-Wegener. El libro sólo incluye los Arcanos Mayores, dejando a los Palos afuera por considerarlos “prostituidos en la cartomancia y en los juegos de azar”. De esta línea surge el Tarot Egipcio no ya como intento de reivindicar su origen en dicha cultura, sino como compendio de su simbolismo.  El Patrón Falconnier-Wegener será retomado por el Comte de Saint Germain en su libro “Astrología Práctica” en 1901, donde esta vez se reproducen las 78 láminas y no sólo las primeras 22.  Durante todo el siglo XX numerosos autores y diseñadores darán su propia versión del Patrón Falconnier-Wegener, como C.C Zain (Brotherhood of the Light), John Dequer, Silvana Alasia, entre otros.

"El Mago", Patrón Kier, basado en el trabajo de Jesús Jainero Iglesias.

“El Mago”, Patrón Kier, basado en el trabajo de Jesús Jainero Iglesias.

El mayor y último giro hasta el momento en el Tarot Egipcio fue la publicación del Tarot Egipcio Kier, de la Editorial Kier (Bs. As., Argentina), en la década de 1970. Este mazo retoma los diseños publicados en “La Cábala de la Predicción” de Jesús Jainero Iglesias, publicado en 1971, en donde se modifican las ilustraciones establecidas por Christian-Falconnier-Wegener añadiendo conceptos de la Cabala y toma fuentes reales egipcias para su concepción. Además, se retoma la idea de un mazo único, sin divisiones en Arcanos Mayores y Menores, numeradas del 1 al 78. Los cuatro Palos mantenidos en la versión del Comte de Saint Germain son reemplazados por escenas egipcias y adquieren título y valor propio, sin pertenecer a un palo determinado. También, cada carta adoptará una división tripartida de interpretación. El Patrón Kier es considerado por muchos estudiosos una de las más cercanas manifestaciones de lo que realmente sería un Tarot egipcio. También de este Patrón se desprenderán distintas versiones.

Ambos patrones, el Falconnier-Wegener y el Kier, son los más populares y reconocidos, aunque no los únicos.

Imágenes del Tarot Egipcio Kier en FB.

Los Tarots Visconti – Sforza

Estos Tarots datan del siglo XV, fechados entre 1428 y 1463. Son parte de los llamados “Tarots Iluminados”, así denominados por la decoración en pan de oro que reciben las cartas en el fondo.

Como su nombre lo indica, pertenecieron a los duques de Milán, las familias Visconti y Sforza. El aspecto más sobresaliente de estas barajas es el de estar adornadas con pan de oro, haciendo que sus fondos tengan un dorado vivo; también, ninguna de las cartas están numeradas ni poseen nombres.

Mazo Piermont - Morgan, editado por US Games

“El Mago”. Mazo Piermont – Morgan, editado por US Games

Existen varios juegos de este Tarots, los cuales no todos se encuentran completos, y no todos están unificados actualmente:

  • Pierpont – Morgan: Esta baraja es la más completa, de la cual se conservan 74 cartas, repartidas entre la Piermont – Morgan Library en New York (35 cartas), y las restantes en Bergamo, entre la Academia Carrara (26 cartas) y la familia Colleoni (13 cartas). Está fechado aproximadamente en 1451.
  • Cary – Yale: este mazo era parte de la colección de juegos de cartas de la familia Cary, la cual fue donada a la Universidad de Yale (EUA). Existen controversias sobre la fecha de este mazo, disputándose la posición del más antiguo frente al Piermont – Morgan. Se duda si fue encargada por Maria Filippo Visconti, con motivo de su casamiento con María de Savoy (1428) o si fue encargada por Francisco Sforza, como conmemoración a su suegro, Maria Filippo. De este mazo sobrevivieron 11 Triunfos, 17 Cartas de la Corte y 39 cartas numeradas.

    Mazo Cary - Yale, publicado por US Games.

    Mazo Cary – Yale, publicado por US Games.

  • Bera – Brambilla: su denominación procede por haber sido adquirido por Giovanni Brambilla en 1900, y luego haber pasado a la colección de la Galleria de Brera, en Milán (1971). Está fechado en 1463, encargado por Francesco Sforza. De este mazo sólo se conservan dos Triunfos (El Emperador y la Rueda de la Fortuna), siete Cartas de la Corte y 39 cartas numeradas, estando desaparecido el 4 de Oros.

La autoría de los dibujos se le atribuyen a Bonifacio Bembo, aunque en algunas cartas se cree que un segundo artista participó para reemplazarlas. De los juegos citados, solamente hay certeza sobre la autoría y fecha del Bera – Brambilla; con los otros dos, se discute cuál es el primigenio, si el Cary – Yale o el Piermont – Morgan. Algunos afirman que el Cary – Yale fue encargado por Maria Filippo Visconti con motivo de su casamiento en 1428, o entre 1442 y 1447, basándose en las monedas que aparece en el palo de Oros, que muestran las que circulaban en Milán en ese tiempo, sacadas de circulación a la muerte de éste en 1447. Por el otro lado, se le atribuyen a su yerno, Francisco Sforza, quien mandó a confeccionar este mazo para conmemorar a su suegro, teniendo entonces mayor antigüedad el Piermont – Morgan.

Cabe destacar que el mazo Pierpont – Morgan establece un patrón similar al que luego adoptará el Tarot de Marsella, estando solamente ausentes El Diablo y La Torre. En cambio, el mazo Cary – Yale plantea un patrón alternativo, en el que se hallan las Virtudes Teológicas (Fé, Caridad y Esperanza).

Actualmente, U.S Games y otras casas impresoras de cartas han sacado distintas versiones de estos Tarots, especialmente el Piermont – Morgan y el Cary – Yale. Las cartas faltantes de cada mazo han sido añadidas, intentando respetar el arte y diseño de las originales.

En los siguientes enlaces, podés ver las impresiones modernas de estos dos Tarots:

Tarot Minchiate Florentino

Originario de Florencia, la fecha exacta de su aparición es inexacta, aunque se lo data aproximadamente en el siglo XVI a partir del poema “Germini” (Minchiate), publicado por Bartolomeo di MIchelagnolo en 1553. La palabra “Minchiate” es una palabra que designa algo “sin sentido”; “Minchione” a su vez significa “Tonto”, con lo cual se especula sobre el “Tonto” del Tarot (the Fool). 

La carta "cero", equivalente a El Loco en los Tarots conocidos.

La carta “cero”, equivalente a El Loco en los Tarots conocidos.

Es una variante del juego Tarocchi conocida como “Germini”, posteriormente denominada “Minchiate”. 

Esta baraja se diferencia fundamentalmente de los Tarots de la época debido a que su número de cartas se eleva a 97 en lugar de las 78 habituales, contando con:

  • 56 “Arcanos Menores”, es decir, los Cuatro Palos habituales divididos en cartas Numeradas y la Corte. Acá en lugar de Caballeros podemos encontrar Centauros, y Doncellas en lugar de algunos Pajes;
    En lugar del Caballero podemos apreciar a un Centauro

    En lugar del Caballero podemos apreciar a un Centauro

  • 41 Triunfos o “Arcanos Mayores”. Entre los Triunfos podemos encontrar los Signos Zodiacales (que generan la expansión en la cantidad de Triunfos), las Cuatro Virtudes Cardinales y los Cuatro Elementos. Además se destaca la ausencia de El Papa y la Papisa, y la adición de El Gran Duque, El Emperador Oriental y El Emperador Occidental. 

En la actualidad está en desuso debido a que nadie ha continuado con su línea, por lo que el significado de varias cartas únicas de este mazo resultan de difícil interpretación. 

Para ver todas las cartas, visitá el Album Tarot Minchiate en FB.

 

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