Pablo Robledo regresa a Bs. As. luego de tres años a darnos este taller especial: El Tarot en Serio. Este taller va ahondar en la dinámica que implica con una consulta de Tarot: ¿de qué manera se prepara el lector profesional para encarar una sesión? ¿Cómo se lleva adelante la consulta teniendo al consultante como eje de toda la experiencia? ¿cómo funciona tu cabeza en el momento de la lectura?
Estos y otros profundos temas se abordarán a través de los ojos de uno de los Maestros Carteros más reconocidos a nivel mundial, quien nos brindará su impronta y visión nacida de su larga experiencia con el Tarot.
Como dice Pablo, ¡este taller es para valientes! No importa cuál sea tu nivel de experiencia práctica con el Tarot, aquí vas a tener un completo y profundo registro de cómo un profesional maneja y desarrolla una sesión de Tarot, sacando provecho a todos tus recursos y sensibilidad para ello.
El taller es presencial, y tendrá un cupo súper limitado de 10 vacantes.
Se llevará a cabo en el barrio de San Telmo, Ciudad Autónoma de Bs. As. La dirección se entregará a quienes confirmen su vacante abonando previamente su participación.
En la entrega anterior conocimos sobre la historia de este patrón que se desarrolló en paralelo al TdM y que alcanzó una gran cuota de popularidad que decaería en los inicios del siglo XX, al punto que, hasta no hace mucho tiempo, el Tarot de Besancon era casi desconocido para la gran mayoría del público interesado en el Tarot. (Para leer la primera parte, clickea aquí)
Ahora que poseemos información sobre el patrón, lo que nos resta es pensar en algunos lineamientos que nos permitan incorporar a estas dos cartas a una lectura. Para ello, analizaremos a ambos dioses desde distintas miradas que ayuden a integrar posibles disparadores de sentido en una lectura. Cabe mencionar que para el análisis de estar cartas nos referiremos mayoritariamente al contenido mitológico y antropológico romano, dejando en un plano secundario las elaboraciones griegas sobre sus “contrapartidas” popularmente sincretizadas a ellos, Zeus y Hera. Si bien las figuras de ambas parejas de dioses se equiparan casi al punto de la confusión, los dioses romanos poseen particularidades propias que no poseen su “versión” griega, pese al gran paralelismo existente.
Seguidamente, ofreceré un esbozo de qué narrativas se pueden generar en la secuencia de los Triunfos al intercambiarse a los Pontífices por ambos dioses.
II – JUNO
La diosa Juno (Iunon) aparece vestida con típicas ropas de finales del S. XVIII, parada sobre nubes y acompañada de su animal totémico, el pavo real.
Tanto ella como Júpiter pertenecen a la llamada Trinidad Capitolina, junto con Minerva (ausente aquí), constituyendo la tríada principal de dioses gobernantes, tríada presente en diversas religiones indoeuropeas. Recibía el epíteto de “Capitolina” por tener su culto principal en el Monte Capitolio, en donde se hallaba el mayor templo dedicado a Júpiter Optimus Maximus. Si bien hoy en día tenemos un acercamiento “bidimensional” de los dioses clásicos, concibiendo su carácter mayormente derivado de los mitos y leyendas recogidas, lo cierto es que cada deidad podía ser poseedor de todo un cúmulo de características más o menos disímiles de acuerdo a los diversos cultos que se le podía rendir a cada uno, en distintas zonas geográficas. Muchas veces estos cultos (y los correspondientes epítetos atribuídos a cada deidad) servían para unificar en una sola figura distintos dioses, o facetas muy determinadas de ciertas deidades. Por ello, para tener una mayor comprensión de los alcances de cada deidad, exploraremos las diversas facetas que mostraban de acuerdo a sus distintos cultos.
El mayor aspecto que podemos destacar de Juno es el de Protectora de las Mujeres. No solamente éste era el nombre que recibía esta diosa, sino también que así se le designaba a una serie de espíritus protectores que cada mujer poseía, desde el momento de su nacimiento hasta su muerte: las Junones. Esta faceta protectora se ve en los diversos epítetos y cultos cuyo eje se centra en el estatus de las mujeres casadas y en los partos.
Juno Regina: poseía su templo en el Monte Aventino, una de las siete colinas sobre las que se asentaba Roma. Se sabe que a este templo acudían las matronas en los momentos de peligro para la ciudad. Bajo este epíteto se mostraba en su faceta de Consorte Real de Júpiter Optimus Maximus, y era la protectora de las mujeres casadas. Su rol protector hacia las mujeres casadas se hacía presente aún antes de la oficialización del rito protegiendo a la novia a través de sus cultos como Interduca (la que lleva la novia al matrimonio) y Domiduca (la que lleva a la novia a su nuevo hogar) y Cinxia (la que pierde la faja de la novia). Ella es quien preside el matrimonio bajo su título de Prónuba, Iuga / Iugalis. Bajo el epíteto de Juno Sororia era la regente de la hermandad femenina, de la sororidad.
Juno Lucina: ella es quien asiste a la mujer en el momento del parto. A su culto se aconsejaba ir sin ningún tipo de nudo o atadura en las ropas o cabellos, porque se consideraba que bloquearía el alumbramiento. En su templo de Esquilino se dejaba una moneda por cada recién nacido, a modo de ofrenda y agradecimiento. Este culto tenía su fecha consagrada en la fiesta de las Matronales el 1° de marzo, que se le rendía tributo como Lucina, Mater y protectora de las mujeres en general. Las mujeres recibían regalos y oraciones de parte de sus maridos. Bajo el título de Conservatrix ella es quien vela por el cuidado del recién nacido. Su función de matrona la podemos hallar englobada en el culto de Juno Populona, la que fomenta la multiplicación del pueblo.
Juno Sospita: bajo esta forma era adorada en su aspecto guerrero, vestida con una piel de cabra (de manera similar a la égida de Atenea); bajo el epíteto de Curitis era invocada por los guerreros antes de entrar a combate; Juno Moneta era también tenida como deidad protectora.
Podemos apreciar claramente tres aspectos en Juno: protectora de las mujeres, matrona de la fertilidad y protectora de los guerreros, respondiendo a la tesis de la trifuncionalidad indoeuropea desarrollada por Dumézil. Este misma tripartición la observaremos en Júpiter, por lo que ayuda a generar núcleos temáticos que nos permitan construir redes de sentido para ambas cartas.
Cabe mencionar que en su aspecto de Populona, si bien entendemos intuitivamente que se refiere al crecimiento de la población a través de la fertilidad, también hace referencia a un aspecto particular que cumple el pueblo: el de dar guerreros que defiendan la ciudad (Populus). En los diversos cultos a Juno podemos apreciar que su naturaleza es bastante más benevolente que la que usualmente podemos hallar en la mitología griega sobre la figura de Hera, quien muestra un aspecto bastante aguerrido y celoso debido a las constantes infidelidades recibidas por parte de Zeus, llegando a mostrar un aspecto vengativo con muchas de sus amantes. También en el episodio del Juicio de Paris podemos ver cómo intenta seducirlo para que ella sea elegida como la diosa más bella ofreciéndole el poder de ser el gobernante de toda Grecia, y volviéndose totalmente vengativa e implacable al no ser elegida, propiciando la destrucción de Troya.
De lo visto, podemos esbozar ciertas nociones para interpretar la carta de Juno:
Su principal aspecto como protectora de las mujeres y regenta de la Sororidad, la unión y fuerza que surge de las mujeres para defenderse ante los peligros externos (Sorora, Curitis); apela al empoderamiento femenino (Regina); es la promotora de la fecundidad y los nuevos inicios, tanto de vida como de proyectos, como así también de abundancia y prosperidad (Covella, Lucina, Populona). Bajo su aspecto de Covella, puede marcar nuevos inicios que toman un rumbo sólido que empieza a crecer y tomar forma. Como Curitis y Moneta puede darnos una señal de peligro al acecho, puede ser una advertencia de no bajar la guardia y tomar medidas ante alguna situación problemática que pueda estarse presentando. En general podemos entender esta carta en un aspecto positivo de protección y prosperidad, y buen augurio para crear y materializar (“dar a luz”).
En cambio, si analizamos a la contrapartida griega, podemos interpretar esta carta como personas implacables o estar respondiendo a los problemas de manera muy agresiva y vengativa. Puede ser una advertencia de que nos podemos llegar a poner a nosotros mismos en situación de desventaja o peligro. Si entendemos su aspecto de Populona como un costado más “utilitarista”, nos puede advertir que estamos desconectandonos de nuestras emociones con el fin de alcanzar una meta determinada. También podemos notar que en su aspecto negativo rompe con la sororidad, volviéndose una enemiga de los intereses colectivos de las mujeres, o que es muy competitiva con sus hermanas. Si en su aspecto positivo podemos hablar de “empoderamiento”, en su lado negativo podemos verla subyugada. También nos va a marcar fuertemente los celos, dado que el pavo real recibe en su cola los ojos de Argos, el gigante que custodiaba a Io que fue muerto a manos de Hermes. los posee en el corazón nunca puede descansar.
Enfocándonos en la imagen que nos muestra la carta, tenemos a la diosa con ropas de época, en un terreno de nubes acompañada de un pavo real, orientada a la derecha y señalando con sus brazos hacia arriba y hacia abajo. Su aspecto si bien es maduro tiende a ser joven, indicando vitalidad, energía. Si bien su posición es baja (II), su ubicación en un plano elevado nos va marcar una figura de importancia y peso, quiza no reconocida a nivel institucional dado que no posee atributos de poder y mando, pero sí desde un lugar para institucional. Al estar posicionada sobre nubes, nos puede alertar de una tendencia a idealizar lo femenino o a alguna persona en cuestión. El pavo real indica la capacidad de estar al tanto de todo, vinculándose con el control (los ojos de Argos), los celos y la posesividad. También nos muestra una naturaleza sofisticada, refinada. Su orientación hacia la derecha expresa dinamismo, avance, autodeterminación; también plasmar a futuro. Al señalar arriba y abajo pareciera hacer alusión a la máxima hermética “como es arriba, es abajo”, expresando la unión de las polaridades y su capacidad de operar con cualquiera de ellas.
V – JUPITER
En reemplazo del Papa hallamos Júpiter. Al igual que Juno, forma parte de la Trinidad Capitolina siendo él quien la preside. Era parte de la antigua Trinidad junto a Marte y Quirino. Cuando los romanos empiezan a asimilar la cultura griega, la equiparación de Zeus con Júpiter conllevó que éste último adquiriese cada vez más el estatus de dios soberano presidiendo el consejo de dioses. Desde este lugar es tenido no solamente como la deidad suprema sino también como la fuente del poder y la legitimidad de gobierno.
Primigeniamente Júpiter era un dios del cielo y los fenómenos atmosféricos, vinculado con las lluvias y tormentas, y con las cosechas prósperas que éstas podían generar (Jupiter Dapal, Jupiter Fecundo), pese a que no era estrictamente un dios de la cosecha. Su nombre significa “padre de la luz”. Como portador del rayo y el trueno, se le rendía culto como Júpiter Tonante; se cuenta que el emperador Augusto salió ileso de un rayo que cayó frente a él y que mató a uno de sus sirvientes que iba delante. También se cuenta que como Júpiter Latiaris provocó una lluvia de piedras luego de que su culto fuera destruido por Tulio Hostilio, quien tuvo que restituirlo para aplacar la ira del dios.
En el Monte Capitolino se le rendía culto como Jupiter Optimus Maximus, “el mejor y más grande”. Como tal, era el legitimador del ordenamiento político de Roma. Allí iban los cónsules al iniciar sus funciones políticas. En su templo se decidían las declaraciones de guerra del Senado y solían guardarse los tesoros obtenidos en las expediciones militares. Cuando a un general se le daba el título de Triumphator (“triunfador”, ganaba el derecho de desfilar con su ejército por las calles de Roma), éste personificaba a Júpiter, cuya procesión terminaba en su templo, a quien se le rendía tributo con una hecatombe de cabras blancas y de los rehenes obtenidos en campaña. Como Rex, es el garante del derecho; se invocaba a Júpiter como testigos de los actos solemnes y garante de los compromisos y tratados celebrados; se lo invocaba como fuente de toda justicia.
Bajo el aspecto de Júpiter Victor concedió a los romanos el triunfo sobre los samnitas; como Júpiter Estator otorgó el triunfo a Romulo frenando el avance de los sabinos, permitiéndole a las fuerzas romanas reagruparse y salir victoriosos. También protege los límites y fronteras bajo el epíteto de Terminus.
De aquí podemos destacar algunas carácterísticas que nos ayudarán a comprender la carta:
Principalmente, está asociado a la victoria y el éxito, en especial sobre cuestiones adversas o que impliquen cierto margen de hostilidad (Victor, Estator), oficiando un buen augurio. Esto mismo lo tenemos en su aspecto agrario, indicando buenas cosechas, abundancia, prosperidad (Fecundo, Dapal), crecimiento de todo lo que estamos haciendo. Si lo asociamos a su contrapartida griega, Zeus, nos puede indicar nacimientos, embarazos, hijos (quizá no del todo premeditado). También nos va a mostrar el reconocimiento público y admiración (Maximus Optimus), o personalidades de alto poder y jerarquía; es quien preside la Triada Capitolina, señalando fuerte liderazgo, poder e influencia sobre los demás. Va a señalar la legitimidad de la autoridad o de un orden de cosas (Rex, Maximus Optimus), un ideal de justicia en las acciones y negocios, buena fe, acuerdos.
Desde un aspecto negativo o mal aspectado, podemos apreciar que nos retira su apoyo hacia la victoria o el éxito, alertando sobre derrotas, fracasos. También puede señalar pérdidas de cosechas, estancamiento en los proyectos. Puede indicar a personas con tendencia despótica y agresiva (Tonante, Lapiaris), la búsqueda de venganza o una actitud implacable para imponer su poder. Puede señalar soberbia. También puede exigir un alto precio que debemos pagar por el éxito. Vinculándolo con Zeus, alerta sobre infidelidad, múltiples amoríos; puede señalar una actitud altamente machista, padres que se desentienden de sus hijos.
Pictóricamente, en la carta Júpiter es representado como alguien con cabello y barba blanca, indicando su madurez, experiencia y sabiduría. Suele poseer una corona en señal de poder, autoridad y reconocimiento público de su rango. A diferencia de Juno, éste se muestra desnudo, salvo por una banda que lo rodea y cubre sus genitales, lo que marca mayor transparencia y apertura; también puede alertar sobre creerse invulnerable o sobre exponerse. Al igual que la carta II está sobre nubes, pudiendo señalar una idealización de lo masculino o de alguien de estas características. Posee rayos en sus manos, alertando sobre una tendencia agresiva, la imposición de su voluntad; también indica su atributo de dador de justicia y represalias. Pareciera estar parado sobre el águila, símbolo del poder imperial, que muestra la capacidad de ver más allá que el resto, la función superior de la mente. Al estar orientado hacia la izquierda, puede alertar sobre una actitud conservadora, apego al pasado; también una tendencia a ser más reflexivo antes de actuar impulsivamente.
DESDE LA ASTROLOGÍA
Desde la perspectiva astrológica, Júpiter es uno de los planetas llamados “benéficos”, asociado al crecimiento, la expansión, el optimismo y la búsqueda del pensamientot superior, vinculándose con los filósofos y religiosos. Se conecta con la moral y la ética, con el ideal de justicia y equidad. También puede señalar irresponsabilidad producto de un exceso de confianza u optimismo, arrogancia y soberbia; exageración y desmesura. Puede tender a una actitud conservadora y dogmática.
Por otro lado, Juno es un asteroide descubierto a inicios de 1800. Se lo asocia con el compromiso y la compatibilidad de pareja, las asociaciones y el matrimonio; lo que necesitamos para sentirnos satisfechos. Enfatiza el apoyo y el respeto en las relaciones de pareja. También refiere a la maternidad y la belleza estética. Claramente también puede referir a los celos y la dependencia emocional en relaciones tóxicas.
MANIFESTACIONES PREVIAS DE AMBOS DIOSES EN EL TAROT
La primera referencia que tenemos de ambos dioses en las primeras manifestaciones del Juego de Triunfos (Tarot) la encontramos en una carta escrita en 1449 por Jacopo Marcello a la reina Isabel de Lorena en donde describe dos juegos de cartas, uno creado entre 1412 y 1425 para el duque de Miilán Filippo María Visconti, consistente en dieciséis dioses clásicos, conceptualizado por el secretario y astrólogo personal del duque, Marziano da Tortora. El mazo se divide en cuatro palos, con cuatro Triunfos bajo la forma de los dioses clásicos:
Águilas: representa a la Virtud. Aquí encontramos como máximo triunfo a Júpiter, seguido de Apolo, Mercurio y Hércules
Fenix: la riqueza. Corona este Palo Juno, seguido de Neptuno, Marte y Aeolos.
Tórtolas: simbolizando la castidad. Compuesto por Palas (Atenea), Diana, Vesta y Dafne.
Palomas: el deseo y la sensualidad. Integrado por Venus, Baco, Ceres y Cupido.
También encontramos referencia a ambos dioses en el poema de Matteo María Boiardo, cuya estructura está esquematizada bajo la forma de una baraja de cartas que guarda la misma composición del Tarot. Aquí poseemos cinco Palos:
Miedos, representados como Látigos
Celos, expresados como Ojos
Esperanza, como Jarras
Amor, y
Mundo
En el capítulo dedicado a los Celos, nos menciona a Juno como Reina de dicho palo:
“13) Los CELOS hicieron a Juno venir a la tierra muchas veces
Por los varios amores de Jove,
Porque quien los posee en el corazón nunca puede descansar.“
En el capítulo del Amor tenemos a Júpiter como Rey:
“14) AMOR hizo descendera Jove muchas veces
En diferentes formas, de toro, de cisne, de oro,
Y en forma de águila, él también tomó a Ganímedes.
E hizo que Pasifae se enamore de un toro.“
De esta forma podemos notar que la presencia de estas dos figuras dentro de las alegorías que históricamente han compuesto los Triunfos no es algo novedoso y patrimonio exclusivo de esta baraja.
CONCLUSIÓN
Como podemos notar, ambas cartas poseen un cúmulo de contenidos que difícilmente nos pueda permitir hacer un reduccionismo e interpretárlas igual que a la Papisa o al Papa, aunque podemos encontrar algunos elementos en común entre ambas figuras. De mi experiencia utilizándolas en lecturas junto a los Pontífices, es interesante cuando ambas salen para marcar problemas de pareja, el poder femenino emancipado o luchando contra el poderío patriarcal, e incluso el comportamiento manifiestamente machista por quienes salen caracterizados como Júpiter.
Esta no deja de ser una primera propuesta para incorporarlas a la lectura y la práctica, buscando aportar una nueva óptica y gama de interpretación a través de este mazo tan interesante como es el Tarot de Besançon.
Bibliografía:
Georges Dumézil, Archaic Roman Religion, 1966.
Valverde, Acebes y Rico, Diccionario de la Religión Romana, 1992.
Pierre Grimal, Diccionario de Mitología Griega y Romana, 1989.
Stuart Kaplan, Enciclopedia of Tarot, 1978.
Matteo Maria Boiardo, Poema, c. 1460-1494.
Alcoba, Azicri y Molina, Curso de Astrología I, 2005
El siguiente texto es parte del material entregado a alumnxs del Curso Integral de Tarot (2014 – 2018) realizado junto a Juliana Malladas
SU NUMERACIÓN Y LAS DISTINTAS VARIANTES DE ACUERDO AL ORDEN DE LOS TRIUNFOS
Quienes comparen un Tarot de Marsella (TdM) con el Rider-Waite-Smith (RWS) o sus descendientes, podrán comprobar que se intercambia el orden de los triunfos La Justicia y La Fuerza. En cada bando existen teóricos que proclaman la tergiversación de una de las dos secuencias, y la veracidad de las posiciones que defienden (podemos citar a Alejandro Jodorowsky y a Daniel Rodés, ambos “restauradores” del TdM y defensores de sus propias ideas respecto al Tarot).
Para encarar esta problemática, debemos dar un vistazo al pasado, a los mazos históricos.
LA NUMERACIÓN EN LAS BARAJAS ANTIGUAS:
Como ya sabemos, el juego de los Triunfos (posteriormente denominado Tarocchi / Tarot, en italiano y francés, respectivamente) conllevaba un aprendizaje moral subyacente, cuya idea principal era la redención del alma del hombre pecaminoso, representado en la baraja por el triunfo de más baja denominación: il Bagatto (o Bagatella, “Charlatán” o “malabarista”, el cual conocemos en la actualidad como El Mago). Cada Triunfo es vencido por otro más alto, por lo que el Bagatto es derrotado ante El Emperador, y éste, a su vez, por la Templanza, y así sucesivamente. Al existir esta idea moral de triunfo de aspectos más elevados sobre condiciones inferiores (que el autor italiano Andrea Vitali asocia al concepto de la Escalera Mística renacentista), se cree que el orden de los Triunfos lejos está de ser aleatorio, sino más bien son el reflejo del trasfondo cultural y moral en donde eran confeccionadas las distintas barajas.
El juego de cartas más antiguo que se emparenta con las imágenes alegóricas actuales es el Visconti – Sforza, repartido entre la Biblioteca Perpont – Morgan en EUA, la colección de la familia Colleoni y la Biblioteca de Bergamo, ambos en Italia. Este mazo, al igual que varios de los otros mazos iluminados contemporáneos, no presenta en sus cartas un orden ni nombre expreso. La ausencia de ordenamiento expreso no significa que no existieran rangos, sino que éstos se daban por sentado entre los jugadores como parte de las reglas del juego, se aprendían mediante la experiencia del juego. Posiblemente esta ausencia de orden expreso fue lo que posibilitó que, al extenderse a otras ciudades y regiones, cambiara el orden de algunos Triunfos, junto con la representación iconográfica de alguno de éstos.
LA NUMERACIÓN MENCIONADA EN DISTINTOS SERMONES CONTRA LOS JUEGOS DE CARTAS:
Durante parte del S. XV y XVI, se ha publicado el orden y los nombres de los Triunfos en distintos sermones contra los juegos de cartas, poemas y sátiras. A continuación, veremos una lista del orden que se menciona en estas fuentes literarias[1]:
Sermones (secunda mitad 1400, anónimo)
Pasquinata (1521, Pietro Aretino)
Triomphi (1534, Troilo Pomeran)
Motti (segunda mitad de 1500, anónimo)
El Batella
Il Bagatella
Matto
Matto
Imperatrix
L’imperatrice
Bagatella
Bagatello
Imperator
L’Imperadore
Imperatrice
L’Imperatrice
La Papessa
La Bella Papessa
Papessa
La Papessa
El Papa
Il Papa
Imperatore
L’Imperatore
La Temperantia
Temperantia
Papa
Il Papa
L’Amore
L’Amore
Temperanza
l’Amor
Lo Caro Triumphale
Il Carro
Carro Triomphale
La Giustizia
La Fortezza
La Fortezza
Amore
Il Carro
La Rotta
La Ruota di Fortuna
Fortezza
La Fortezza
El Gobbo
Il Vecchio
Rota
La Ruota
Lo Impichato
Il Traditore
Tempo
Il Cocchio
La Morte
La Morte
Traditore
Il Traditore
El Diavolo
Il Diavolo
Morte
La Morte
La Sagitta
La Casa
Diavolo
La Temperanza
La Stella
La Stella
Foco
Il Diavolo
La Luna
La Luna
Stella
Il Fuoco
El Sole
Il Sol
Luna
La Stella
Lo Angelo
L’Angelo
Sole
La Luna
La Iusticia
La Iusticia
Angelo
Il Sole
El Mondo
Il Mondo
Giustitia
L’Angelo
El Matto
Il Matto
Il Mondo
Il Mondo
Le Carte parlanti (1543, Pietro Aretino)
Trionphi (mitad de 1500, anónimo)
Gioco di Tarocchi (1550, Paolo Giovio)
Il Matto
Il Matto
Il Matto
Il Bagatella
Il Bagatino
Il Bagatello
L’Imperatrice
L’Imperatrice
L’Imperatrice
La Papessa
L’Imeradore
La Papessa
Lo Imperatore
La Papessa
L’Imperator
Il Papa
Il Papa
–
L’Amore
La Temperanza
–
La Giustizia
Il Carro
L’Amore
Il Carro Trionfale
L’Amore
La Giustizia
La Fortezza
La Fortezza
Il Carro
La Ruota
La Ruota
La Fortezza
Il vecchio
Il Gobbo
La Rota di Fortuna
Il Traditore
Il traditore
Judas
La Morte
La Morte
La Morte
La Temperantia
Il Diavolo
La Temperanza
PLutone
La Casa del Diavolo
Il Diavolo
La Casa de Plutone
La Stella
La Casa del Danato
Le Stelle
La Luna
La Stella
La Luna
Il Sole
La Luna
Il Sole
L’Agnolo
Il sole
L’Angelo (le Trombe)
La Justicia
Lo Angelo
Il Mondo
Il Mondo
Il Mondo
De los precedentes ejemplos, podemos notar que prácticamente no ha existido un orden fijo de los Triunfos, pero esto sería apenas una observación superficial. Si prestamos atención, existen tres bloques claramente delimitados: del Bagatella al Papa; la Templanza, el Amor, la Justicia, el Carro y la Fortalezza (aunque esta última muestra una constancia como carta previa a la Rueda de Fortuna); y un tercer bloque constante, desde la Rueda hasta el Mundo (o el Loco, según lo ubiquen al inicio o al final). En el primer bloque se dan variaciones en las posiciones de los Emperadores y los Pontifices, pero siempre son variaciones internas (no aparecen en otro bloque), y el segundo se mantiene casi inalterado, solamente lo modifican los saltos que dan las cartas del bloque del medio.
LAS TIPOLOGÍAS DE DUMMETT
En base a lo observado, el autor inglés Michael Dummet, en su libro “The Game of Tarot”, establece tres tipos de ordenamientos:
Tipo A: en esta categoría, el Triunfo más alto es el Angel (el Juicio), precedido por el Mundo; las tres Virtudes se ubican cercanas entre sí, generalmente sobre alguna carta baja del grupo intermedio (El Amor). El Tarot de Bologna, de Toscana y Sicilia son clasificados aquí.
Tipo B: en esta categoría, el Mundo es el Triunfo más alto, precedido por la Justicia y el Juicio. Las virtudes (Templanza y Fortaleza) se hallan separadas. Acá suelen ubicar a los Tarots de Ferrara (Alexander Sforza, Ercole D’Este, Rothschild)
Tipo C: ésta es la categoría que es más conocida, en donde el Mundo es la carta más alta, antecedido por el Juicio; la Templanzase ubica entre la Muerte y el Diablo, la Justiciaentre el Carro y el Ermitaño, y la Fuerzaentre la Rueda y el Colgado. Este es el ordenamiento que recoge el Tarot Visconti – Sforza, el Marsella y sus derivados, incluidos los Tarots actuales.
Las Virtudes Cardinales son las cartas que saltan entre las ubicaciones y cambian el orden de los segmentos medio y alto de los Triunfos, aunque en el segmento más bajo, como ya vimos, se dan variaciones internas. Por lo que históricamente es difícil de hablar de un solo ordenamiento o una secuencia oficial, tal como algunos autores afirman actualmente.
El TdM recoge una de las variantes, la cual ha sido la más extendida y conocida debida a la popularidad que ha tenido este patrón, el cual ha servido de fuente para los Tarots modernos, incluido el RWS. Si bien entre los argumentos a favor de la numeración “verdadera” del TdM se suele citar que los Tarots italianos son demasiado arcaicos y es difícil tomarlos en cuenta a la hora de analizar el patrón establecido por el Marsella, existe un mazo contemporáneo a éste que ha utilizado un ordenamiento alternativo.
EL TAROT DE JACQUES VIEVILLE
Este mazo oriundo de París, data aproximadamente del año 1650, es contemporáneo a uno de los primeros TdM conocidos: el de Jean Noblet. Estas cartas cuenta con la peculiaridad de que las imágenes están “espejadas”, es decir, las orientaciones de los personajes están a la inversa a la que suele hallarse en los TdM (El Loco camina hacia la izquierda, el Mago mira hacia la derecha, etc.). Además, presenta un ordenamiento distinto:
Los Enamorados (VI) – La Justicia (VII) – El Carro (VIII) – La Fuerza (IX) – La Rueda(X) – El Ermitaño (XI)
Esta es una variante co-existente al patrón del TdM, la cual reafirma la idea de que no es posible referirse la secuencia plasmada en el Marsella como la única o “verdadera”, ni resulta justo atacar al RWS atribuyéndole una supuesta deformación al Tarot, ya sea desde la base iconográfica, ya sea desde la secuencia de los Triunfos.
ARTHUR WAITE: EL CAMBIO DE LAS POSICIONES
En su libro La Clave Pictórica del Tarot (The Pictorical Key of Tarot), Waite, respecto de la variación de las posiciones, solamente se limita a decir lo siguiente:
“Por razones que me satisfacen, esta carta ha sido intercambiada con La Justicia, que usualmente es numerada como ocho. Como la variación no tiene ninguna implicación para el lector, no hay motivos para dar explicaciones”
Arthur Waite, al igual que su ilustradora Pamela Colman Smith, y otros referentes del Tarot de la primera mitad del siglo XX (Aleister Crowley, Frieda Harris, Paul Foster Case, C.C. Zain) pertenecían a la Orden del Alba Dorada (Hermetic Orden of the Golden Dawn). Esta orden hermética acumuló y articuló todo el conocimiento esotérico existente a la fecha, por lo que sus miembros recibían formación en astrología, Kaballah, numerología, alquimia y Tarot (para ver mis publicaciones sobre el tema, clickeá aquí). Dentro de esta Orden, el Tarot representaba el súmmum del conocimiento hermético, recogiendo las doctrinas de Eliphas Levi; cada carta poseía su correspondencia astrológica y kabalística. Levi conectó a cada uno de los 22 Arcanos Mayores con una letra del alfabeto hebreo, lo que a su vez los conectaba con un sendero del Árbol de la Vida. Por otro lado, el Sepher Yetzirah (“Libro de la Creación”, manuscrito del misticismo judío) vincula a cada letra con un signo zodiacal. Bajo este criterio, la octava letra, Teth, se asociaba a Leo. Bajo una visión lógica, la octava posición, asociada a Leo, poco tiene en común con La Justicia, la cual debería estar en la posición 11, lugar que ocupa la letra Lamed, asociada a Libra.
El primero en realizar este ajuste fue Samuel Lidell McGregor Mathers, el Maestre de la GD. Como requisito para ser iniciado, los aspirantes debían crear su propia baraja, basada en las correspondencias establecidas por la Orden. Por lo que no solamente Waite creó su propia baraja, sino todos los integrantes iniciados de la GD lo han hecho, siguiendo las directrices que la Orden establecía para las correspondencias. Por lo que esta variación, en principio, era sólo para uso interno de la Orden, no para los profanos. Aun así, fue Waite quien realiza la primera publicación de este ordenamiento, por lo que es a él a quien se le atribuye el cambio, si bien intelectualmente no fue quien lo estableció (Sobre la Golden Dawn).
LOS TAROTS MODERNOS
Durante la segunda mitad del siglo XX, el Tarot vivirá su segundo momento de esplendor gracias al resurgimiento de la espiritualidad y el misticismo atribuido a la Nueva Era de Acuario (comúnmente llamada “New Age”), en donde EUA será el mayor referente de este movimiento. En dicha época, los derechos del Tarot RWS son adquiridos por US Games y es relanzado en suelo estadounidense, en donde se volverá rápidamente popular y masivo, convirtiéndose en uno de los mayores referentes, no solamente por la accesibilidad que posee al tener ilustraciones en todas sus cartas, sino por el contenido esotérico y simbólico encriptado dentro de sus imágenes. Como el público estadounidense suele sufrir de un pequeño complejo de “centro del mundo”, mayormente sólo llegan a conocer el orden establecido por este mazo, desconociendo que originariamente la Justicia precede a la Fuerza. Debido a su masividad, gran cantidad de autores y artistas han re-versionado al RWS, manteniendo la misma numeración para la Fuerza y la Justicia, por lo que en los últimos 30 años se ha sucedido una creación inigualable de mazos de Tarot que, mayoritariamente, han mantenido el orden de Waite, causando que se naturalice y tome como el “correcto”.
LA JUSTICIA Y LA FUERZA
Habiendo echado un vistazo a los distintos tipos de secuencias que han tenido históricamente el Tarot, ahora vamos a enfocarnos en la relación que poseen estas dos cartas entre sí.
LAS VIRTUDES CARDINALES
Como primer paso, debemos decir que ambas figuras pertenecen a las Virtudes Cardinales: Justicia, Fortaleza, Templanza y Prudencia. Justicia, Fortaleza (Fuerza) y Templanza aparecen entre los Triunfos de forma expresa. Es notoria la ausencia de Prudencia, aunque a esto hay que mencionar que Andrea Vitali y Court de Gebelin hallan a dicha virtud en el Colgado, de manera disfrazada y en sentido negativo (es decir, aludiendo a lo que provoca la ausencia de dicha virtud; incluso, para Gebelin, la imagen “correcta” es la carta al derecho, con el personaje en un solo pie evadiendo a una serpiente, idea que retoma Etteilla en su tarot), mientras que la mayoría de los autores consideran que Prudencia aparece disfrazada bajo el manto del Ermitaño, dado que uno de los significados atribuidos a esta carta es, justamente, prudencia, tal como también lo enuncia Waite en La Clave Pictórica del Tarot.
Por su parte, Robert Place en su libro “Tarot: History, Symbolism and Divination”, propone que no hay que buscar a la Prudencia camuflada en las cartas, sino que ésta se encuentra implícita en todo el juego del Tarot; al fin y al cabo, desde la Edad Media se ha establecido que ésta se alcanza mediante la suma de las tres anteriores. Si hubiera que buscar a la Prudencia camuflada en alguna carta, ésta debería ser El Mundo, dado que muestra la comunión con lo divino, la Sabiduría que es otra forma de llamar a la Prudencia.
Estas Virtudes son definidas como “hábitos que disponen al entendimiento y la voluntad para obrar según la razón iluminada por la fe, para que ésta escoja entre los medios más adecuados al fin espiritual del Hombre”; es decir, son una línea de conducta fundamental para el vivir según los lineamientos de la fe y lograr la salvación. Son actitudes firmes, perfecciones habituales del entendimiento y la voluntad que regulan las acciones, ordenan las pasiones y guían la conducta. Para entenderlo mejor, cuando alguien es “virtuoso” en un área determinada, sabemos que es “bueno”, que posee un conocimiento y destreza poco habitual. Podemos pensar en el caso de una pianista o un actor. En este caso, las Virtudes son el parámetro de excelencia de la condición espiritual humana.
Platón en “La República”, menciona cuatro virtudes humanas: sabiduría, valor, templanza y justicia. Ubica a la justicia como la mayor virtud, por ser la que mantiene unidas las otras tres y por ser la de más difícil práctica. Esta jerarquía de las Virtudes será reinterpretada por los estoicos, quienes pondrán en un lugar de mayor importancia a Prudencia, siendo ésta alcanzada con la integración de las otras tres virtudes: Templanza, Fortaleza y Justicia.
En la Era Cristiana, son San Ambrosio, San Agustin y Santo Tomás de Aquino quienes elaboran la doctrina de las Virtudes Cardinales, añadiendo las Virtudes Teogodales o Cristianas (Fe, Caridad y Esperanza; estas virtudes aparecen en mazos como el Mantegna- Baldini y el Visconti Cary-Yale).
Cada una de las Virtudes es definida de la siguiente forma:
Prudencia: es la virtud de actuar y comunicarse de forma clara y cautelosa, respetando los sentimientos, las libertades y la vida de los demás. Es la que dispone la razón suficiente para discernir el bien del mal en cada circunstancia y la que ayuda a elegir los medios adecuados para realizarla. Es la Virtud que guía a las demás.
Justicia: dar al prójimo lo que le es propio, con equidad y respeto a los individuos y al bien común, mediante una voluntad firme y constante
Templanza: es la moderación de los instintos y deseos que procura un equilibrio en el uso y explotación de los bienes; asegura el dominio de la voluntad sobre las pasiones para que se mantengan dentro de los límites de la honestidad.
Fortaleza: asegura la firmeza de la voluntad para superar las dificultades y la constancia en la búsqueda del bien, llegando incluso al sacrificio por una buena causa.
Durante la Edad Media y el Renacimiento, dichas Virtudes fueron representadas bajo la forma de mujeres, con distintos atributos alegóricos:
Prudencia: con un espejo (en varias ocasiones portadora de dos caras), con una cornupia o una serpiente
Templanza: con dos recipientes de agua mezclándolos (“cortar el vino con agua”, la descripción literal de la moderación), o con un reloj de arena.
Fortaleza: dominando un animal, junto a un roble o una columna partida
Justicia: con espada y balanzas.
Como pueden ver, varios de los atributos alegóricos se mantienen presentes en las imágenes de las cartas.
Ramón Lull[2] (1232-1315) da una explicación de la importancia de cada una:
“La primera Virtud en importancia a desarrollar en nosotros es la Fortaleza. ¿Cómo podríamos abordar una empresa de cualquier tipo si no estamos de antemano seguros de completarla? Así que hay que ser fuerte; fuerte contra el mundo, fuerte contra nosotros, fuerte contra nuestros fuertes vicios.
La segunda Virtud a desarrollar es la Prudencia, porque nos enseña a desconfiar del mundo, de nosotros mismos, de las tretas sutiles que nos proporcionan los vicios, nuestros enemigos concientes y sutiles. No hay que verlos a éstos como defectos y reacciones instintivas de nuestra propia carne. Sin duda le sirve como vehículo para canalizar estas reacciones, que son inspiradas por el Espíritu de la Oscuridad que vive en ellas, ya que es el autor y facilitador de éstas (…) y nosotros como un espíritu libre las desafiamos (…) todo se rechaza. Aquí (surge) la Virtud Prudencia.
De la práctica habitual de estas dos Virtudes, la Fortaleza y la Prudencia, nacen respectivamente la Templanza y la Justicia.
Cuando la Fortaleza tiene a salirse de su dominio y desvanece la Prudencia momentáneamente, aparece la Justicia. Ésta es la retribución exacta, el momento donde se recupera el equilibrio tras la reacción perturbadora.
Cuando la Prudencia prevalece sobre la Fortaleza, es donde aparece la Templanza. Ella, también llamada Misericordia, Suavidad, Indulgencia y Perdón, es quien se opone a la rigurosidad de la Justicia, cuya precisión ignora los cambios impulsados por el amor infinitos de los seres entre sí y de Dios para con todos ellos”
Es notorio destacar cómo el orden que sugiere Lulio respecto del desarrollo de cada virtud sigue el orden que se establece en el Tarot RWS: Fuerza, Prudencia (el Ermitaño?), Justicia y Templanza.
LA JUSTICIA Y LA FUERZA: DOS CARAS DE UNA MISMA MONEDA
Para Angeles Arrien, ambas cartas son aspectos de un mismo poder: la Ley. La Fuerza es la Ley Natural, la que todos los seres vivos siguen instintivamente para actuar y sobrevivir en el mundo salvaje. Ninguno de ellos pueden violar esta ley sin verse en peligro de exponerse a la muerte; es la ley del más fuerte, sólo aquel que más desarrollado tenga sus instintos naturales podrá sobrevivir a la continua cacería que significa la vida. Violar la ley de la Naturaleza provoca una desarmonía, una disrupción del orden natural en el que se pone en peligro el hábitat y supervivencia de los seres (esto es lo que sucede cuando se talan selvas y bosques para construir ciudades).
Por otro lado, tenemos la Ley del Hombre: la inclinación cultural, las leyes codificadas; un estándar para medir las acciones objetivamente y permitir la vida en sociedad, cada uno sabiendo los derechos y obligaciones que conlleva la vida social; dicho en otras palabras, los límites a los instintos naturales que perturbarían el orden y la paz comunitaria.
De esta manera, podemos observar que la Fuerza pertenece al mundo indómito e instintivo de la Emperatriz, mientras que la Justicia al orden y civilización del Emperador. Como ya hemos visto, la pareja de Emperadores deben mantener un equilibrio entre sí para que exista armonía y paz. Lo mismo sucede con la Fuerza y la Justicia: cuando las leyes del hombre se dictan para oprimir los instintos naturales o va directamente en contra de la ley natural, se genera una injusticia; nos vemos forzados a ser u hacer algo que naturalmente no está en nuestra naturaleza (reprimir las tendencias sexuales, prohibiciones que impidan el desarrollo de las capacidades o talentos de las personas, restricciones a la libertad de expresión o creencia, etc.). De igual manera, si no existe una posibilidad para que todos posean la oportunidad de sobrevivir y desarrollar sus talentos sin temer el accionar de aquellos que posean más fuerza física o poder, nos mantendríamos en un orden de “ley del más fuerte”; seríamos parte de una cadena alimenticia luchando por sobrevivir continuamente. Entonces, Justicia y Fuerza se llaman a un equilibrio y entendimiento mutuo permanente; tal como ambas cartas sugieren en sus propios términos, debe existir un equilibrio continuo entre fuerzas para que exista armonía.
Siguiente este lineamiento, en las láminas que constituyen el Tarot Rosenwald (perteneciente al Tarot de Bologna o Tipo B de Dummett), ambas cartas que se suceden en orden, llevan la numeración VIII (quizá por error, dado que la siguiente carta es la X, la Rueda de Fortuna). Lo que sugiere, quizá sin demasiado fundamento, que ambas poseen una unión subyacente en sus ideas. Como ya vimos en el texto de Lulio, la Justicia entra en acción cuando la Fuerza (Fortaleza) se sale de sus límites y hace desaparecer la prudencia.
EL SEGUNDO SEPTENARIO: EL VIAJE AL MUNDO DEL INCONSCIENTE
En general, las implicancias de los cambios del orden entre ambas cartas sólo entran en discusión cuando tomamos a los Triunfos como una secuencia que expresa un camino de desarrollo espiritual, tal como antiguamente se creía que lo expresaba mediante el concepto de la Escalera Mïstica (Actualmente simbolizado mediante varias formas, entre ellas el Viaje del Héroe, de Campbell); en sí, si la Justicia ocupa el octavo lugar o el décimo primero, a la hora de una lectura, poco y nada implica para el lector (es acá donde las palabras de Waite cobran sentido). Pero a la hora de enfocar la relación de cada ubicación dentro de un sendero de realización espiritual, conlleva ligeros matices que son interesantes tener en cuenta.
Por motivos de brevedad, sólo usaremos el Triple Septenario, la división más antigua y más extendida, pero también puede utilizarse la explicación analógicamente para otros esquemas divisorios.
LA OCTAVA POSICIÓN: EL INICIO DEL SEGUNDO SEPTENARIO
Luego de abandonar el plano Terrenal o Cotidiano del primer septenario dentro del Carro, nos adentramos hacia otro mundo: el interior, el del Inconsciente. Una vez alcanzado el éxito material y social, nos damos cuenta de que aquí existencia no termina, de que hay algo más; de que todo lo que hemos atravesado debe tener un significado más profundo, de que debe existir una meta más profunda de la que ya hemos obtenido. Por eso dejaremos el mundo de la acción para entrar en el mundo de la no-acción, la receptividad, por lo que el Carro ya no nos será de utilidad y todo lo que suceda a partir de ahora será más sutil y privado.
Acá es cuando la distinción del orden entra en juego: ¿cómo efectuamos este viaje? ¿Mediante una decisión deliberada (la Justicia) o mediante un llamado de nuestro interior (la Fuerza)?
La Justicia nos mostrará que hemos realizado un juicio respecto de lo que hemos obtenido hasta ahora en la vida, por lo que se plantea una problemática consiente: ¿esto es todo? Se pone en la balanza cuánta satisfacción tenemos logrado y si esto es suficiente, o si realmente queremos alcanzar algo más alto. Guiado por esta decisión de buscar un conocimiento o significado más personal y profundo de lo que se ha obtenido hasta ahora y de lo que es la vida, se embarcará hacia su in interior (el Ermitaño) para conocer el significado de las leyes de la Vida, del azar y de su propio interior (la Rueda) para reconocer sus fuerzas interiores (la Fuerza) que le permitan sacrificar todo lo que lo ata al mundo material e impide avanzar en su búsqueda de iluminación (el Colgado) y concretar su transformación (la Muerte) y posterior equilibrio (Templanza).
En cambio, la Fuerza nos mostrará las contradicciones internas que afloran y se nos hace evidentes en nuestro apogeo. ¿Si lo tenemos todo, por qué nos sentimos vacíos, irascibles, melancólicos, como si nos hiciera falta algo más? El león de nuestro interior está rugiendo pidiendo que realicemos nuestras pasiones y no que las ahoguemos en entretenimiento y distracciones, por lo que empezará a manifestarse inconscientemente y, al detectar esto, es que empezaremos a ver en nuestro interior (el Ermitaño) para descubrir cuál es nuestra verdadera naturaleza (la Rueda) y con ese conocimiento podamos tomar la decisión de sacrificar todo lo que impide que nos realicemos de forma profunda (la Justicia y el Colgado), transformándonos en quienes realmente creemos que somos, alcanzando un nuevo equilibrio y paz (la Muerte y la Templanza).
Al respecto, Rachel Pollack dice lo siguiente:
“… la podemos ver como la suma de las cualidades vitales para comenzar la línea. La búsqueda interior no puede ser efectuada por el ego. Es necesario que confrontemos sentimiento y deseo desde hace mucho tiempo fuera de nuestro alcance de nuestros pensamientos conscientes. Si intentamos transformarlos por mediación de un proceso totalmente racional, creamos otra especie de “persona”. Se pierde la espontaneidad, se avergüenzan de sus propias represiones (…) extienden el Carro a otro plano (…) Como 8, la fuerza es un poder que ya no es la fuerza del Ego, sino la fuerza interior de enfrentarse a sí mismo con calma y sin miedo. Tenemos la fuerza para enfrentar los sentimientos, temores, deseos y confusiones suprimidos por el ego en su intento de controlar la vida[4]”
Discrepo con Pollack en cuanto a que efectuar el inicio del segundo Septenario a través de la Justicia implique hacerlo mediante una “máscara” que transporte la superficialidad del Carro a niveles interiores, como si el conocimiento interior se transformara en una meta consiente, un propósito racional. La Justicia no es meramente la “fuerza del Ego”, sino el adoptar una decisión a sabiendas de las repercusiones y la constancia para mantenerla y hacerse responsable lo que provoque. No todos conectan con esta etapa a través de una serie de sucesos inconscientes que lo guíen a este camino interior; sería una generalización bastante superficial dado que existen personas más sensitivas y otras más racionales o lógicas. Jung describe las funciones psíquicas en dos grupos: racionales e irracionales, y a cada grupo le asigna dos funciones: intuición y sentimiento, y pensamiento y sensación. Bajo este panorama, difícilmente podríamos admitir que todos se hacen conscientes de sus contradicciones y de sus deseos de algo más mediante un proceso puramente irracional como lo denota la Fuerza. Hay quienes empiezan a detectar determinados malestares y toman conscientemente la decisión de resolverlos y buscar un “algo más”.
Sea como sea, aquel que tome la decisión de forma deliberada o a través de un acto de fuerza interior que lo guía y arrastre a su interior, en su momento cada uno deberá utilizar a su opuesto complementario.
LA DECIMO PRIMERA POSICIÓN: LA MITAD DEL CAMINO
Acá nos hallamos en la antesala de la decisión más difícil: realizar el sacrificio y dar muerte a nuestro “viejo yo” para continuar el desarrollo espiritual y llegar al tercer Septenario. Entonces nos encontraremos que debemos tomar una decisión que implica hacer uso de nuestra fuerza interior.
Habiendo decidido transitar este camino de forma consciente, nos topamos ahora con la necesidad de vencer nuestras limitaciones racionales y realizar nuestro primer duelo con la Sombra, a través de la Fuerza; pero este duelo es sólo aparente, porque en realidad es un diálogo, en el que el ego debe comprender e integrar los aspectos que hasta ahora mantenía al margen para que le den la fuerza y valentía necesaria para entregarse al sacrificio. Finalmente haremos frente a aquello que nos causaba incomodidad, y debemos encararlo y llegar a un acuerdo: somos nuestro ego y esta parte sombría, y es necesario dejar atrás todas las barreras que interponíamos entre estos dos aspectos si es que queremos llegar más alto en nuestro crecimiento. Debemos sacrificar nuestra “máscara”, nuestra guía meramente racional, dado que ahora nos sumergimos en un mundo cada vez más irracional, imposible de controlar.
En esta posición, la Fuerza se nos presenta como la prueba central de todo el camino: ¿nos paralizamos con el miedo a abandonar nuestras ideas y pensamientos de lo que somos, o nos entregamos en cuerpo y alma a saltar al vacío, siguiendo nuestra pulsión de muerte? La razón intentará revelarse en contra de esto y convencernos de que demos marcha atrás.
En cambio, habiendo seguido nuestros impulsos para adentrarnos en nuestro interior, nos hallaremos frente al momento de hacer un balance y de poner un freno: debemos optar si seguir preso de estas energías que hasta ahora nos han guiado y manipulado, o si queremos trascenderlas y empezar a ver en nuestro interior con la mayor claridad posible. Debemos ahora tomar una decisión: nosotros debemos ser nuestros propios jueces y nuestros propios verdugos, sincerándonos con cada acto y omisión cometida a lo largo de nuestro camino, reconociendo que si no asumidos cada una de las acciones realizadas y consecuencias, nos quedaremos presos en una actitud escapista e irresponsable, donde continuamente evadiremos la culpa consciente por nuestras equivocaciones; donde continuamente estaremos echando la culpa a “algo más” u a algún otro. La Justicia nos pide que el salto lo hagamos a conciencia, que tomemos la decisión de renunciar a quienes éramos y finalmente asumamos el pleno control de nuestro ser, de dejar de ser víctimas de esa fuerza arrasadora que sale desde adentro.
Concluyendo, ambas cartas se complementan y ya sea que iniciemos el camino a través de una forma espontánea o una decisión deliberada, más adelante deberemos integrar el aspecto opuesto. No existe una ubicación “correcta” para una u otra, dado que hemos visto que históricamente las cartas han tenido un orden que ha dependido del entorno social y cultural, y de la cosmovisión de quienes lo establecen. Como todo en el Tarot, la ubicación de ambas cartas corresponden a una toma de decisión y a una coherencia interna dentro de un sistema que haya adoptado a las cartas como herramienta.
FUENTES:
Rachel Pollack, “78 Grados de Sabiduría del Tarot” vol. 1.
Mary K. Greer: “Tarot Constellations”, Apéndice “The 8-11 Controversy”
Robert Place: “Tarot: History, Symbolism and Divination”
Alejandro Jodorowsky: “La Vía del Tarot”
Daniel Rodés y Encarna Sanchez: “El Libro de Oro del Tarot de Marsella”
Arthur E. Waite: “The Pictorial Key of Tarot”
Samuel L. MacGregor Mathers, “Liber T”
Hajo Banzhaf: “El Tarot y el Viaje del Héroe”
Andrea Vitali, ensayos iconográficos, Le Tarot Asociazzione: www.letarot.it
[1] Los Tarots antiguos tampoco daban nombre expreso a los Triunfos; éstos recién adquieren nominación expresa en el Tarot Anónimo de París. De todas formas, cada Triunfo era conocido por un nombre determinado entre los jugadores, nombres que no necesariamente coinciden con los usados actualmente. En la siguiente lista se presenta la correspondencia de la denominación antigua con la moderna, solamente en los casos cuyos nombres son totalmente diferentes, por lo que cartas como La Bella Papessa (la Papisa) y Temperantia o Imperator se dejarán de lado, dado que conservan la misma denominación (en los casos en cuya denominación mayoritaria difiera con la establecida en el Tarot de Marsella, la primera se pondrá entre paréntesis):
Bagatella/o, Bagatino, Bagatto = Le Bateleur (El Mago); L’Amor(e) = Los Enamorados; Car(r)o Triunphale = el Carro; Fortezza = La Fuerza; La Rotta = La Rueda de Fortuna; El Gobbo, il Vecchio, Tempo, il Cocchio = el Ermitaño; il Traditore, il Impecato, Judas = el Colgado; Pluton(e) = El Diablo; la Sagitta, Foco, il Fuoco, la Casa, la Casa de Pluton(e) = Le Maison Diev (la Torre); Angelo, L’Agnolo, le Trombe = El Juicio; il Matto = el Loco
[2] Fragmentos extraídos del libro “La Chrysopée du Seigneur”, cuyo texto únicamente he hallado en francés.
[4] Rachel Pollack, “78 Grados de Sabiduría del Tarot”, Vol I.
El Tarot de Marsella no solamente maneja un lenguaje que funciona como un rompecabezas cuyas piezas irán apareciendo frente a nuestros ojos en una lectura, sino que también mucha gente para acercarse a este mazo le es necesario romperse la cabeza para “entenderlo”.
A todos los que buscan acercarse a este mazo, como así también a quienes ya poseen experiencia en su uso, les propongo un enfoque alternativo, orientado a reconocer su lenguaje y mecanismos constructores del relato visual que se conforma en una lectura.
Para ello recorreremos las distintas capaz que integran su estructura visual a través de la práctica y ejercicios para hallar nuevamente al Tarot dentro del Tarot.
A fin de re-conectar con la propia esencia de TdM, abolimos la distinción entre “Arcanos Menores” y “Mayores” a fin de comprender al mazo como una totalidad y descubrir las distintas interconexiones y patrones que se establecen, sin importar de qué segmento del mazo usemos. Porque el TdM no es un mazo al que se lo deba encarar tal como a los mazos esotéricos y clones del RWS, sino que pide que se lo observe, reconozca y comprenda para poder apreciar y utilizar toda la riqueza y libertad que conceden sus imágenes.
Este espacio está dedicado especialmente a:
Quienes nunca antes tuvieron contacto con el Tarot, en particular el TdM
Quienes todavía, pese a “saber Tarot” no logren o tengan dificultad para trabajar con los Arcanos Menores
Quienes busquen ampliar sus horizontes de lectura en una sesión
Si deseás más información sobre fechas y aranceles, escribí a tarotcotidiano78@gmail.com o conectate a través de las redes sociales:
Los llamados “Arcanos Menores” (“Arcano”=Misterio, es decir: “Misterios Menores”), son los cuatro Palos que encontramos en las barajas de naipes española: Bastos, Oros, Espadas y Copas. En el Tarot constituyen un segmento de 56 cartas, divididas en cuatro segmento o “Palos” compuestos por cartas numeradas del As al 10, y cuatro Figuras de la Corte: Sota, Caballero, Reina y Rey.
Meliadus or Guiron le Courtois (1352-1362), folio 313v. Acá podemos ver una de las primeras representaciones de personas jugando a las cartas.
Como acabo de mencionar, estas cartas uno las halla fácilmente en los naipes comunes para juegos de azar, por lo que se ha dicho erróneamente que estos naipes provienen del Tarot, siendo que los Triunfos o Arcanos Mayores se perdieron en el camino y sólo llegaron a nuestros días las cartas comunes. Por su asociación con los juegos de azar y la cartomancia clásica, muchos de los estudiosos ocultistas las relegaban para el uso de cuestiones mundanas o terrenales, mientras que los Mayores los enfocaban para un trabajo iniciático y espiritual.
Lo cierto es que los Palos y los Triunfos poseen una historia en paralelo que coinciden en un momento y lugar específico: la Italia del siglo XV, particularmente las ricas ciudades del norte: Milán, Ferrara y Bologna, los tres lugares que se barajan como la fuente de los Triunfos. Antes que éstos nacieran, los naipes tuvieron una procedencia de los juegos de cartas orientales: los Mamluk.
Las cartas Mamluks y su llegada a Europa.
Estrictamente hablando, la procedencia de los primeros juegos de cartas se los puede rastrear a China, pasando por la India y Persia hasta llegar al norte de África a través del Sultanado Mameluco, que estaba establecido desde 1250 y que llegó a abarcar hasta Palestina y Siria al momento de su caída ante los Otomanos en 1517. Los Mamelucos o Mamluks (“poseído” en árabe) eran guerreros de origen esclavo, constituido por distintos grupos humanos provenientes de los Balcanes, Asia Menor y Oriente Próximo.
Algunas de las cartas mamelucas del siglo XV, guardadas en el Museo del Palacio Topkapi en Estambul, Turquía.
Del siglo XV se conservan algunas cartas pintadas a mano con gran nivel de detalle, que nos muestran la ascendencia directa de los Palos españoles e italianos. Acá podemos apreciar que se dividen en cuatro palos constituidos de diez cartas y tres figuras reales. Los Palos son:
Bastones de Polo: éste era el deporte por excelencia de las clases clases y la realeza. Éste deporte fue desconocido en Europa hasta mediados del siglo XIX, momento en que los colonos ingleses tomaron contacto directo con el deporte y lo empezaron a practicar, llevándolo a Occidente.
Cimitarras: las espadas curvas árabes. En España, como podemos observar en cualquier baraja común, las espadas adquirieron una forma recta; en Italia, en cambio, quedaron las espadas curvas formando óvalos como reminiscencia a las cimitarras. En la actualidad se lo puede hallar en cualquier Tarot de Marsella este patrón.
Copas: éstas se conservaron iguales.
Monedas: “dírhams”, como se las llamaba a las monedas históricas del mundo musulman, en España e Italia se conservó el mismo emblema, y en muchos mazos sirven para poder fechar en qué momento fueron publicados dado que suelen representar las monedas de curso legal del lugar y momento en donde fue confeccionado el mazo. En España se los denominó “oros” y en Italia “Denari” (“denarios”, las monedas romanas).
A su vez, cada Palo estaba acompañado de tres figuras, reales y militares:
Malik: que en Europa fue designado como Rey.
Na’ib: Gobernador o Virrey, convertido en Caballero
Na’ib thani: gobernador segundo o Vicevirrey, que se transformó en la Sota.
Como podemos notar, las Reinas aquí no están presentes (tal como tampoco lo estarán en los naipes españoles), siendo ésta una incorporación europea influenciada por los romances caballerescos.
Cartas de presunto origen italiano de influencia árabe, circa finales de 1300.
Se estima que las cartas pudieron haber tenido como principal puerto de entrada el Mediterráneo, a través de España e Italia; y por otro lado, Europa Central, a través de los mongoles. Si bien es completamente desconocida la fecha en las que llegaron los juegos de cartas, se estima que fue en algún momento del 1300, posiblemente a inicios de este siglo, dado que hacia finales de éste se empezarán a publicar distintas prohibiciones y proclamas en contra de los juegos de cartas, equiparándolos a otros juegos de azar. Para el momento de estas prohibiciones debieron ser ya lo suficientemente populares. Éstas empiezan a proliferar a partir de la década de 1370 en distintas ciudades como Barcelona, Lile, Siena, Florencia, París, y todo el reino de Castilla en 1387. Todas las ciudades mencionadas poseen movilidad fluvial, pudiendo haber sido éste el principal medio de distribución de las cartas por toda Europa.
Cartas españolas de influencia mora, circa S. XV.
En una crónica del fraile Francesco d’Andrea de la ciudad de Viterbo, dice: “en 1379 llegó el juego de las cartas, que en el habla de los sarracenos [árabes] se los llamaba ‘na’ib'”. Ésta palabra, “na’ib” vimos que era uno de los rangos de las cartas mamelucas, constituye la fuente de la palabra castellana “naipe“, que es la que usamos en nuestra lengua para designar genéricamente a cualquier mazo de cartas y a cada una de éstas.
Las adaptaciones europeas.
En España, Portugal e Italia, se adaptaron y conservaron los mismos emblemas que trajeron los mazos árabes. Pero en otros lugares de Europa se transformaron en emblemas totalmente distintos:
Alemania: Corazones, Hojas, Bellotas y Cascabeles. De acá se cree que luego nacieron los palos franceses.
Francia e Inglaterra: Picas, Tréboles, Diamantes y Corazones.
Los distintos palos adaptados en cada país.
Si bien en Alemania los palos mencionaron tendieron a ser los más populares, durante la primera mitad del siglo XV existieron mazos con otros emblemas, muy llamativos:
las cartas de Sttugart: c. 1430, son unas cartas de lujo, pintadas a mano, que representan escenas y personajes de caza. Esta constituido por 52 cartas divididas en cuatro palos: Ciervos, Patos (las Presas), Perros y Halcones (los Cazadores). Cada palo poseía tres Figuras. Rey, Sota Superior y Sota Inferior.
Cartas de Stuttgart, c. 1430, Alemania.
las cartas de Ambras (Amberes): c. 1440. También forma parte de las cartas de Caza como las anteriores. Los palos son: Halcones, Perros, Señuelos y Garzas. Los rangos son los mismos, con la novedad que aquí se incorporan Reinas.
Cartas de Ambras, c. 1440, Alemania. Otro de los llamados mazos de Caza, confeccionados con gran lujo.
el Hofämterspiel: (“Cabeza de Familia”) c. 1453. Este mazo muy particular de 52 cartas nos divide los cuatro palos en Reinos: Francia, Alemania, Bohemia y Hungría, integrado por distintos personajes ejerciendo varios oficios, con cuatro figuras cortesanas: Rey, Reina, Cabeza de Familia y Marshal. Entre los diversos personajes que muestran, ya nos presenta al “Narr”, es decir, al Loco.
Las cartas Hofämterspiel, c. 1455. A diferencia de las anteriores, representan distintos aspectos de la sociedad.
En Italia ya dijimos que se conservaron los emblemas árabes, como podemos apreciar de los fragmentos de un mazo de aparente proveniencia mora fechado a inicios de 1400. Acá podemos apreciar todavía el Palo de Polo y ver a las Espadas de forma recta.
Durante el transcurso del siglo, a este mazo se le adicionará un segmento especial de cartas alegóricas de mayor valor para el juego: los Triunfos. Los mazos de la familia Visconti-Sforza son los representantes más antiguos de estas barajas, que luego encontraremos en prácticamente todos los mazos de Triunfos-Tarocchi en los siguientes años, salvo contadas excepciones. La génesis de los Triunfos se cree que puede hallarse desde los propios mazos comunes al asignársele a determinadas cartas un poder especial, mayormente siendo éstas cartas especiales las pertenecientes a la Corte, que en muchas oportunidades servían para representar a personajes ilustres, cuya historia y personalidad podían servir para teñir la representación simbólica de la imagen, al punto de tomar otro matiz y elaboración pictórica además de la simpleza de las repeticiones hornamentales de los emblemas. Ésto lo veremos más en profundidad cuando hablemos de los Triunfos.
Los Elementos, las Funciones Psíquicas y Centros Energéticos
Los Palos del Tarot de Etteilla, con sus relaciones elementales.
Con la oleada enciclopedista de la segunda mitad de 1700 en Francia se generaron los primeros trabajos orientados a dotar al Tarot de un bagaje esotérico hermético. Del trabajo de Antoine Court de Gebelin se empezó a desarrollar construcciones filosóficas y esotéricas alrededor de la baraja, que tuvieron como fetiche principal, obviamente, los Arcanos Mayores (anacrónicamente hablando, dado que este término para designar y dividir al mazo recién se empezará a usar a mediados de 1800 gracias a Paul Christian). Si bien los palos tuvieron un desarrollo menor en este sentido, Etteilla será el primero en vincular a cada palo con un Elemento:
Bastos – Tierra
Copas – Agua
Espadas – Aire
Oros – Fuego
Años más tarde, Eliphas Levi en Dogma y Ritual de Alta Magia establecerá las siguientes correspondencias Cabalisticas entre los Palos:
Palo
Bastos
Copas
Espadas
Oros
Elemento
Fuego
Agua
Aire
Tierra
Tetragrama
Yod
He
Vau
He
Tetramorfo
Leon
Angel
Águila
Buey
Signo Fijo del Zodíaco
Leo
Acuario
Escorpio
Tauro
Reino Cabalístico
Atziluth
Briah
Yetzirah
Assiah
Esencia Alquímica
Sulfuro
Mercurio
Azufre
Sal
Este esquema basicamente es el que perdurará hasta nuestros días, popularizado a nivel mundial por los mazos derivados de la Golden Dawn, particularmente el Rider Waite Smith y el Tarot Thoth. A través de esta disposición se canonizó la idea de que cada Palo corresponde a cada Elemento, a veces tomándolo como algo intrínseco a cada palo.
Los Ases del TdM Jodorowsky-Camoin, vinculados cada uno a un Centro Energético del cuerpo.
En la actualidad todos los autores siguen esta corriente, aún los que no adhieren a las creencias o sistemas de la Golden Dawn, pero que aún así reproducen el esquema simbólico, como es el caso de Alejandro Jodorowsky, quien en La Vía del Tarot se manifiesta en contra de estas correlaciones esotéricas pero mantiene el mismo simbolismo con otro nombre: Centros Energéticos. Tanto este enfoque como el utilizado por la psicología Junguiana para designar a cada palo con una de las cuatro funciones que posee la psiquis, lo que hacen es cambiar el enfoque que de ciera manera reproduce la perspectiva hermética de poner el foco en el exterior, en el afuera, en esas energías como manifestación de lo que viene del cielo, para correrlo por un lugar orientado hacia la persona, los ciclos, balances y desbalances energéticos que ocurren dentro. Tanto la concepción de Elementos, el de Centro Energético y el de Función Psicológica nos permite comprender el dinamismo y las interacciones que existen entre estos cuatro puntos. La Golden Dawn esto lo ejemplifica a través del concepto de “Dignidad Elemental” y, por su parte, Jodorowsky y Costa lo trabajan como “Deformaciones de los Centros“.
Un primer acercamiento al simbolismo de los Elementos
Bastos: Fuego, Centro Sexual y Creativo, Función Intuitiva
El uso de la fuerza, la energía, todo lo que conlleva movimiento dinámico y competencia. Invita a tomar la delantera, liderar, la autoconfianza y carisma que se necesita para vencer obstáculos y desafíos.
Elemento Activo, exterioriza la energía. Consume a su paso y es necesario alimentarlo para que no se apague. Muestra la actividad sexual y todo impulso creativo, todo lo que nos “calienta” y empuje a hacer. En desequilibrio, podemos verlo apagado o consumiendo todo a su paso, de modo autodestructivo, desbocado, violento.
En el Renacimiento se vinculaba a los Bastos con los Siervos, con el trabajo duro, el esfuerzo diario, con la clase más bruta y desfavorecida.
Copas: Agua, Centro Emocional, Función Sensitiva
Se vincula con las emociones y los sentimientos, todo lo que nos llena el corazón, el amor. Posee la facilidad de mezclarse con otros, de empatizar, de adaptarse. El mundo interior, lo que se resguarda en el inconsciente, en los sueños. Las profundidades. La capacidad creativa femenina.
Es un Elemento Receptivo, precisa de impulsos exteriores para avanzar y no quedarse detenido o estancado. Puede carecer de iniciativa propia y seguir las corrientes externas. Desbalanceado nos puede mostrar dependencia emocional, frialdad, falta de amor propio o bloqueo emocional.
Las Copas se las vinculaban con el Clero y la Iglesia, con la espiritualidad, la religión, la purificación.
Espadas: Aire, Centro Intelectual, Función Pensante
El mundo de la mente, los pensamientos, ideas, la transmisión de éstas a través de las palabras; las estructuras mentales que condicionan nuestra realidad. El racionamiento lógico. El talento para comunicarse a través del dialogo o de una discusión. El hecho de que se trata de un arma conlleva en sí situaciones conflictivas y difíciles.
Es Activo, tenderá a la exteriorización y reafirmación de sus creencias. En desequilibrio nos puede llevar al dogma y la imposibilidad de comprender puntos de vistas que no sean los propios, a imponer una verdad.
Las Espadas se vincularon con la clase Guerrera y los Nobles, aquellos que servían al Rey ante cada batalla que emprendía. Es un objeto diseñado especificamente para la guerra.
Oros: Tierra, Centro Material, Función Sensorial
Por tratarse de monedas, se vincula con lo material, las posesiones, riquezas y recursos tangibles, con todo lo que nos permite mantener equilibrio y seguridad física. Todo lo que es palpable por los sentidos, la capacidad de materializar y concretar en la realidad. Los frutos que nos brinda la tierra y nuestro esfuerzo. También podemos ver cómo se conecta con la noción de Árbol Genealógico, dado que somos frutos de un terreno determinado (familia, sociedad, etc.) y cómo eso nos condiciona a través de valores morales, pautas sociales, mandamientos familiares.
Es Receptivo, necesita impulso para avanzar y renovarse para dar frutos nuevos, así como la tierra tiene sus ciclos naturales. Fuera de balance nos puede mostrar un exceso de materialismo o situaciones de carencia, inestabilidad y hasta problemas físicos.
Los Oros se vincularon con la clase Mercante, los burgueses y comerciantes de las nuevas urbes de la baja Edad Media.
Bibliografía:
Stuart Kaplan, The Enciclopedia of Tarot, Vol I, 1978.
Robert Place, The Tarot: History, Symbolism and Divination, 2005
Thierry Depaulis, Tarot: Jeu et Magic
Helen Farley, A Cultural History of Tarot: from Entertainment to Esotericism, 2009.
En esta oportunidad vamos a hablar de este patrón conocido bajo el nombre de “Tarot de Besançon” (TdB). Un estilo representado por distintos autores que le han sabido impregnar y desarrollar su espíritu en paralelo a su hermano (¿mayor?), el Tarot de Marsella (TdM).
Aunque hoy en día nos resulte extraño, este ha sido, quizá, uno de los patrones más populares del siglo XIX, que vio su declive al iniciar los 1900 casi al punto de quedar en el olvido para una gran cantidad de personas.
A nivel estilístico, podemos ver que el TdM y el TdB guardan una enorme similitud: básicamente la representación iconográfica de los Triunfos es la misma, lo mismo con la Corte y los Palos. Al margen de algunos detalles menores, hay dos cosas que caracterizan al TdB sobre el TdM y el resto de los Tarots: las cartas de la Papisa y el Papa son reemplazadas por Juno y Júpiter, respectivamente.
Juno y Júpiter, del mazo de Bernard Schaer, Solothurn, Suiza, 1780.
Empecemos desde el inicio, indagando sobre por su nombre.
Un estilo, un nombre
La IPCS (International Playing Card Society) a lo largo de los años ha establecido, mediante toda una serie de estudios históricos comparativos, una serie de “hojas de patrones” clasificando distintos grupos de Tarots y juegos de naipes en general. En la Hoja Patrón N° 6 (anteriormente IT-1.4), lo denomina así:
“Popularmente conocido como el ‘Tarot de Besançon’ cuyo nombre es el recomendado aunque existe evidencia de que su origen se establece más al este”
Es decir, si bien se “recomienda” por costumbre el uso de la ciudad de Besançon como lugar de procedencia, no es de aquí donde nace y desarrolla. La denominación utilizada no hace más que recoger cómo tradicionalmente siempre se la llamado a este patrón. Prueba de ello, es que podemos apreciar a distintos autores de la última mitad del siglo XIX e inicios del XX refiriéndose a este mazo.
El primer ejemplo nos lo provee uno de los pioneros de la historia de los juegos de cartas, Romain Merlín, en 1857 en un artículo titulado “Les Cartes a Jouer“:
“En los Tarots de Besançon, el Papa y la Papisa son reemplazados por Júpiter y Juno. El Tarot de Marsella no ofrece dicho cambio”
Apenas dos años más tarde, en otro artículo titulado “Nouvelles recherches sur l’origin des cartes a jouer” nos dice:
“Tomemos, de hecho, los tarots de Besançon, Ginebra y Marsella que representan fielmente el viejo tarot veneciano … “(p.288)
“El Papa y la Papisa no se encuentran en todos los tarots franceses modernos. En los tarots de Besançon, son reemplazados por Júpiter y Juno. Este cambio es, sin duda, debido al hecho de que el poder español, un poder muy católico, poseía esta ciudad hasta la conquista de Luis XIV. Lo curioso es que las impresiones del sur de Francia no ofrecen esta particularidad.” (p. 307).
Un primer dato a destacar en las citas de Merlin, es que pareciera tener mayor importancia y popularidad el TdB, dado que es citado y desarrollado más que los otros estilos que menciona. Incluso notemos la primera cita, en donde el TdM casi tangencialmente, sólo a modo de marcar una distinción. Es decir, tuvo un nivel de reconocimiento en igualdad a este último, que hoy en día es el prototipo de lo que es el Tarot.
Otra prueba de la popularidad de éste, es la mención que Eliphas Levi hace en HIstorie de la Magie (1860):
“M. Vaillant, de quien acabamos de hablar, supone, por lo tanto, que el tarot ha sido modificado y cambiado, lo cual es cierto para los tarots alemanes con figuras chinas(sic); pero esto no es cierto para los tarots italianos que solo se alteran en algunos detalles, ni para los tarots de Besançon, en los que todavía se encuentran rastros de los jeroglíficos egipcios primitivos “.
Vemos que Levi deja marcada tres tipologías: los tarot Alemanes (con “figuras chinas”), los Tarot Italianos, y los TdB. De esta tipología, se nota una gran ausencia: el TdM. Podemos pensar que el TdM queda subsumido en los TdB o en los Tarots Italianos, no así con los Tarots Alemanes, cuyos representaciones alegóricas y los Palos son completamente distintos. Nuevamente, podemos apreciar que en la misma época dos autores de renombre optan por tener en estima el TdB, lo que puede ser un indicio de su popularidad. Otro autor francés como es el caso de Papus nos dirá, apenas unos años más tarde en El Tarot de los Bohemios (1889):
“El Tarot italiano, el de Besançon, el de Marsella son los mejores sin ninguna duda que tenemos hoy, especialmente el último, que reproduce bastante bien el primitivo Tarot simbólico”
Acá ya tenemos un primer indicio de la futura fuerza que irá ganando en los círculos esotéricos el TdM al ser tenido por el más cercano o fiel al “tarot primitivo” original. Pero aún así, seguimos teniendo mención y consideración del TdB. Para inicios del siglo XX podemos atestiguar su declive. Henry D’Allemagne en sus monumentales dos volúmenes de Las Cartes a Jouer du XVI au XX Siecle (1906), nos deja tres tipologías, las mismas que Romain Merlin estableció en su obra definitiva Origine des Cartes a Jouer (1869): el Tarot de Bologna, de 62 cartas; el de Florencia (el Minchiate), de 97 cartas; y el Lombardo o Veneciano, de 78. Al quedar subsumido dentro de este último, se pierde dentro de las alegorías mantenidas por el patrón de Marsella.
Por lo que ya tenemos en claro que este patrón en particular ha recibido siempre la denominación “de Besançon” y que poseía una gran popularidad al punto de mantenerse como referencia para algunos de los más importantes escritores y estudiosos del tema, histórico y esotérico. Pero la propia descripción de la IPCS nos aclara que no es su lugar de proveniencia. Entonces, ¿de dónde proviene?
Entre Francia, Suiza y Alemania
Hasta nuestros tiempos han sobrevivido alrededor de una veintena de mazos, en la mayoría con las fechas, el lugar y el editor identificados, lo cual nos permite trazar un pequeño mapa de dónde se desarrolló este patrón. Los registros más antiguos datan de entrada casi la mitad de 1700, lo que muestra un desarrollo y actividad en paralelo al TdM. Al respecto, cabe mencionar una polémica que existe respecto del mazo de Johan Pelagios Mayer (Constanza, Alemania), el cual ha sido fechado circa 1680 pero que posteriores estudios han demostrado que Mayer nació diez años después de dicha fecha, y que se radicó en Constanza en 1720, por lo que se establece como fecha aproximada para su mazo entre 1720 y 1750. Otro mazo de posible fecha temprana es el de François Héri (Solothurn, Suiza), cuyo TdM se puede hallar digitalizado online en la galeria de Tarot de Marseille Heritage y reproducido por Yves Reinaud. Su TdM data de 1718, por lo que se usa también esta fecha como parámetro de referencia para su TdB. Otro mazo de posible fecha temprana es el de Sebastian Ioia (Augsburgo, Alemania), entre 1720 y 1780 (Kaplan). Sacando estos mazos cuyas fechas son estimadas, nos queda el de Nicolas François Laudier (Estrasburgo, Francia) cuya fecha cierta es de 1746.
Algunos de los Triunfos del TdB de Francois Heri, Solothurn, Suiza, circa 1718.
A traves de estos cuatro editores, podemos vislumbrar que la zona de desarrollo temprano se halla entre el Este de Francia, el Oeste de Alemania y Norte de Suiza. Una zona cuyas fronteras han ido cambiando hasta la Segunda Guerra Mundial. Para que sea más gráfico, podremos ver las ciudades en donde se editaron los mazos preservados en la actualidad en Google Maps, junto con una lista de los distintos editores y las fechas, siendo aproximadas algunas veces, siendo desconocidas en otras:
Reemplazando a los Pontífices: la Reforma Protestante y los tiempos de la Revolución
Ahora que hemos indagado respecto de su procedencia y su nombre, nos queda preguntarnos a qué se ha debido el cambio de las cartas de El Papa y la Papisa por Júpiter y Juno, respectivamente.
Lo primero que debemos notar es la zona geográfica en la que sucede, que desde la primera mitad del siglo XVI será el área de desarrollo y consolidación de las reformas religiosas llevadas a cabo por Martín Lutero en el actual territorio alemán, y por Juan Calvino en Suiza. Durante siglos, gran parte del territorio de Europa se hallaba bajo la órbita del Sacro Imperio Romano Germánico, institución que abarcaba a multitud de reinos, principados y ciudades con distintos niveles de autonomía, y que durante varios siglos mantuvo una puja con la Iglesia Católica por el “dominus mundi”, la autoridad sobre el mundo terrenal y espiritual, que conformarán dos bandos: los Güelfos y Gibelinos. Hacia el Renacimiento, esta disputa se encontraba en favor de la Iglesia, dado que la estructura compleja del Imperio había demostrado en diversas batallas la ineficacia del poder imperial para sostener el control. En época de Lutero, el actual Emperador era Carlos V (Carlos I de España), que había alcanzado un gran poder territorial en casi todo el continente, y era un católico ferviente. En los territorios germanos el descontento social de varios estratos sociales, en particular de la nobleza, alentó la ruptura con el Papado y apoyó las tesis de Lutero, que se extenderían en distintos niveles por Europa. En Suiza sus ideas fueron recogidas y reinterpretadas de una manera más radical por los seguidores de Calvino, generando una ola iconoclasta contra todas las imágenes religiosas de la Iglesia, en particular la referida a los santos y a María. Hacia los siglos XVII y XVIII, tras varias y largas guerras que desembocarán en la Paz de Westfalia en 1648, el protestantismo se asentó y constituyó como religión oficial en sus diversas formas.
Con este trasfondo, no es difícil entender por qué en las regiones protestantes se haya decidido suprimir a las figuras de los Pontífices, tal como sucede con el TdB o el Tarot Belga. Los demás elementos cristianos, e incluso Imperiales, se mantendrán. Al menos hasta el estallido de la Revolución Francesa.
Algunos Triunfos del mazo de Guillaume Mann, circa 1793, con los atributos reales suprimidos en los Emperadores, y la Justicia con los ojos vendados. Biblioteca Nacional de Francia
La Revolución le dará una nueva forma a varias de las barajas que se seguirán produciendo en territorio francés a través de un Decreto del Año II de la Convención Nacional, que ordenaba suprimir todos los atributos de la nobleza, no solamente reales sino también de poder religioso en los juegos de naipes. Cada maestro naipero que quisiera seguir produciendo barajas, debía firmar el acta y modificar los tacos xilográficos a fin de amoldarse a los requerimientos. Los mazos publicados durante esta época se conocen como los “Tarots Revolucionarios“. Estos mazos, además, cambiarán los nombres a los Emperadores, que pasarán a ser la Grand Mere y el Grand Pere (Gran Madre y Gran Padre); de los Reyes, que serán Génies (Genios); y las Reinas, que serán las Damas de la Libertad.
Cartas del mazo de Louis Carey, circa 1792, bajo los requerimientos de la Revolución, con los atributos reales suprimidos y los nombres modificados. Biblioteca Nacional de Francia.
Etapa tardía y declive
A partir de 1800, la ciudad de Besançon ganará importancia en la publicación y mantenimiento del patrón, que seguirá existiendo en paralelo al TdM, y que mantendrá el mercado de la región este de Francia. Jean Jerger será al TdB lo que Nicolas Conver al TdM, dado que sus planchas se seguirán reutilizando por distintos editores que lo sucederan, como Blanche y Kirchner, todos de la misma ciudad.
Algunas cartas del mazo editado por Grimaud, 1891, que toma como base un anterior mazo de Arnoult. Biblioteca Nacional de Francia.
Desde mediados de 1800 nos ha llegado distintas ediciones publicadas por Lequart-Arnoult de París. La singularidad de los mazos de Lequart es que es evidente que se utilizaron los moldes de un TdM y que sólo se reemplazaron a los Pontífices. Es posible que esta novedad se hubiera hecho con el fin de competir con el mercado de Besançon y de exportar mazos a territorios suizos y alemanes. También de la misma época, de Epinal empezará a circular una edición con un estilo bastante más moderno que el tradicional mantenido por los TdB y TdM, publicado por Pellerín & Co. Por su parte, en el territorio suizo, se empezará a publicar el Swiss 1JJ Tarot. Claramente inspirado en las ediciones de Pellerín, el “Tarot Suizo” se seguirá produciendo hasta la actualidad, especialmente enfocado para el juego.
Triunfos del “Tarot Épinal”, editado por Pellerin & Cia.
Como hemos visto al inicio, para esta época distintos autores mencionarán este patrón como un estandar bien conocido en la época. Pero a medida que los ocultistas iban familiarizándose más y más con el patrón del TdM, el cual desde Court de Gebelin fue puesto boga como representante del “verdadero Libro de Thoth” (aunque el apartado del Comte de Mellet menciona a Juno y Júpiter en vez de los pontífices), los diversos grupos esotéricos continentales e insulares de Europa trabajarán más enfocadamente con las alegorías del Papa y la Papisa dado que éstos se han convertido para la época en los modelos del Sumo Sacerdote / Hierofante y la Suma Sacerdotisa de los antiguos cultos de la “Edad Dorada”. Sin mencionar también que en suelo americano será el patrón del TdM el que se haga conocido.
Paul Marteau dará el golpe definitivo al “olvido” del TdB con la publicación del “Ancient Tarot de Marseille” en 1930. En una época en donde todos los círculos esotéricos de la época ya habían creado un gran contenido dogmático con bases en las alegorías del TdM, como lo demuestran el Tarot de Wirth, el de Waite y Smith y todos los influenciados por las enseñanzas de la Golden Dawn, Marteau trajo a la vida al TdM con aires de veracidad y superioridad histórica por sobre las nuevas creaciones esotéricas. Curiosamente, las líneas del TdM que Marteau publicó con la Casa Grimaud son las pertenecientes a los Tarots de Besançon editados por Lequart; quizá haya tomado como referencia alguna edición más temprana en la que aún poseía a los Pontífices en lugar de los dioses.
El Tarot de Besançon en el siglo XXI
En la década del 70 empezó a surgir una ola de investigadores e historiadores que tomaron a los juegos de naipes como objeto de estudio, particularmente al Tarot. Gracias a estos académicos, no solamente se ha obtenido mucha información sobre los orígenes y el trasfondo que rodean el nacimiento del Tarot, sino que también se han rescatado mazos y patrones “olvidados” en los museos y colecciones privadas. El TdB empezó a tener un nuevo soplo de vida con obras como The Enciclopedia of Tarot (Kaplan) o Tarot, Jeu et Magic (Depaulis), que lo pusieron de nuevo a la vista.
Reproducción del mazo de J.B. Benois editada por Il Meneghello.
Modernamente, Eduardo Meneghazzi de la casa Il Meneghello ha editado un facsimil limitado del mazo de J.B. Benois de Estrasburgo, en una primera edición en la década del 80 (con una calidad de papel e imagen limitada por la tecnología de la época), y una segunda, del 2000. También, en una edición muy limitada (actualmente fuera de circulación), Pablo Robledo editó su propia edición basada en el mazo de Lequart-Arnoult, solamente de Triunfos. Dada la familiaridad de las líneas de la edición de Lequart con los TdM II, permite el poder complementarlos con los mazos de Marsella publicados también por Robledo, manteniendose fiel en el resto de los Triunfos al patrón, colores y estilo del TdM, brindando la misma calidad por la que sus mazos se han hecho mundialmente famosos. Incluso permite que se puedan utilizar en la misma baraja a los Papas y los Dioses, dando un resultado de 80 cartas. Más recientemente, Evalyne Hall editó también su propia edición basada en el mazo de Jean Jerger de Besancon, intentando mantener bastante fidelidad a los colores.
Triunfos del TdB editado por Pablo Robledo.
En la próxima entrega, ahondaremos en las similitudes y diferencias entre el Tarot de Besançon y el Marsella, y además esbozaremos una pequeña guía para poder incorporar a Juno y Júpiter en una lectura.
Bibligrafía:
Stuart Kaplan, The Enciclopedia of Tarot Vol I y II, 1978 y 1986, respectivamente.
Thierry Depaulis, Tarot, Jeu et Magic, 1984; y The Tarot de Marseilles – Facts and Fallacies, Parte I y II, en The Playing-Card Vol 42, N°1 y 2.
Henry D’Allemagne, Les Cartes a Jouer du XIV au XX Siecle, Vol I y II, 1906.
Romain Merlin, Origine des Cartes a Jouer, 1869.
Antoine Court de Gebelin, Le Jeu du Tarots, en Le Monde Primitive, Vol VIII, 1781.
Recomiendo además los siguientes sitios para complementar algunos puntos de vista:
En la anterior entrega pudimos ver cómo la Orden Hermética del Alba Dorada -Golden Dawn-, retomando el trabajo realizado por Eliphas Levi y Papus, establece un complejo sistema de atribuciones entre cada una de las cartas del Tarot y diversos sistemas como la Astrología, la Cabala y la Magia Ceremonial, convirtiendo al mazo en el compendio máximo del corpus hermético. Si bien la vida de estar Orden fue corta, su huella ha quedado en practicamente el 90% de los libros y autores modernos de Tarot, desde Mary K. Greer, Hajo Banzhaf, Stuart Kaplan, Rachel Pollack y Jodorowsky. Es decir, toda nuestra comprensión y entendimiento de los atributos y significados de las cartas está atravesada y teñida por el trabajo de la Golden Dawn. Prácticamente nadie escapa a ello, aún cuando no tengamos conciencia de que está operando en nosotros ni sepamos cómo es que llegamos a esa conclusión. Muy pocas personas tienen conocimiento de qué mecanismos justifican la imagen del 5 de Espadas en el RWS y su gama de significados que se plasman en casi todos los libros de mercado, pero aún así se sigue reproduciendo, se ha vuelto un canon.
La Golden Dawn tuvo una vida turbulenta, y de las personalidades que emergieron -con mérito propio, cabe decir- de dicha turbulencia, de las que más resaltan es la figura de Aleister Crowley, la Gran Bestia.
Construyendo Thelema sobre los restos de la Golden Dawn
Aleister Crowley, “Frater Perdurabo” con los ropajes ceremoniales de la Golden Dawn.
Crowley se uniría a la Golden Dawn en la época en el que comenzaban las luchas intestinas entre varios de sus miembros y “McGregor” Mathers, a finales de la década de 1890, que llevarán a la fragmentación y posterior disolución de la orden durante la primera década del 1900. Dentro de este cuadro de pujas por el control de la Orden y los distintos grupos y Templos que dentro funcionaba, inicialmente él se hallará del lado de Mathers, siendo iniciado en la Orden Interior por él, lo que llevará a una puja entre éstos y los miembros que estaban contra Mathers, los cuales se negaron a reconocer la validez de la iniciación dada a Crowley. En esta situación, intentará oficiar como representante de Mathers, siendo rechazado en todas las ocasiones, hasta que finalmente desiste y se retira.
Luego de que una serie de escándalos pusieran a la Golden Dawn en el centro de atención nacional y en el que se revelaran varios de los rituales, Crowley decidió hacer público gran parte del contenido interno de la Orden, particularmente las correspondencias internas del Tarot. La publicación de estos contenidos se llevarán a cabo principalmente en el Liber 777 y el periódico The Equinnox, nacido de la orden fundada por Crowley, Argentum Astro (“Estrella Plateada”), la cual emerge como una de las continuadoras de la Golden Dawn. Un tiempo después, de la mano de Theodor Reuss, se unirá a la Ordo Temple Orientis (O.T.O.).
Las correspondencias tomadas de la GD serán teñidas por un hecho particular de la vida de Crowley: durante un viaje en El Cairo con su primera esposa, Rose, ésta entra en trance y canaliza una entidad que le transmite todo un cuerpo de información que será publicado bajo el nombre de Liber Al vel Legis, el Libro de la Ley. La entidad que canaliza se presenta como Aiwaz, quien anuncia el inicio de una nueva era, el Aeon de Horus, en el cual todas las religiones establecidas serán suplidas por una nueva basada en el entendimiento espiritual de todos los seres. Esta entidad Aiwaz no sería otra que el propio dios Horus, a quien Rose reconocerá en una visita en el Museo Boulak en El Cairo, en la Estela de Ankh-ef-en-Khonsu (también llamada la Estela de la Revelación, por este hecho). En la Estela, podemos ver a la diosa Nuit, que simboliza el espacio infinito, rodeando a los personajes; al dios Hadit, la personificación del infinito centro concentrado, debajo de ella; y, por úlitmo, a su hijo, Ra-Hoor-Khut, como el dios con forma de águila entronado detrás del altar.
Estela de Ankh-ef-en-Khonsu, también llamada “Estela de las Revelaciones”. Museo Boulak, El Cairo, Egipto.
La frase de cabecera que regirá toda esta revelación será: “Haz lo que quieras será la totalidad de la Ley. Amor es la ley, amor bajo la voluntad“. La Voluntad verdadera, aquella que es entendida y en concordancia con la Voluntad Divina, es la que posibilita la realización de cada ser. Este cuerpo filosófico recibirá el nombre de Thelema, “voluntad”, en griego. Esta asignación es usada por Rabelais en su obra Gargantúa, en el que el héroe llega a un lugar llamado Abadía de Thelema, lugar en el que todos los valores cristiano de la época son invertidos. Años después, el propio Crowley fundaría su propia Abadía de Thelema en Italia, dando ocasión a uno de los períodos más sórdidos de su vida.
Los Aeones de los Dioses
De acuerdo a esta serie de revelaciones, Crowley nos dice que la humanidad ha pasado a través de tres Aeones, cada uno marcado por las características y el culto principal a determinadas deidades arquetípicas:
el Aeon de isis: caracterizado por los cultos de las grandes Diosas Madres y el matriarcado, en donde el principal misterio era el poder generador de vida de la mujer y la naturaleza, siendo el poder de ésta el primordial.
el Aeon de Osiris: caracterizado por los cultos de los dioses sacrificacionales, teniendo como exponente máximo a Jesucristo. Vemos el ascenso del rol masculino a través de su asimilación con la fuerza solar que vivifica la tierra. Los dioses masculinos tomarán el poder, tal como harán sus sacerdotes, y destronarán el poder del matriarcado en pos del patriarcado. La era del gran Dios Padre, caracterizada por ritos y creencias orientadas a la muerte y la resurrección, que teñida toda la moral que de ellas se desprendan, convirtiéndola en una espiritualidad de castigo y temor a la vida post-mortem.
el Aeon de Horus: en el período que inicia con sus revelaciones, que Crowley ha denominado el “Equinoccio de los Dioses”, empieza este Aeon, caracterizado por la concientización de cada ser humano como un “sol radiante y viviente”, en el que la muerte es sólo una ilusión, desarrollando una conciencia de continua existencia.
Todo el mazo de Crowley estará teñido por esta concepción filosófica, por ello es necesario detenerse a contemplarla.
El Libro de Thoth
Lady Frieda Harris
Junto con Lady Frieda Harris -mejor dicho, a partir de la insistencia de ella-, él conceptualizará y ella plasmará el Tarot de Thoth, en un trabajo arduo que tomará lugar entre 1938 y 1942. Siendo exhibidas como pinturas, ninguno de los dos vieron estas obras realmente convertidas en un mazo, dado que la primera edición de éste fue en 1977, a raíz de la iniciativa de Grady McMurty. En 1944, Crowley publica El Libro de Thoth, su libro sobre Tarot.
Lo primero que hay que marcar, es que la totalidad de las correspondencias utilizadas son las de la Golden Dawn, por lo que nos remitimos a la entrega anterior (Parte 3: la Golden Dawn). Como ya vimos, estas correspondencias estarán teñidas por su filosofía thelemita. Este hecho generó que en su mazo se lleven a cabos determinados movimientos internos y cambios en los nombres:
Cada Triunfo / Arcano Mayor recibirá el título de “Atu de Tahuti” (“Casa de Thoth”). Si bien justifica la palabra Atu como una palabra egipcia antigua, es seguro de que se trate de un neologismo proveniente de la palabra francesa “atout”, triunfo.
Cada una de las ilustraciones es completamente re-conceptualizada a partir de sus correspondencias astrológicas y cabalísticas, sumado a las revelaciones de Aiwaz. Las correspondencias astrológicas, elementales y cabalísticas frecuentemente se hallan presente a través de sus signos en las cartas.
Cambia el nombre de varias cartas: el Ajuste en lugar de la Justicia; Lujuria en vez de la Fuerza; el Arte en lugar de la Templanza; en Aeon en vez del Juicio. Para el Mundo, conserva la denominación dada por la Golden Dawn: el Universo.
Para los Palos, sigue las mismas denominaciones de la Golden Dawn, sólo variante en los Discos (Oros/Pentáculos). Las atribuciones elementales y del Tetragrama se mantienen intactas.
Para la Corte, sigue la conceptualización de la Golden Dawn: los Caballeros son el principal Rango, seguido por las Reinas, luego los Príncipes en un carro (equivalente a los Reyes convencionales), y las Princesas en pie (equivalente de las Sotas convecionales).
Tres versiones de El Mago. El de la derecha es la versión final. Copyright: OTO, licencia de US Games.
El Loco
Aire
Aleph
El Mago
Mercurio
Beth
La Suma Sacerdotisa
Luna
Gimel
La Emperatriz
Venus
Daleth
El Emperador
Aries
Tzaddi
El Hierofante
Tauro
Vau
Los Enamorados
Géminis
Zain
El Carro
Cáncer
Cheth
Ajuste
Libra
Lamed
Ermitaño
Virgo
Yod
Fortuna
Júpiter
Kaph
Lujuria
Leo
Teth
El Colgado
Agua
Mem
Muerte
Escorpio
Nun
Arte
Sagitario
Samekh
El Diablo
Capricornio
Ayin
La Torre
Marte
Pé
La Estrella
Acuario
Hé
La Luna
Piscis
Qoph
El Sol
El Sol
Resh
El Aeon
Fuego
Shin
El Universo.
Saturno
Tau
Aiwaz al transferir su mensaje, dejó establecido que “todas las antiguas letras de mi Libro están bien pero Tzaddi no es la Estrella“. Como podemos ver en el cuadro de arriba, si bien en las correspondencias él sigue a la Golden Dawn, decide reubicar en el lugar “original” a la Justicia (Ajuste) y la Fuerza (Lujuria), como 8 y 11, respectivamente. Si lo vemos desde el arco zodiacal, esto genera una intersección o “nudo” alrededor de Virgo (el Ermitaño). El signo opuesto a Virgo es Piscis (la Luna), y alrededor de éste quedan Acuario (la Estrella) y Aries (el Emperador). Lo que sucede, gráficamente, es que se genera la misma intersección o “nudo” alrededor de Piscis, tal como se forma con Virgo.
La franja zodiacal con los “nudos” alrededor de Piscis y Virgo. Cuadro extraído de “Understanding Aleister Crowley’s Thoth Tarot”, de Lon Milo Duquette.
Si bien la relación de las letras hebreas se intercambian entre la Estrella (ahora vinculada con Hé) y el Emperador (ahora vinculado con Tzaddi), las correspondencias zodiacales se mantienen tal como estaban: la Estrella sigue siendo Acuario, y el Emperador, Aries. No obstante, el lugar que cada carta ocupa dentro de los senderos del Árbol de la Vida sí se modifican.
El Árbol de la Vida, con los senderos alineados con las letras y los Atus de acuerdo a Crowley.
También hará una vinculación entre los metales alquímicos y determinados Atus:
El Mago
Mercurio
La Emperatriz
Sal
El Emperador
Sulfuro
Los Enamorados, el Ermitaño, la Muerte y el Arte también mostrarán distintas fases del proceso alquímico.
Los Enamorados, el Ermitaño, la Muerte y el Arte.
Por su parte, los Arcanos Menores conservarán las mismas correspondencias dadas por la Golden Dawn respecto de cada uno de los decanatos, signos y planetas asociados. Por razones de brevedad, en la anterior entrega no mencionamos que la Golden Dawn, a partir de la conjunción del planeta+signo+reino cabalístico+Sephiroth, establecía para cada carta un título que resumía su significado.
Varas / Fuego, Atziluth: Mundo Arquetípico.
1
La Raiz de los poderes del Fuego
2
Aries
1º
Marte
Dominio
3
Aries
2º
Sol
Virtud
4
Aries
3º
Venus
Completud
5
Leo
1º
Saturno
Lucha
6
Leo
2º
Jupiter
Victoria
7
Leo
3º
Marte
Vaorr
8
Sagitario
1º
Mercurio
Rapidez
9
Sagitario
2º
Luna
Fuerza
10
Sagitario
3º
Saturno
Opresión
Copas / Agua, Briah: Mundo Creativo
1
La Raíz de los poderes del Agua
2
Cancer
1º
Venus
Amor
3
Cancer
2º
Mercurio
Abundancia
4
Cancer
3º
Luna
Lujuria
5
Escorpio
1º
Marte
Decepción
6
Escorpio
2º
Sol
Placer
7
Escorpio
3º
Venus
Indulgencia
8
Piscis
1º
Saturno
Indolencia
9
Piscis
2º
Jupiter
Felicidad
10
Piscis
3º
Marte
Saciedad
Espadas / Aire, Yetzirah: Mundo Formativo
1
La Raiz de los poderes del Aire
2
Libra
1º
Luna
Paz
3
Libra
2º
Saturno
Dolor
4
Libra
3º
Jupiter
Tregua
5
Aquario
1º
Venus
Derrota
6
Aquario
2º
Mercurio
Ciencia
7
Aquario
3º
Luna
Futilidad
8
Geminis
1º
Jupiter
Interferencia
9
Geminis
2º
Marte
Crueldad
10
Geminis
3º
Sol
Ruina
Discos / Tierra, Assiah: Mundo Material
1
La Raiz de los Poderes de la Tierra
2
Capricornio
1º
Jupiter
Cambio
3
Capricornio
2º
Marte
Trabajo
4
Capricornio
3º
Sol
Poder
5
Tauro
1º
Mercurio
Preocupación
6
Tauro
2º
Luna
Éxito
7
Tauro
3º
Saturno
Fracaso
8
Virgo
1º
Sol
Prudencia
9
Virgo
2º
Venus
Ganancia
10
Virgo
3º
Mercurio
Bienestar
Cada As conlleva en su interior a la Corte, haciendo que cada Elemento posea en su interior a los restantes tres a través de las asignaciones de cada Rango con determinado Elemento. En la entrega anterior también exploramos el cambio en las jerarquías de la Corte. La explicación reside a partir de las correspondencias que cada Rango tiene con los Sephiroths del Árbol:
Los Reyes “viven” en Chokmah, el segundo sephiroth (Yod), y las Reinas (Hé) en el tercero, Binah. El Primer Sephiroth, Kether, simboliza la unión de ambos, la energía indiferenciada en masculino y femenino. Estos tres Sephiroths son la Tríada del otro lado del Abismo que separa el Mundo Material del Invisible.
Los hijos de ambos residen del otro lado del Abismo. El Príncipe (Vau) se ubica en Tiphareth. Las Princesas (Hé final), se hallan “atrapadas” en Malkuth, el último sephiroth, el mundo material. Es la chispa divina dentro del mundo material. Para “despertar”, los Prìncipes deben “besar” a las Príncesas, liberando su poder y reiniciando el ciclo de los Reyes, convirtiéndose ellos en Rey-Reina.
En el Árbol, podemos ver que Malkuth van en línea recta a tiphareth, y a través de éste, llegan a la Triada original: el ascenso o espiritualización de la materia.
Cabe mencionar que en este proceso, en la cosmovisión crowleyana, está marcado fuertemente por el uso de la Magia Sexual. Las Princesas, al ser el punto más “bajo” o terrenal de la estructura, conllevan dentro el acceso al Macrocosmos.
Caballero de Varas, Reina de Copas, Príncipe de Espadas y Princesa de Discos. Respectivamente, el Elemento Puro de cada Rango (Fuego, Agua, Aire y Tierra).
El Tarot de Thoth, o Tarot de Crowley, desde la década del 70 hasta la actualidad se ha convertido en uno de los mazos más populares, luego del RWS y el TdM. Como acabamos de ver, posee dentro una enorme complejidad y cosmovisión que enriquece enormemente su interpretación. Es, sin duda, uno de los mazos predilectos de quienes se acercan al Tarot siguiendo las enseñanzas no solamente de Crowley sino del Hermetismo moderno. Debido a esta popularidad alcanzada, en contraste con los mazos que siguen dogmáticamente la tradición de la Golden Dawn, es que he considerado necesario detenerme en los títulos de los Arcanos Menores y el trasfondo que reside en el cambio de los Rangos en la Corte.
Con Aleister Crowley, podemos finalizar este gran bloque de correspondencias, si bien aún quedan otras variantes por analizar, como las de Eudes Picard.
Bibliografía:
–Aleister Crowley:
El Libro de Thoth: un Corto Ensayo sobre el Tarot de los Egipcios, 1944.
En las anteriores publicaciones, hemos visto cómo a partir de finales del siglo XVIII empezó a vincularse al Tarot determinados conceptos como la Astrología y el alfabeto hebreo, a la vez que se lo “re-descubrió” bajo la influencia de la egiptología de moda en la época (Parte 1) y, a partir de mediados del siglo XIX, se empezó a conformar un gran sistema hermético a través de la unión de la Magia Ceremonial, la Astrología, el alfabeto hebreo y la Cábala (con mayor hincapié en el Tetragrama), junto a algunas doctrinas filosóficas en auge en la época (parte 2).
A lo largo de estos ciento cincuenta años, el Tarot dejó de ser un mero mazo de cartas de juego para convertirse en la herramienta esotérica máxima, incorporando toda una serie de concepciones e ideas que le eran ajenas inicialmente pero que se han naturalizado a tal punto que, hoy en día, todos los libros de texto las dan por sentadas y explican como ciertas y definitivas. En esta tercera parte, veremos un paso más hacia la naturalización de estos elementos -inicialmente- externos a las cartas a través de la fuerte -irresistible, diría- influencia que ha tenido la Orden Hermética del Alba Dorada (la Golden Dawn) y uno de sus discípulos más conocidos, Arthur Edward Waite.
La Golden Dawn
En el momento del nacimiento de la Golden Dawn cabe destacar que la sociedad inglesa Victoriana ilustrada estaba muy influenciada por la Egiptología, ciencia que alcanzó su auge con las distintas expediciones británicas hacia Egipto que la harían propietaria de una gran cantidad de tesoros y artefactos de esta antigua civilización, como así también por una creciente tendencia nacionalista en zonas como Irlanda y Escocia, que haría que se ponga en boga el re-descubrir y traer al mundo letrado las leyendas y mitologías celtas, en un movimiento literario que se denominó “Celtic Revival“, cuya una de las cabezas más renombradas fue William Butler Yeats, escritor, poeta, activista político y ocultista, quien fuera también miembro de la Golden Dawn.
Además de esta tendencia cultural ecléctica, desde mediados de 1800 Gran Bretaña empezó a recibir la influencia ocultista que surgía con fuerzas del otro lado del Canal de la Mancha, generando un auge de organizaciones secretas de filo Rosacrucista y Masónicas. Este vuelco ilustrado hacia el ocultismo surgió como oposición al racionalismo analítico estricto y a la religión conservadora tradicional, por lo que no era extraño que muchas de las personalidades de la cultura formasen parte de estas agrupaciones o tuvieran un alto grado de conocimiento esotérico. Hacia finales de siglo, hubo una tendencia a la creación, mudanza y cierre de diversas sociedades iniciáticas y logias, generando una intrincada red de conexiones y hermandades entre sus integrantes y maestres. Y, obviamente, rivalidades.
Derecha: retrato de Samuel Liddell “MacGregor” Mathers; Izquierda, William Wyn Wescott. Fundadores de la Golden Dawn.
Fundada el 20 de marzo de 1888 por Samuel Liddell “MacGregor” Mathers y William Wyn Wescott, esta orden recogería todo el conocimiento esotérico hasta la época, especialmente el desarrollado por Eliphas Levi. Ambos fundadores poseían un gran conocimiento sobre las diversas materias que englobaría las enseñanzas y prácticas de la organización, como Cábala, Magia Enochiana, Astrología, Tarot, mitología Egipcia, entre otras materias. Wescott tradujo al idioma inglés el Sefer Yerizah y los Oráculos Caldeos de Zoroastro, además de tener una fuerte influencia de Levi respecto del Tarot y sus asociaciones cabalísticas. Hizo sus propios bocetos de las cartas en las que aplicaba el simbolismo que Levi había desarrollado en Dogma y Ritual de Alta Magia, y escribió sus conocimientos al respecto en su Tabula Bembina. Por su parte. Mathers tradujo también a su idioma la Kabbala Denudata y el famoso grimorio Las Clavículas de Salomón. Al igual que Wescottt, también poseía una gran influencia respecto de Levi sobre el Tarot, lo cual plasmó en su libro El Tarot : su significado oculto, su uso para predecir la fortuna y el método a usar en el juego (1888). En este libro se puede apreciar la influencia de todos los autores franceses que tocaron el tema desde el ocultismo, como Court de Gebellin, Etteilla, Eliphas Levi, Paul Christian y Vaillant.
Bocetos de William Wescott de su propio Tarot, según el simbolismo propuesto por Eliphas Levi. De derecha a izquierda: El Mago, La Suma Sacerdotisa y El Emperador.
Como todas las órdenes de este tipo, era estrictamente jerárquica, dividida en diversos niveles y órdenes a los que se iba ascendiendo a través de distintos rituales iniciáticos, y una enorme carga de conocimiento y aprendizaje de por medio. Cabe destacar que la Golden Dawn fue la primera sociedad de su tipo que permitió el libre acceso por igual de hombres y mujeres; hasta este momento, éstas tenian vedado el ingreso para evitar “enredos amorosos” entre sus integrantes. Si bien su influencia se mantiene al día de hoy a escala mundial, en su época de vida esta orden no llegó a tener más de trescientos miembros.
La estructura y los niveles estaban distribuidos de acuerdo al esquema del Árbol de la Vida de la Cábala, y estaba dividida en tres órdenes:
La Orden Exterior, el Alba Dorada. Aquí es donde estaban los Neofitos y los pertenecientes a los primeros cuatro Grados vinculados a los primeros cuatro Sefirots del Árbol de la Vida.
La Orden Interior, Ordo Rosae Rubeae et Aurae Crucis.
La Tercera Orden, cuyo nombre no era revelado a los integrantes de las dos anteriores, y que englobaba a los jefes y maestros espirituales.
Cada Orden estaba dedicada a distintos dioses egipcios y atravesada por el simbolismo astrológico, enochiano y cabalistico en sus conocimientos y prácticas. Cada nuevo miembro adoptaba como nombre interno una frase en latín.
El Tarot, en este ordenamiento jerárquico y simbólico, cumplía el rol de cúmulo de todas las tradiciones ocultas. Para pasar de Neófito a Zelator (el primer grado), era necesario poseer conocimientos sobre esto. Tanto la organización de la sociedad como las correspondencias que recibía el Tarot para su uso iniciático provenían de una fuente llama el Cipher MS o Manuscrito Cifrado, el cual Wescott alegaba era de varios siglos de antigüedad, aunque luego Arthur Waite denunciara que fue escrita por un conocido de Wescott, Kenneth Mackenzie, con quien fue compañero en otra orden ocultista, la Sociedad de los Ocho. En este manuscrito, las correspondencias que adopta son las pertenecientes al Sefer Yerizah, pero con ligeras alteraciones:
El Loco ocupa el primer lugar, dando inicio a la secuencia como número Cero;
Se modifican los nombres de varias de las cartas. Y sobre este punto es conveniente detenerse, porque de aquí surgen los nombres que son de uso común para todos nosotros, hoy en día: El Mago (en lugar del Ilusionista [“Bateleur”], que era su nombre original), La Suma Sacerdotisa (en vez de la Papisa) y El Hierofante (en lugar de El Papa). También denomina al Mundo “El Universo“. Cabe destacar la influencia de Court de Gebelin respecto de la concepción de los Pontífices como sacerdotes de los antiguos misterios egipcios.
Establece vinculaciones entre las letras hebreas y las cartas, de acuerdo a su orden ascendente, tal como Eliphas Levi lo había planteado, pero al cambiarse de lugar El Loco, las asignaciones se modifican (salvo para El Universo).
Modifica las vinculaciones Planetarias que Levi daba a cada carta por su correspondiente letra hebrea.
Vincula a cada carta con un determinado Sendero del Árbol de la Vida, de acuerdo a la letra que le corresponde (Cosa que Levi no había hecho explícitamente, si bien podía obtenerse indirectamente dicha vinculación, tal como vimos en la segunda parte); también asigna a las cartas numeradas un Sefirot, a cada Palo un Mundo Cabalístico de acuerdo a su Elemento (los cuales son los mismos atribuidos por Levi); y a las cartas de la Corte las vincula con el Tetragrama en cada uno de los Mundos Cabalísticos.
De esta manera, las vinculaciones que cada Clave (el nombre que recibían los Arcanos Mayores dentro de la Orden), tiene por la letra hebrea asignada, son las siguientes:
Por lo que el Árbol de la Vida, es distribuido tal como puede apreciarse en la imagen de abajo:
El Árbol de la Vida de la Cábala, con las correspondientes Claves de acuerdo a las letras hebreas asignadas.
Para entrar en el nivel de Philosophus, era necesario poseer todo el conocimiento que el Manuscrito brindaba respecto del Tarot, es decir, sus vinculaciones a cada letra hebrea, planeta, elemento, Sendero del Árbol de la Vida, los Sefirots, el Tetragrama y los Mundos Cabalísticos. Además, durante cierto tiempo, Mathers instauró la práctica de que los iniciados debían hacer una copia propia de su Tarot. También se les intruía sobre cómo utilizar las cartas como herramienta de meditación y visualización.
Si bien ambos fundadores estaban fuertemente influenciados por la obra de Levi, en el momento que adoptaron el Manuscrito Cifrado como fuente, también decidieron dar por errónea las asociaciones establecidas por el anterior. Como ya vimos, a los ocultistas del siglo XVIII y XIX les llegó un determinado tipo de Tarot, generalmente el de Marsella, el cual adoptaron como vehículo de estudio iniciático. Con esto también adoptaron su orden como el único y verdadero, lo cual llevó a que surgieran contradicciones e incongruencias entre la alegoría y el simbolismo de la correspondiente letra hebra asociada. Esto también se presentó con el Manuscrito, que dejaba una contradicción muy evidente: la asignación zodiacal que recibían la Justicia y la Fuerza, dado que la octava letra, Teth, se vinculaba con Leo (siendo la Justicia la octava carta); y Lamed, asociada a Libra, en la undécima posición, ocupada por la Fuerza. Mathers decidió resolver esta contradicción intercambiando la ubicación de éstas dos cartas, dando origen a la discrepancia en el orden entre los Tarots que siguen la secuencia clásica del Tarot de Marsella (VIII La Justicia, XI La Fuerza) y la que proviene de la Golden Dawn (VIII La Fuerza, XI La Justicia).
Podemos ver cómo cambian las correspondencias entre las atribuidas por Eliphas Levi, y las del Manuscrito:
Sefer Yerizah y sus relaciones
Eliphas Levi
Golden Dawn
Aleph (Aire)
I
El Loco
Beth (Planeta)
II (Luna)
El Mago (Mercurio)
Gimel (Planeta)
III (Venus)
La Suma Sacerdotisa (Luna)
Daleth (Planeta)
IV (Júpiter)
La Emperatriz (Venus)
He (Aries)
V
El Emperador
Vau( Tauro)
VI
El Hierofante
Zain (Géminis)
VII
Los Enamorados
Cheth (Cancer)
VIII
El Carro
Teth (Leo)
IX
La Fuerza
Yod (Virgo)
X
El Ermitaño
Kaph (Planeta)
XI (Marte)
La Rueda de la Fortuna (Júpiter)
Lamed (Libra)
XII
La Justicia
Mem (Agua)
XIII
El Colgado
Nun (Escorpio)
XIV
La Muerte
Samekh (Sagitario)
XV
La Templanza
Ayin (Capricornio)
XVI
El Diablo
Pe (Planeta)
XVII (Mercurio
La Torre (Marte)
Tzaddi (Acuario)
XVIII
La Estrella
Qoph (Piscis)
XIX
La Luna
Resh (Planeta)
XX (Saturno)
El Sol (Sol)
Shin (Fuego)
0
El Juicio
Tau (Planeta)
XXI (Sol)
El Universo (Saturno)
Para los integrantes de la Segunda Orden, se les habilitaba el conocimiento del Libro “T”, un manuscrito dedicado al Tarot, que incorporaba bastante información respecto a los Arcanos Menores, el cual también traerá ciertas innovaciones:
Modifica el nombre de los palos: Bastos=Varas, Copas=Cálices, Espadas=Dagas, y Oros=Pentáculos. Es decir, cada Palo se convierte en una herramienta de la Magia Ceremonial.
Se modifican los nombres de las jerarquías de la corte: El Caballero se convierte en Rey, vinculado con el elemento Fuego; El Rey pasa a ser el Príncipe, ubicado en un carro, asociado con el elemento Aire; la Sota se transforma en Princesa, vinculada con la Tierra. Sólo la Reina conserva su mismo rango, asociada al Agua.
También la Corte va a dejar de tener la iconografía clásica y va a adoptar simbolismo de distintas mitologías como la griega, escandinava, celta y egipcia.
Deja intactas las relaciones que Papus hizo entre cada Rango y cada letra del Tetragrama, con su correspondiente simbolismo alquímico y cabalístico:
Además, se vinculan las cartas numeradas, con excepción del As, a cada decanato astrológico y al posicionamiento de un Planeta en cada Signo. Como vimos que cada Signo se corresponde con determinado Arcano Mayor, también éstos estarán vinculados con las cartas Numeradas. Además, cada carta de la Corte también se vinculará con cada Signo, abarcando desde el tercer decanato del signo zodiacal previo hasta el segundo (Ejemplo: la Reina de Varas inicia en el tercer decanato de Piscis y termina en el segundo de Aries, comenzando en el tercero de éste el Príncipe de Pentáculos), por lo que tendrán una tercera parte del Elemento / Signo anterior, con lo que tendremos un todo coherente entre el Elemento del Rango (dado por el signo en el que “nace”) y el del Palo (asignado por los otros dos decanatos). Afuera quedan las Príncesas / Sotas, que quedan subsumidas dentro de cada Elemento. En el siguiente cuadro tenemos esquematizado todo esto (recuérdese que los nombres de los Rangos están de acuerdo a los establecidos por la Golden Dawn):
Signo
Arcano Mayor
Corte
Arcano Menor (Carta Numerada)
Decanato de cada signo
Planeta en cada decanato
Aries
El Emperador
Reina de Varas
2 de Varas
Primero
Marte
3 de Varas
Segundo
Sol
Príncipe de Pentáculos
4 de Varas
Tercero
Venus
Tauro
El Hierofante
5 de Pentáculos
Primero
Mercurio
6 de Pentáculos
Segundo
Luna
Rey de Espadas
7 de Pentáculos
Tercero
Saturno
Géminis
Los Enamorados
8 de Espadas
Primero
Júpiter
9 de Espadas
Segundo
Marte
Reina de Copas
10 de Espadas
Tercero
Sol
Cáncer
El Carro
2 de Copas
Primero
Venus
3 de Copas
Segundo
Mercurio
Príncipe de Varas
4 de Copas
Tercero
Luna
Leo
La Fuerza
5 de Varas
Primero
Saturno
6 de Varas
Segundo
Júpiter
Rey de Pentáculos
7 de Varas
Tercero
Marte
Virgo
El Ermitaño
8 de Pentáculos
Primero
Sol
9 de Pentáculos
Segundo
Venus
Reina de Espadas
10 de Pentáculos
Tercero
Mercurio
Libra
La Justicia
2 de Espadas
Primero
Luna
3 de Espadas
Segundo
Saturno
Príncipe de Copas
4 de Espadas
Tercero
Júpiter
Escorpio
La Muerte
5 de Copas
Primero
Marte
6 de Copas
Segundo
Sol
Rey de Varas
7 de Copas
Tercero
Venus
Sagitario
La Templanza
8 de Varas
Primero
Mercurio
9 de Varas
Segundo
Luna en Sagitario
Reina de Pentáculos
10 de Varas
Tercero
Saturno
Capricornio
El Diablo
2 de Pentáculos
Primero
Júpiter
3 de Pentáculos
Segundo
Marte
Príncipe de Espadas
4 de Pentáculos
Tercero
Sol
Acuario
La Estrella
5 de Espadas
Primero
Venus
6 de Espadas
Segundo
Mercurio
Rey de Copas
7 de Espadas
Tercero
Luna
Piscis
La Luna
8 de Copas
Primero
Saturno
9 de Copas
Segundo
Júpiter
Reina de Varas
10 de Copas
Tercero
Marte
Con lo que podremos tener otra serie de vinculaciones entre las cartas por Cuaternidad:
Cardinal (todos los 2, 3 y 4 de cada Palo, junto a todas las Reinas):
Aries (2, 3 y 4 de Varas)
Cáncer (2, 3 y 4 de Copas)
Libra (2, 3 y 4 de Espadas)
Capricornio (2, 3 y 4 de Pentáculos)
Fijo (todos los 5, 6 y 7 de cada Palo, junto a todos los Príncipes):
Leo (5, 6 y 7 de Varas)
Escorpio (5, 6 y 7 de Copas)
Acuario (5, 6 y 7 de Espadas)
Tauro (5, 6 y 7 de Pentáculos)
Mutable (Todos los 8, 9 y 10 de cada Palo, junto a todos los Reyes):
Sagitario (8, 9 y 10 de Varas)
Géminis (8, 9 y 10 de Espadas)
Virgo (8, 9 y 10 de Pentáculos)
Piscis (8, 9 y 10 de Copas)
El Libro “T” también incorporará un sistema de “Dignidades” Elementales, el cual provocará que una carta tenga mayor o menor influencia, y que ésta sea más benéfica o problemática, de acuerdo a las combinaciones elementales que se generen entre ellas. De manera resumida, las cuatro variables que nos presentan son:
Mismo Palo / Elemento: provoca que dicho elemento se fortalezca, para bien o para mal.
Misma Polaridad: es decir, cuando tenemos la combinación de Elementos Masculinos (Varas y Espadas), o Femeninos (Copas y Pentáculos). Ambos son compatibles y complementarios, por lo que se fortalecen, moderan y balancean.
Complementos: Espadas y Copas (Aire y Agua), y Varas y Pentáculos (Fuego y Tierra). Actúan de manera “amigable”, en principio cada Elemento le brinda lo que al otro le falta para estar en armonía, aunque no estén plenamente cómodos entre sí.
Contrarios: Varas y Copas (Fuego y Agua), Espadas y Pentáculos (Aire y Tierra). Se neutralizan entre sí y debilitan su influencia, para bien o para mal, se muestran incompatibles.
El análisis de las Dignidades Elementales va a estar sujeto a ciertas reglas respecto de la ubicación de cada carta y a la cantidad usada de éstas en una lectura, el cual no ahondaremos por motivos de brevedad.
A traves de estas estas vinculaciones, las cada carta va a tener un significado de acuerdo a:
el simbolismo de la letra Hebrea y su lugar en el Árbol de la Vida
las atribuciones Planetarias, Zodiacales y Elementales que cada letra va a brindar
el simbolismo del Tetragrama.
las Dignidades Elementales.
Podemos ver que, a medida que se especializa más y más el contenido esotérico, leer las cartas implica hacer uso de toda una serie de relaciones de correspondencias intrincadas, y se pierde el contacto e, incluso, la utilidad de la imagen. Si originariamente Gebellin hallaba a través de la imagen paralelismos con determinados simbolismos esotéricos, en este estadio es a traves de su contenido oculto de correspondencias que hallamos su verdadero valor.
Arthur Waite y Pamela Colman Smith: el Tarot Rider Waite Smith (RWS)
Pamela Colman Smith y Arthur Edward Waite.
Si bien todo lo que hoy en día damos por sentado respecto del Tarot proviene mayoritariamente de la Golden Dawn, no es a través de ella, directamente, que tenemos contacto de esta serie de conocimientos sino por medio de uno de sus integrantes, Arthur Edward Waite. Miembro brevemente de la orden, tuvo una participación bastante conflictiva que llevó a una escisión de ésta. Vale aclarar que él no fue el único en tener una salida conflictiva; otra personalidad célebre y famosa en el mundo del ocultismo y del Tarot también la tuvo: Aleister Crowley. Con su salida de la orden, Crowley se tomó la libertad de violar el secretismo de las enseñanzas de la Golden Dawn dándolas a conocer masivamente. Con esta publicación, empezó a filtrarse y a comercializarse su contenido, razón por la que Waite decidió crear su propio mazo de Tarot en colaboración con la ilustradora Pamela Colman Smith.
Publicado en 1909, el Tarot Rider Waite (denominado “Rider” por la editorial que lo publicó originalmente) se convirtió en toda una novedad, no solamente por adaptar los contenidos de la Golden Dawn al público no iniciado, sino por la particularidad de plantear una distinción muy marcada con el resto de los mazos a través de la escenificación de todas las cartas. Hasta ese momento, el 99% de los mazos tenían en las cartas numeradas simplemente la agrupación de los objetos que constituían el Palo, salvo por un mazo único y misterioso: el Sola Busca. En el Museo Británico fue exhibido a inicios de la década una colección de fotografías de este mazo que, entre las varias particularidades que posee, es la de tener escenificadas todas las cartas, Triunfos y Palos por igual. La influencia del Sola Busca es fácilmente observable en cartas como el Tres de Espadas y el Diez de Bastos del RWS. Esta particularidad de tener representaciones del significado atribuído a cada carta permitió que incorporarlas a la lectura fuera más sencillo y menos encriptado. Vale recordar que, si bien a través de los valores que Papus estableció entre las cartas numeradas y el Tetragrama; y, posteriormente, los decanatos astrológicos de la Golden Dawn, no eran tenidas mayormente en cuenta como valor iniciático debido a su simpleza.
Pese a incorporar todas las correspondencias de la Golden Dawn, la Corte mantiene los rangos y nombres tradicionales.
Hay que mencionar que este mazo empezó a adoptar popularidad en la década del 70 con el auge del movimiento New Age, en el que se incorporó la práctica oracular. Durante esa misma época, fue relanzado en EUA a través de US Games, quien al día de hoy continúa poseyendo los derechos de este mazo.
En la próxima entrega, veremos el sistema de correspondencias de otro gran ex miembro de la Golden Dawn que marcó su propia impronta en el mundo del ocultismo y el Tarot: Aleister Crowley.
Bibliografía:
Robert Place: The Tarot: History, Symbolism and Divination, 2005.
Helen Forley: A Cultural History of Tarot: from Entertainment to Esotericism, 2009.
Samuel MacGregor Mathers: El Tarot, su significado oculto, su uso para predecir la fortuna y el método a usar en el juego, 1888.
Stuart Kaplan, The Encyclopedia of Tarot Vol I, 1978.
Harriet Felkin y Samuel MacGregor Mathers: Libro “T”, circa 1888, dado a conocer públicamente por primera vez por Israel Regardie en “The Golden Dawn: A Complete Course in Practical Ceremonial Magic“, entre 1937-40
Arthur Edward Waite: La Clave Pictórica del Tarot, 1910.
Mary K. Greer, 21 Ways to Read a Tarot Card, 2006
Mary K. Greer y Tom Little, Understanding the Tarot Court, 2004.
En la entrega anterior vimos las primeras correspondencias astrológicas y cabalísticas asignadas al Tarot. En esta ocasión, ahondaremos en las equivalencias Cabalísticas asignadas por los grandes fundadores del Tarot Esotérico: Eliphas Levi y Papus.
Dogma y Ritual de Alta Magia: la primera gran sistematización del Tarot en torno a la Magia Ceremonial.
Alphonse-Louis Constant, alias “Eliphas Levi”
Eliphas Levi (nombre cabalístico de Alphonse-Louis Constant) publica entre 1854 y 1856 La Doctrina de la Alta Magia y Ritual de Alta Magia, dos obras que se complementan y conforman un único volumen: Dogma y Ritual de Alta Magia. Levi recoge en su sistema la influencia del cabalistaAtanasius Kircher, quien otorga a la Cabala un origen egipcio, al margen de que Levi le da al Tarot un origen hebreo, más exactamente un origen cabalístico, a pesar de la prohibición que pesa en la religión judía acerca de las representaciones antropomorfas. Una vez más, estas afirmaciones no tendrán sustento histórico que las avale, aunque se arraigarán como la creencia principal -incluso como la verdad, para mucha gente- acerca del origen del Tarot.
La concepción que poseía de la Magia -e indirectamente del Tarot- era la de un camino hacia la iluminación, el conocimiento de lo Divino y el desarrollo de la propia voluntad. Por lo tanto, desmerecía tanto a la práctica como a quien ejercía de cartomante.
Ilustración para El Carro en “Dogma y Ritual de Alta Magia”. Aquí vemos que es la fuente directa que Arthur Waite utiliza para ilustrar esta carta en su mazo.
Cada uno de los volúmenes de Dogma y Ritual se dividen en veintidós capítulos, vinculados estrechamente con el simbolismo de cada letra del alfabeto hebreo y de los Arcanos Mayores, acá denominados “Claves”. Acá, él retoma la idea del Comte de Mellet de la correspondencia entre cada carta y letra hebrea, sólo que, a diferencia del anterior, no las ordena del XXI al I, sino siguiendo su orden ascendente -I, II, etc.-, por lo que quedan todas en el orden contrario. Además, siguiendo las correspondencias que se derivan de las letras hebreas por medio de las asignadas por Kircher en su obra (Oedipus Aegyptiacus), tenemos que ahora no solamente se van a vincular a una letra y su correspondiente sendero en el Árbol de la vida, sino que también con los Planetas y el orden Celestial que Kircher recoge de De Harmonia Mundi (Francesco Giorgio, 1525). En honor a lo que nos interesa, sólo pondremos las equivalencias con las letras hebreas tal como se desprende de Ritual de Alta Magia.
Clave del Tarot / Arcano Mayor
Letra Hebrea
El Mago
Aleph
La Papisa
Beth
La Emperatriz
Gimel
El Emperador
Daleth
El Papa
He
Los Enamorados
Vau
El Carro
Zain
La Justicia
Heth
El Ermitaño
Teth
La Rueda de la Fortuna
Yod
La Fuerza
Kaph
El Colgado
Lamed
La Muerte
Mem
La Templanza
Nun
El Diablo
Samekh
La Torre
Ayin
La Estrella
Pe
La Luna
Tzaddi
El Sol
Qoph
El Juicio
Resh
El Loco
Shin
El Mundo
Tau
Ilustración de Baphomet como representación de la Clave XV (El Diablo) en “Dogma y Ritual de Alta Magia”, 1854.
Como habrán notado, El Loco se sitúa entre El Juicio y El Mundo, correspondiendo a la letra Shin. De la correspondencia de Kircher, se desprende el simbolismo que Levi utiliza para graficar a la carta XV, resultando de su vinculación con el planeta Mercurio (equivalente del Hermes griego). El Diablo, representado aquí como Baphomet, con el caduceo mercurial saliendo fálicamente de su entrepierna, marcando con sus brazos hacia arriba y hacia abajo en referencia al axioma hermético “cómo es arriba, es abajo”, en clara alusión a Hermes Trimegisto, el mítico fundador del Hermetismo.
Siguiendo los planteos de Levi, se vislumbra que toma el orden del Tarot de Marsella como el único y verdadero, obviando o desconociendo que hay variaciones a esta secuencia como pueden verde en mazos antiguos. De esta forma, se empieza a conformar una contradicción evidente entre el orden de las cartas, el de las letras hebreas asignadas a cada una por su orden, y las correspondencias asignadas por cada letra.
Con respecto a los Arcanos Menores, asocia a cada Palo con cada una de las letras del Tetragrama, a su vez que con un Elemento, signo zodiacal, esencia alquímica y mundo cabalístico. A su vez, asigna del As al Diez con los sephirots del Árbol de la Vida.
Palo
Bastos
Copas
Espadas
Oros
Elemento
Fuego
Agua
Aire
Tierra
Tetragrama
Yod
He
Vau
He
Tetramorfo
Leon
Angel
Águila
Buey
Signo Fijo del Zodíaco
Leo
Acuario
Escorpio
Tauro
Reino Cabalístico
Atziluth
Briah
Yetzirah
Assiah
Esencia Alquímica
Sulfuro
Mercurio
Azufre
Sal
Como podemos apreciar, de aquí vendrá las correspondencias canónicas que actualmente se utilizan con los cuatro Palos y los Elementos, aún cuando se les busque una justificación alternativa y se utilicen otros términos para referirse a su simbología (Ver los Cuatro Centros Energéticos que proponen Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa en “La Vía del Tarot“, cada uno vinculado a un Palo y reproduciendo el simbolismo elemental correspondiente).
De manera resumida y pictórica, podemos plasmar las correspondencias en el Árbol de la Vida de esta manera:
El Árbol de la Vida de la Cábala con los Arcanos Mayores alineados en cada Sendero, y los Menores, del As al 10, en cada Sephiroth, de acuerdo a las correspondencias de Eliphas Levi en “Dogma y Ritual de Alta Magia”.
Cabe mencionar que Eliphas Levi nunca llegó a crear un mazo propio siguiendo el simbolismo y las descripciones que propuso en su obra, salvo las ilustraciones para El Carro y El Diablo / Baphomet. No obstante, Oswald Wirth junto a Stanislas de Guaita, siguiendo los lineamientos de Levi, lanzan el primer Tarot esotérico rediseñado, agregando detalles simbólicos a las imágenes del Tarot de Marsella, el cual siempre fue utilizado como referencia en la obra de Levi.
Las veintidós “Claves” (Arcanos Mayores) del Tarot Cabalístico de Oswald Wirth y Stanislas de Guaita, ilustradas siguiendo las descripciones y simbolismo de Eliphas Levi; 1889.
Papus y el Tetragrama
El Dr. Gerard Encausse, alias “Papus”.
En la obra de Levi queda un vacío respecto a las cartas de la Corte, el cual logra llenar Papus (Gerard Encausse) en “El Tarot de los Bohemios” (1889). Siguiendo básicamente los mismo lineamientos de Eliphas Levi en cuanto a las correspondencias Elementales y Cabalísticas, él propone como fundamento del Tarot el Tetragrama, las letras hebreas que componen el impronunciable nombre Divino, al cual halla camuflado las cuaternidades, en particular la palabra Tora, con la cual realiza una serie de anagramas al estilo Tora, Taro, Rota, Ator, etc.
Estas cuatro letras (Yod, He, Vau, He) van a gobernar la totalidad de la estructura del mazo. Estableciendo a cada una un valor numérico y una polaridad energética, asigna cada letra a cada Figura:
Yod: 1, Activo, Rey
He: 2, Pasivo, Reina
Vau: 3, Neutro, Caballero
He: 4, Activo, Valet.
La lógica matemática que establece es que la segunda He, que completa la primera cuaternidad, al ser nuevamente activo, es quien inicia la siguiente cuaternidad, por lo que se convierte en un valor de transición. Para verlo gráficamente distribuyamos las cartas numeradas en la estructura cuaternaria del Tetragrama, en la que cada Cuaternario simbolizará, también, distintos Mundos:
Primera Cuaternidad (Mundo Divino)
As=Yod, Activo
Dos=He, Pasivo
Tres=Vau, neutro
Cuatro=He, Activo
Segunda Cuaternidad (Mundo Humano)
Cuatro=Yod, Activo
Cinco=He, Pasivo
Seis=Vau, Neutro
Siete=He, Activo
Tercera Cuaternidad (Mundo Material)
Siete=Yod, Activo
Ocho=He, Pasivo
Nueve=Vau, Neutro
Diez=He, Activo
De esta manera:
Yod= 1, 4 y 7 (y Reyes), Activo
He=2, 5 y 8 (y Reinas), Pasivo
Vau= 3, 6 y 9 (y Caballeros), Neutro
He=10 (y Valets), Transición
Según él, el Diez y los Valets serán la transición entre un Palo y el que le sigue. Por si todavía le parece poco, dentro de la cuaternidad de cada Palo podremos distinguir distintos cuerpos:
Material: Caballeros, 7, 8 y 9
Vital: Dama, 4, 5 y 6
Intelectual: Rey, 1, 2 y 3
Órganos Reproductores: Valet y 10
La misma lógica se aplicará a los Arcanos Mayores, en la que tendremos tres septenarios (idea retomada de Court de Gebelin), en la que cada uno estará dividido en dos ternarios, uno Activo y otro Pasivo, más una carta de transición, Neutra. Cada Septenario representará un Reino. Siguiendo la lógica, la primera carta será activa (Yod); la segunda, pasiva (He); la tercera, neutra (Vau); y la carta de transición, nuevamente activa (He).
Primer Septenario (Activo, Yod), Reino de Dios
1er Ternario: 1, 2, 3 (Activo)
2º Ternario: 4, 5 y 6 (Pasivo). La carta VII es el elemento de Transición al siguiente Septenario.
Segundo Septenario (Pasivo, He), Reino del Hombre
1er Ternario: 7, 8 y 9 (Activo)
2º Ternario: 10, 11 y 12 (Pasivo). La carta XIII es el Elemento de Transición
Tercer Septenario (Neutro, Vau), Reino de la Naturaleza.
1er Ternario: 13, 14 y 15
2º Ternario: 16, 17 y 18.
Las últimas cuatro cartas (El Sol, El Juicio, El Mundo y El Loco, aquí número cero), forman el Ternario de Transición (segunda He). ¿Transición hacia qué? Hacia los Arcanos Menores.
Los Arcanos Mayores del Tarot de Papus, 1909.
En resumidas cuentas, vemos que la propuesta de Papus nos ofrece una división matemática hebráica respecto de la constitución del Tarot, en la que todas las cartas se vinculan entre sí por su unión a una de las letras del Tetragrama, todas poseen una polaridad determinada e, indirectamente, un Elemento. También ahonda en una serie de relaciones entre los Arcanos Mayores y Menores de acuerdo a su polaridad, que el lector podrá hallar de profundo interés acudiendo a su obra.
De esta manera, Eliphas Levi y Papus nos legarán una sistematización densa y compleja del Tarot dentro de la Cabala que, aún hoy, muchos autores toman como enfoque didáctico u origen de las cartas. En la siguiente entrega, veremos las reformulaciones a este sistema que proponen la Orden Hermética del Amanecer Dorado (Golden Dawn) y Aleister Crowley, expresando la visión más actual y las correspondencias dominantes aún entre aquellos autores que no siguen énfoques herméticos, como Jodorowsky, Ben-Dov, Hajo Banzhaf, Rachel Pollack y Mary K. Greer, entre otros.
Bibliografía:
Eliphas Levi, Dogma y Ritual de Alta Magia, 1856.
Papus: El Tarot de los Bohemios, 1889.
Robert Place: The Tarot: History, Symbolism and Divination, 2005.
Helen Forley: A Cultural History of Tarot: from Entertainment to Esotericism, 2009.
Stuart Kaplan: The Enciclopedia of Tarot, Vol I, 1978.
Recomiendo la lectura de los distintos tópicos y discusiones alrededor de estos temas en Tarot Forum.
El tema de las Correspondencias es siempre un berenjenal, debido a la enorme cantidad de variantes que existe. Cabe decir que las distintas asignaciones que se le imponen al Tarot parten de cierta arbitrariedad, dando por resultado un gran número de distintas correspondencias Elementales, Astrológicas y Cabalísticas, según la corriente y el autor que uno elija.
Cuando hablamos de las Correspondencias, nos referimos precisamente a la vinculación de símbolos, conceptos y energías que se asocian por “afinidad”. De más está decir que esta afinidad, por más argumentación que pueda darle cada autor, siempre parte de un nivel de subjetividad que tiende a hallar las “semejanzas” aún cuando no hubiera nada objetivo que realmente las vincule. En la historia del Tarot, salvo ciertas ideas que explicitamente aparecen en determinados simbolismos (el Tetramorfo, por ejemplo), no hay ningún tipo de fuente que vincule al propio Tarot con dichos elementos externos. El concepto de “correspondencia” es tomado del hermetismo, el cual ve vinculaciones metafísicas (invisibles o energéticas), entre distintas cosas, particularmente entre lo terrenal y lo celestial, tal como lo explica una de sus máximas: “Como es arriba, es abajo; como es adentro, es afuera”.
La vinculación entre los Elementos clásicos y los signos Zodiacales no es nueva, ya en el Minchiate podemos ver la incorporación de éstos en la baraja, promoviendo la expansión de los Triunfos / Arcanos Mayores. Pero salvo este caso, nunca han sido explicitamente vinculados con las cartas, hasta el siglo XVIII, con el desarrollo de la visión esotérica del Tarot, por parte de Antoine Court de Gebelin y Etteilla. El primero, en el ensayo anexo a su capítulo sobre el Juego de Tarot (“El Mundo Primitivo“, Vol. VIII, 1781), adjudicado al Comte De Mellet, se establece la primera correspondencia entre los veintidós Triunfos y las letras del alfabeto hebreo y, por consiguiente, con los senderos de la Cabala. En el caso del segundo, se vinculan a los Triunfos con distintos signos zodiacales y planetas, y a los Palos con Elementos. De aquí en más, cada estudioso irá trazando vinculaciones entre estos distintos temas (Caballa / alfabeto Hebreo, signos zodiacales, Elementos) de acuerdo a sus propias ideas e investigaciones.
La Edad de Oro y la primera vinculación con el alfabeto Hebreo: el Comte De Mellet
Antoine Court De Gébelin
En su enciclopedia inacabada, El Mundo Primitivo, Court de Gebelin plantea toda su obra en la asunción de un mundo con una civilización antigua que dio origen a todas las posteriores y conocidas, que ha quedado perdida para siempre. En esta civilización, se desarrolló un único lenguaje y una única religión, basada en el entendimiento de la naturaleza del Universo, y en el que también surgieron todas las artes y ciencias. Esta época constituyó la Edad Dorada del Hombre.
Dentro de esta idea de una civilización perdida que habría creado todas las fuentes de conocimiento, ubica el nacimiento del Tarot en el antiguo Egipto, constituyendo el Libro del dios Thoth, la deidad egipcia de la sabiduría y las artes. Para salvaguardar este libro sagrado, los antiguos sacerdotes del culto lo habrían convertido en un juego de cartas para así evitar la atención de quienes intentarían destruirlo, siendo llevados y utilizados como simple herramienta adivinatoria por los Gitanos, quienes luego lo introducirían en Europa.
En el ensayo de De Mellet, se sigue el camino de esta Edad Dorada a la Edad de Hierro, la actual, a través de los Arcanos Mayores. Dividiendo las veintidós cartas en tres hileras de siete, dejando a El Loco por fuera, esboza las Tres Edades del Hombre:
La Edad Dorada: de El Mundo al Diablo, narra la creación del mundo, del hombre y la mujer (XXI y XX); la creación de los astros y los animales (XIX, XVIII y XVII), y la caída y expulsión del hombre de este paraíso (XVI y XV)
La Edad de Plata: de la Templanza a La Justicia, el Angel que viene a moderar las emociones del hombre y a prevenirlo de la muerte, a la que está condenado (XIV y XIII), los avatares de la vida, junto la la prudencia y fortaleza necesaria para evitarlos e imponerse sobre la vida salvaje(XII y XI); la imposibilidad de que la virtud dé dignidades al hombre luego de su caída y la injusticia de los dioses (X); y el hombre en busca de justicia (IX y VIII).
La Edad de Hierro: de El Carro hasta El Mago, vemos las guerras de la Edad de Bronce y los crímenes que anuncian la Edad de Hierro (VII), junto al hombre debatiéndose entre el vicio y la virtud, guiado por sus deseos (VI); el vengativo Dios -Júpiter, dado que usa para analizar este sendero el Tarot de Besançon- (V), los Reyes insaciables de poder (IV y III); la religión de la idolatría -Juno- (II) y los falsos milagros que juegan con la credulidad de la gente (I). Por fuera, el hombre errante que lleva sus errores a cuestas (El Loco).
Los Triunfos de Court De Gébelin, ilustrados por Mlle Linote, ordenados en orden descendiente, de izquierda a derecha. Le Monde Primitive, Vol VIII, 1781.
En este camino alegórico, vemos que se inicia de un estado de absoluta perfección (El Mundo) a uno de máxima corrupción (El Mago).
Basado en su fundamento egipcio del nacimiento del Tarot, alega que éstos utilizaban el mismo alfabeto que los hebreos, por lo que a cada carta le corresponde una de estas letras. Si bien la lógica llevaría a que la primera carta, El Mago, se vincule con la primera letra, Aleph, como en su ensayo se inicia con El Mundo, la vinculación será a la inversa:
El Mundo
Aleph
El Juicio
Beth
El Sol
Guimel
La Luna
Dalet
La Estrella
Hai
La Torre
Vau
El Diablo
Zain
La Templanza
jet
La Muerte
Tet
El Colgado
Yod
La Fuerza
Kaf
La Rueda de la Fortuna
Lamed
El Ermitaño
Mem
La Justicia
Num
El Carro
Samej
Los Enamorados
Ain
El Papa
Pe
El Emperador
Tzadi
La Emperatriz
Kuf
La Papisa
Reish
El Mago
Shin
El Loco
Tau
En esta instancia no tenemos vinculaciones explícitas con los Elementos, los signos Zodiacales ni con el Árbol de la Vida, si bien éstos se pueden extraer indirectamente del simbolismo tradicional de cada letra.
Etteilla: el fundador del Tarot moderno
Jean-Baptiste Aliette, alias Etteilla
Contemporáneo de Court de Gebelin, Etteilla retoma varias de las ideas planteadas por éste y las desarrolla plasmándolas en el primer texto didáctico para aprender a usar el Tarot (“Manière de se récréer avec le jeu de cartes nomées Tarots“, 1785) y el primer mazo diseñado especialmente con fines esotéricos (el Libro de Thoth o Grand Etteilla I, 1789). Este mazo posee una serie de particularidades:
Todas las cartas están numeradas, del 1 al 78, siendo las primeras veintiún cartas y la última los Arcanos Mayores.
Poseen significados al derecho e invertidos escritos en las cartas.
La secuencia de los Triunfos es alterada.
No solamente se altera la secuencia, sino que varias cartas son replanteadas por entero, haciendo que no todas coinciden plenamente con las que habitualmente conocemos en la mayoría de las barajas. A continuación, veremos un cuadro comparativo de los Arcanos Mayores de Etteilla y los habituales en la mayoría de las barajas.
1
Etteilla (consultante varon)
V El Papa
2
Clarificación / Fuego
XIX El Sol
3
Propósito / Agua
XVIII La Luna
4
Análisis / Aire
XVII La Estrella
5
Viaje / Tierra
XXI El Mundo
6
Noche / Dia
III La Emperatriz
7
Apoyo / Protección
IV El Emperador
8
Etteilla (consultante mujer)
II La Suma Sacerdotisa
9
Justicia / Ley
VIII La Justicia
10
Templanza / Sacerdocio
XIV La Templanza
11
Fuerza / Soberania
XI La Fuerza
12
Prudencia / Pueblo
XII El Colgado
13
Matrimonio / Sociedad
VI Los Enamorados
14
Gran Fuerza / Necesidad
XV El Diablo
15
Enfermedad / Malestar
I El Mago
16
Juicio
XX El Juicio
17
Mortandad / La Nada
XIII La Muerte
18
Traidor
IX El Ermitaño
19
Miseria / Prisión
XVILa Torre
20
Fortuna
X La Rueda de la Fortuna
21
Discordia
VII El Carro
78
Locura
El Loco
El Colgado, TdM Robledo, 4ª Edición (izq); La Prudencia, Grand Etteilla I, edición Grimaud 1910 (der)
En la lista, vemos que algunas cartas poseen dos nombres: el primero, cuando la carta está al derecho; el segundo, cuando está invertida. Las que poseen sólo uno, se mantiene aunque al invertirse puede aumentarse o decrecer su energía.
Los primeros doce Triunfos del Grand Etteilla I, edición Grimaud, 1910.
En los primeros doce Triunfos, Etteilla establece relación con los doce signos zodiacales:
Aries
Etteilla (hombre)
El Papa
Tauro
Clarificación
El Sol
Géminis
Propósito
La Luna
Cáncer
Analisis
La Estrella
Leo
Viaje
El Mundo
Virgo
Noche
La Emperatriz
Libra
Apoyo
El Emperador
Escorpio
Etteilla (mujer)
La Suma Sacerdotisa
Sagitario
Justicia
La Justicia
Capricornio
La Templanza
La Templanza
Acuario
La Fuerza
La Fuerza
Piscis
Prudencia
El Colgado
Los 2 de cada uno de los Palos, rodeados en el paisaje que caracteriza el Elemento del Palo. Grand Etteilla I, Grimaud edición, 1969.
Por otro lado, en los Palos, podemos apreciar que en los 2 el emblema se halla en un paisaje rodeado de uno de los cuatro Elementos:
Bastos – Tierra
Espadas – Aire
Oros – Fuego
Copas – Agua
Asimismo, en el palo de Oros, podemos apreciar las siguientes relaciones:
As – el Sol
Dos – Mercurio
Tres – Venus
Cuatro – la Luna
Cinco – Marte
Seis – Júpiter
Siete – Saturno
Ocho – la Cabeza del Dragón
Nueve – la Cola del Dragón
Diez – Parte de la Fortuna
El palo de Oros, con las correspondencias Planetarias en cada uno de los emblemas. Grand Etteilla I, edición Grimaud, 1969.
En la siguiente entrega, veremos las complejas correspondencias de los sistemas de Eliphas Levi y la Golden Dawn.
Bibliografía
Stuart Kaplan, The Enciclopedia of Tarot, Vol I, 198–.
Robert Place, The Tarot: History, Symbolism and Divination, 2005.
Helen Forley, A Cultural History of Tarot: from Entertainment to Esotericism, 2009.
Antoine Court De Gèbelin, The Game of Tarot, in The Primitive World, Vol VIII, 1781.