El Tarot Egipcio es una fórmula que empieza a gestarse con las teorías que le atribuyen origen en dicha civilización, a partir de Court de Gebelin, si bien hasta finales de 1800 no aparecerá una baraja con diseño realmente egipcio.
Etteilla, contemporáneo de Court de Gebelin, confecciona su Tarot de Thoth, la primera baraja original que sale del patrón Marsella en esa época. Este mazo, que proclama ser el primer Tarot Egipcio existente, no posee simbolismos ni diseños de dicha cultura; las imágenes continúan siendo medioevales, con agregados herméticos más evidentes y modificaciones estructurales de los Triunfos que lo apartan totalmente de los Tarots de la época y de la región. Al margen de lo estético, su mazo adoptará una particularidad que luego rescatarán los autores de mazos egipcios: las cartas están numeradas del 1 al 78, conforman un sistema único, de acuerdo a su teoría de que el Tarot se trata del Libro de Thoth.
Hasta 1863 no habrá ninguna novedad en el panorama; en dicho año, Paul Christian (Jean Baptist Pitois su nombre real) publica “El Hombre Rojo de Tullerías”, libro en el que describe la “real” baraja egipcia. Esta misma información luego publicará en “Historia y Práctica de la Magia” en 1870. Las descripciones de Christian serán fundamentales para los Tarots futuros, en tanto varios elementos –como las Esfinges en El Carro- son adoptados, no solamente por reconstructores del Tarot Egipcio, sino también por autores como Waite o Wyrth. De estas descripciones, en 1896 René Falconnier publica “Las XXII Láminas Herméticas del Tarot Adivinatorio”, libro que incluía los Arcanos Mayores conceptualizados en la obra de Christian, ilustrados por Maurice Otto Wegener. Este Tarot será el primero con real imaginería egipcia, y es conocido como Tarot Egipcio Falconnier o Falconnier-Wegener. El libro sólo incluye los Arcanos Mayores, dejando a los Palos afuera por considerarlos “prostituidos en la cartomancia y en los juegos de azar”. De esta línea surge el Tarot Egipcio no ya como intento de reivindicar su origen en dicha cultura, sino como compendio de su simbolismo. El Patrón Falconnier-Wegener será retomado por el Comte de Saint Germain en su libro “Astrología Práctica” en 1901, donde esta vez se reproducen las 78 láminas y no sólo las primeras 22. Durante todo el siglo XX numerosos autores y diseñadores darán su propia versión del Patrón Falconnier-Wegener, como C.C Zain (Brotherhood of the Light), John Dequer, Silvana Alasia, entre otros.
El mayor y último giro hasta el momento en el Tarot Egipcio fue la publicación del Tarot Egipcio Kier, de la Editorial Kier (Bs. As., Argentina), en la década de 1970. Este mazo retoma los diseños publicados en “La Cábala de la Predicción” de Jesús Jainero Iglesias, publicado en 1971, en donde se modifican las ilustraciones establecidas por Christian-Falconnier-Wegener añadiendo conceptos de la Cabala y toma fuentes reales egipcias para su concepción. Además, se retoma la idea de un mazo único, sin divisiones en Arcanos Mayores y Menores, numeradas del 1 al 78. Los cuatro Palos mantenidos en la versión del Comte de Saint Germain son reemplazados por escenas egipcias y adquieren título y valor propio, sin pertenecer a un palo determinado. También, cada carta adoptará una división tripartida de interpretación. El Patrón Kier es considerado por muchos estudiosos una de las más cercanas manifestaciones de lo que realmente sería un Tarot egipcio. También de este Patrón se desprenderán distintas versiones.
Ambos patrones, el Falconnier-Wegener y el Kier, son los más populares y reconocidos, aunque no los únicos.
Imágenes del Tarot Egipcio Kier en FB.
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