El tema de las Correspondencias es siempre un berenjenal, debido a la enorme cantidad de variantes que existe. Cabe decir que las  distintas asignaciones que se le imponen al Tarot parten de cierta arbitrariedad, dando por resultado un gran número de distintas correspondencias Elementales, Astrológicas y Cabalísticas, según la corriente y el autor que uno elija.

Cuando hablamos de las Correspondencias, nos referimos precisamente a la vinculación de símbolos, conceptos y energías que se asocian por “afinidad”. De más está decir que esta afinidad, por más argumentación que pueda darle cada autor, siempre parte de un nivel de subjetividad que tiende a hallar las “semejanzas” aún cuando no hubiera nada objetivo que realmente las vincule. En la historia del Tarot, salvo ciertas ideas que explicitamente aparecen en determinados simbolismos (el Tetramorfo, por ejemplo), no hay ningún tipo de fuente que vincule al propio Tarot con dichos elementos externos. El concepto de “correspondencia” es tomado del hermetismo, el cual ve vinculaciones metafísicas (invisibles o energéticas), entre distintas cosas, particularmente entre lo terrenal y lo celestial, tal como lo explica una de sus máximas: “Como es arriba, es abajo; como es adentro, es afuera”.

La vinculación entre los Elementos clásicos y los signos Zodiacales no es nueva, ya en el Minchiate podemos ver la incorporación de éstos en la baraja, promoviendo la expansión de los Triunfos / Arcanos Mayores. Pero salvo este caso, nunca han sido explicitamente vinculados con las cartas, hasta el siglo XVIII, con el desarrollo de la visión esotérica del Tarot, por parte de Antoine Court de Gebelin y Etteilla. El primero, en el ensayo anexo a su capítulo sobre el Juego de Tarot (“El Mundo Primitivo“, Vol. VIII, 1781), adjudicado al Comte De Mellet, se establece la primera correspondencia entre los veintidós Triunfos y las letras del alfabeto hebreo y, por consiguiente, con los senderos de la Cabala. En el caso del segundo, se vinculan a los Triunfos con distintos signos zodiacales y planetas, y a los Palos con Elementos. De aquí en más, cada estudioso irá trazando vinculaciones entre estos distintos temas (Caballa / alfabeto Hebreo, signos zodiacales, Elementos) de acuerdo a sus propias ideas e investigaciones.

La Edad de Oro y la primera vinculación con el alfabeto Hebreo: el Comte De Mellet

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Antoine Court De Gébelin

En su enciclopedia inacabada, El Mundo Primitivo, Court de Gebelin plantea toda su obra en la asunción de un mundo con una civilización antigua que dio origen a todas las posteriores y conocidas, que ha quedado perdida para siempre. En esta civilización, se desarrolló un único lenguaje y una única religión, basada en el entendimiento de la naturaleza del Universo, y en el que también surgieron todas las artes y ciencias. Esta época constituyó la Edad Dorada del Hombre.

Dentro de esta idea de una civilización perdida que habría creado todas las fuentes de conocimiento, ubica el nacimiento del Tarot en el antiguo Egipto, constituyendo el Libro del dios Thoth, la deidad egipcia de la sabiduría y las artes. Para salvaguardar este libro sagrado, los antiguos sacerdotes del culto lo habrían convertido en un juego de cartas para así evitar la atención de quienes intentarían destruirlo, siendo llevados y utilizados como simple herramienta adivinatoria por los Gitanos, quienes luego lo introducirían en Europa.

En el ensayo de De Mellet, se sigue el camino de esta Edad Dorada a la Edad de Hierro, la actual, a través de los Arcanos Mayores. Dividiendo las veintidós cartas en tres hileras de siete, dejando a El Loco por fuera, esboza las Tres Edades del Hombre:

  • La Edad Dorada: de El Mundo al Diablo, narra la creación del mundo, del hombre y la mujer (XXI y XX); la creación de los astros y los animales (XIX, XVIII y XVII), y la caída y expulsión del hombre de este paraíso (XVI y XV)
  • La Edad de Plata: de la Templanza a La Justicia, el Angel que viene a moderar las emociones del hombre y a prevenirlo de la muerte, a la que está condenado (XIV y XIII), los avatares de la vida, junto la la prudencia y fortaleza necesaria para evitarlos  e imponerse sobre la vida salvaje(XII y XI); la imposibilidad de que la virtud dé dignidades al hombre luego de su caída y la injusticia de los dioses (X); y el hombre en busca de justicia (IX y VIII).
  • La Edad de Hierro: de El Carro hasta El Mago, vemos las guerras de la Edad de Bronce y los crímenes que anuncian la Edad de Hierro (VII), junto al hombre debatiéndose entre el vicio y la virtud, guiado por sus deseos (VI); el vengativo Dios -Júpiter, dado que usa para analizar este sendero el Tarot de Besançon- (V), los Reyes insaciables de poder (IV y III); la religión de la idolatría -Juno- (II) y los falsos milagros que juegan con la credulidad de la gente (I). Por fuera, el hombre errante que lleva sus errores a cuestas (El Loco).
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Los Triunfos de Court De Gébelin, ilustrados por Mlle Linote, ordenados en orden descendiente, de izquierda a derecha. Le Monde Primitive, Vol VIII, 1781.

En este camino alegórico, vemos que se inicia de un estado de absoluta perfección (El Mundo) a uno de máxima corrupción (El Mago).

Basado en su fundamento egipcio del nacimiento del Tarot, alega que éstos utilizaban el mismo alfabeto que los hebreos, por lo que a cada carta le corresponde una de estas letras. Si bien la lógica llevaría a que la primera carta, El Mago, se vincule con la primera letra, Aleph, como en su ensayo se inicia con El Mundo, la vinculación será a la inversa:

El Mundo Aleph
El Juicio Beth
El Sol Guimel
La Luna Dalet
La Estrella Hai
La Torre Vau
El Diablo Zain
La Templanza jet
La Muerte Tet
El Colgado Yod
La Fuerza Kaf
La Rueda de la Fortuna Lamed
El Ermitaño Mem
La Justicia Num
El Carro Samej
Los Enamorados Ain
El Papa Pe
El Emperador Tzadi
La Emperatriz Kuf
La Papisa Reish
El Mago Shin
El Loco Tau

En esta instancia no tenemos vinculaciones explícitas con los Elementos, los signos Zodiacales ni con el Árbol de la Vida, si bien éstos se pueden extraer indirectamente del simbolismo tradicional de cada letra.

Etteilla: el fundador del Tarot moderno

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Jean-Baptiste Aliette, alias Etteilla

Contemporáneo de Court de Gebelin, Etteilla retoma varias de las ideas planteadas por éste y las desarrolla plasmándolas en el primer texto didáctico para aprender a usar el Tarot (“Manière de se récréer avec le jeu de cartes nomées Tarots“, 1785) y el primer mazo diseñado especialmente con fines esotéricos (el Libro de Thoth o Grand Etteilla I, 1789). Este mazo posee una serie de particularidades:

  • Todas las cartas están numeradas, del 1 al 78, siendo las primeras veintiún cartas y la última los Arcanos Mayores.
  • Poseen significados al derecho e invertidos escritos en las cartas.
  • La secuencia de los Triunfos es alterada.

No solamente se altera la secuencia, sino que varias cartas son replanteadas por entero, haciendo que no todas coinciden plenamente con las que habitualmente conocemos en la mayoría de las barajas. A continuación, veremos un cuadro comparativo de los Arcanos Mayores de Etteilla y los habituales en la mayoría de las barajas.

1  Etteilla (consultante varon) V El Papa
2  Clarificación / Fuego XIX El Sol
3  Propósito / Agua XVIII La Luna
4  Análisis / Aire XVII La Estrella
5  Viaje / Tierra XXI El Mundo
6  Noche / Dia III La Emperatriz
7  Apoyo / Protección IV El Emperador
8  Etteilla (consultante mujer) II La Suma Sacerdotisa
9  Justicia / Ley VIII La Justicia
 10  Templanza / Sacerdocio XIV La Templanza
 11  Fuerza / Soberania XI La Fuerza
 12  Prudencia / Pueblo XII El Colgado
 13  Matrimonio / Sociedad VI Los Enamorados
 14  Gran Fuerza / Necesidad XV El Diablo
 15  Enfermedad / Malestar I El Mago
 16  Juicio XX El Juicio
 17  Mortandad / La Nada XIII La Muerte
 18  Traidor IX El Ermitaño
19  Miseria / Prisión XVILa Torre
 20  Fortuna X La Rueda de la Fortuna
 21  Discordia VII El Carro
 78  Locura  El Loco
El Colgado / La Prudencia

El Colgado, TdM Robledo, 4ª Edición (izq); La Prudencia, Grand Etteilla I, edición Grimaud 1910 (der)

En la lista, vemos que algunas cartas poseen dos nombres: el primero, cuando la carta está al derecho; el segundo, cuando está invertida. Las que poseen sólo uno, se mantiene aunque al invertirse puede aumentarse o decrecer su energía.

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Los primeros doce Triunfos del Grand Etteilla I, edición Grimaud, 1910.

En los primeros doce Triunfos, Etteilla establece relación con los doce signos zodiacales:

Aries Etteilla (hombre) El Papa
Tauro Clarificación El Sol
Géminis Propósito La Luna
Cáncer Analisis La Estrella
Leo Viaje El Mundo
Virgo Noche La Emperatriz
Libra Apoyo El Emperador
Escorpio Etteilla (mujer) La Suma Sacerdotisa
Sagitario Justicia La Justicia
Capricornio La Templanza La Templanza
Acuario La Fuerza La Fuerza
Piscis Prudencia El Colgado
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Los 2 de cada uno de los Palos, rodeados en el paisaje que caracteriza el Elemento del Palo. Grand Etteilla I, Grimaud edición, 1969.

Por otro lado, en los Palos, podemos apreciar que en los 2 el emblema se halla en un paisaje rodeado de uno de los cuatro Elementos:

  • Bastos – Tierra
  • Espadas – Aire
  • Oros – Fuego
  • Copas – Agua

Asimismo, en el palo de Oros, podemos apreciar las siguientes relaciones:

  • As – el Sol
  • Dos – Mercurio
  • Tres – Venus
  • Cuatro – la Luna 
  • Cinco – Marte
  • Seis – Júpiter
  • Siete – Saturno
  • Ocho – la Cabeza del Dragón
  • Nueve – la Cola del Dragón
  • Diez – Parte de la Fortuna
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El palo de Oros, con las correspondencias Planetarias en cada uno de los emblemas. Grand Etteilla I, edición Grimaud, 1969.

En la siguiente entrega, veremos las complejas correspondencias de los sistemas de Eliphas Levi y la Golden Dawn.

Bibliografía